Quizás seas una de esas personas que tuvieron problemas con las matemáticas en la infancia, o incluso más adelante, de esas que se han llegado a frustrar a la hora de tener que ayudar a sus hijos con la materia. Si es así no te preocupes, pues esto es algo muy habitual que se da desde que somos muy pequeños en buena parte de las personas del mundo, pero, ¿por qué nos cuesta aprender matemáticas de manera tan común desde que somos pequeños? ¿Qué es lo que hace que sintamos rechazo hacia esta asignatura y hacia los números en general, incluso cuando somos adultos? Pues existen varias teorías que nos pueden ayudar un poco a entender este problema…¡Veamos!
Las matemáticas y la capacidad de abstracción
Más allá de lo complicadas que puedan ser las matemáticas, es importante entender que son importantísimas y que lograr comprenderlas y manejarlas bien puede resultar fundamental para nuestra calidad de vida, pues se encargan de desarrollar nuestra mente y de hacernos también todo más fácil. ¿A que parece mentira?
Las matemáticas siempre están ahí, si lo pensamos un poco, y si viajamos por un momento al pasado rápidamente podremos recordar cómo hasta los más mayores hacían cuentas en casa para cosas tan sencillas como planificar una compra o hacer una deliciosa receta. ¡Por eso son tan importantes! Sin embargo, atascarnos con ellas y no entender cómo funcionan, o no conseguir desarrollar aspectos tan importantes como el cálculo mental, pueden ser cosas que nos vayan alejando de los números y haciendo que sintamos rechazo hacia la materia.
De este modo, muchos profesores y expertos en matemáticas consideran que la mayor parte del problema viene de la capacidad de abstracción que tenemos los seres humanos (lo que nos hace entender patrones, conceptos abstractos o ideas sintetizadas, resolver problemas, mejorar el desarrollo cognitivo…, y aplicarlo todo a situaciones concretas), que es la que puede provocar que nos cueste trabajar con los números o resolver operaciones en nuestra mente.
A este respecto, Jean Piaget, psicólogo y biólogo suizo, se encargó de estudiar la evolución del conocimiento y del desarrollo intelectual en los niños, haciendo también referencia a la capacidad de abstracción del aprendizaje. Así, este gran estudioso de la psicología dijo que dicha capacidad se constituía como un elemento indispensable capaz de influir directamente en el aprendizaje, pero siendo difícil de dominar por regla general hasta aproximadamente los 11 años de edad, momento en el que muchos niños ya dan las mates por imposibles.
Aunque otro de los factores que puede incidir en el hecho de que a muchos nos cueste aprender matemáticas desde que somos pequeños, es el de que algunos docentes no establezcan una buena organización del contenido o de las estrategias a emplear, haciendo farragosa la comprensión de las clases y la materia a aprender y alejando a muchos alumnos de ella. Es importante tener en cuenta, referido a esto, que nunca todos los niños tendrán la misma capacidad o el mismo ritmo para aprender matemáticas y dominarlas, pero que con paciencia, tiempo y esfuerzo, siempre se podrá conseguir.
Para qué son útiles exactamente las matemáticas
Seguro que muchos niños pequeños, sobre todo aquellos que tengan problemas con las mates, se pueden llegar a preguntar por qué es necesario aprender una materia como las matemáticas, o incluso argumentar que jamás tendrán utilidad en sus vidas y que se puede vivir perfectamente sin ellas, pero nada más lejos de la realidad, pues las matemáticas dan forma al mundo y por ello debemos comprenderlas. Pero, ¿para qué más sirven y en qué pueden ayudarnos?
- Desarrollan el pensamiento analítico
Las matemáticas nos permiten interpretar cualquier información que nos llegue para extraer premisas, relacionarlas y juzgar cómo de ciertas son, algo fundamental para disciplinas futuras más complejas, como la ciencia, o simplemente para ser buenos a la hora de extraer conclusiones o resolver problemas en la vida.
- Mejoran nuestras habilidades investigativas
Al ser una disciplina objetiva, las matemáticas nos van a permitir desarrollar nuestra capacidad de investigación, así como obtener buenas conclusiones al respecto, lo que es fundamental para el éxito educativo en multitud de materias diferentes.
- Permiten que nuestra mente sea cada vez más ágil
Cuando usamos las matemáticas debemos concentrarnos para hallar fórmulas y encontrar soluciones, y esta práctica es la que nos permite mejorar nuestra agilidad mental, vital para el estudio de cualquier niño o adulto.
- Mejoran nuestra capacidad general de pensamiento
Al practicar las matemáticas desde pequeños, podremos lograr entender cómo funcionan las cosas siempre desde un punto de vista más lógico y coherente, lo que nos dará sendas ventajas durante el camino académico, pero también durante el futuro laboral o a la hora de ayudar a nuestros propios hijos.
- Incrementan nuestra sabiduría y nuestra curiosidad
Al ser la base de todas las ciencias, las matemáticas se constituyen como un elemento imprescindible para resolver multiplicidad de problemas presentes en nuestro día a día, desde que nos despertamos hasta que nos vamos de nuevo a descansar. Y es que, hasta para contar ovejitas y conciliar el sueño… ¡hay que saber contar!
Cómo enfrentarnos con éxito a las matemáticas
Las matemáticas son, sin lugar a dudas, una de las mejores disciplinas que existen en el mundo, sobre todo por sus innumerables ventajas para nuestro desarrollo intelectual, y es por ello por lo que debemos hacer lo posible por comprenderlas y por entender que tienen como propósito ayudarnos a resolver problemas y no a complicarnos la vida.
Y una de las claves para conseguir aprender bien las matemáticas es la de no memorizar los pasos para resolver los ejercicios, sino razonarlos y almacenar lo aprendido en nuestra mente para la siguiente vez. Del mismo modo, es también aconsejable no asustarse con las matemáticas antes de empezar, yendo con la mente abierta y con ganas de aprender y de disfrutar de cada contenido, mirándolo todo desde una óptica atractiva y menos rígida y, a ser posible, con contenidos más dinámicos y enfoques novedosos por parte de los maestros.
Los padres también deben tener esto presente, sobre todo a la hora de no comentar demasiado con sus hijos cosas como que “las mates eran la asignatura que más odiaban”, pues esto podría influir muy negativamente en la predisposición de sus hijos ya desde un inicio. Disfrutar de las mates es posible y todos podemos poner de nuestra parte, sobre todo con el objetivo de que los niños del futuro ya no tengan que sentir ese rechazo tan mítico y grande hacia las matemáticas. ¡Cambiemos por fin el panorama!
