Niños que no saben perder: cómo gestionarlo, qué hacer y qué NO

Todos nos hemos encontrado en más de una ocasión con niños que no saben perder, y  observamos que durante los juegos o las actividades diarias muestran toda una serie de rabietas (o en ocasiones incluso agresiones) cuando pierden en algún juego o actividad competitiva con sus amigos. Cuando nos encontramos con un niño o niña con este comportamiento, solemos decir que son niños que no saben perder.

En este artículo vamos a tratar algo más detenidamente este problema para saber en qué consiste y qué consecuencias tiene en el presente del niño en cuestión, así como en su futuro. Además, hablaremos de cómo poder enseñar a esos niños que no saben perder a gestionar adecuadamente sus sentimientos y emociones.

 

Aprender que la derrota es parte de la vida

Muchos padres banalizan esta situación y no prestan la  adecuada atención a esas rabietas y comportamientos inapropiados de sus hijos cuando se enfrentan a una derrota, es más, lo ven como parte de un comportamiento infantil adecuado o dentro de lo común, pero nada más lejos de la realidad. Y es que los niños, al igual que los adultos, se enfrentan en su vida a multitud de situaciones complejas en las que se encuentra presente la frustración, tanto en sus juegos como en sus aprendizajes, y en las que tendrán que aprender lo que es una derrota y saber perder.

 

niños saber perder

 

Por eso, a esos padres o a esas personas que entienden que la situación de una rabieta por no ganar no es verdaderamente importante, hemos de  decirles que la vida al final es una balanza en la que se sostienen los seres humanos y que está formada por victorias y derrotas a cada lado. Y el equilibrio, en cada situación, se consigue baremando y gestionando adecuadamente ambos extremos, pues tanto la victoria como la derrota y su afrontamiento, asegurarán el éxito y el buen desarrollo de cada uno.

 

Consecuencias de que los niños no sepan perder

Cuando los niños se sienten frustrados o decepcionados porque no han conseguido ganar en un juego o actividad competitiva con sus compañeros, en la mayoría de los casos se produce un abandono de la actividad que se manifiesta a posteriori a través de las mencionadas rabietas, de una cólera desmedida, de insultos…etc. Si dejamos que en esas primeras experiencias y contactos que tienen los niños con las actividades y juegos de tipo competitivo se frustren y abandonen, estaremos de manera indirecta generando un tipo de personalidad en ellos derrotista y pasiva, o incluso agresiva ante la derrota, que se extenderá hasta bien entrada la adolescencia y su vida adulta.

 

Claves para aprender a ganar y perder

Existen toda una serie de pequeños tips y orientaciones que podemos utilizar a la hora de gestionar estos problemas que presentan los niños que no saben perder. ¡Vamos!

 

Aspectos que SÍ debemos enseñarles

 

  • Deben comprender la frustración y aprender a superarla

Debemos hacerles comprender mediante el juego, por ejemplo, que la derrota es parte del mismo juego y que perder en el juego o en situaciones similares es algo normal. Del mismo modo, debemos evitar por todos los medios y circunstancias ese efecto de “dramatización” que algunos padres tienen a veces con sus hijos cuando estos sufren una derrota, como ocurre con las deportivas, ya que si los padres magnifican las derrotas, esto dejará huella en los niños.

 

  • Los niños son como esponjas, aprenden lo que ven

No llevemos al último extremo nuestras propias derrotas en la vida, y menos delante de los más pequeños. Hemos de ser ejemplo claro, entendible para ellos, y por eso nuestras derrotas debemos gestionarlas adecuadamente para que sean conscientes de que estas situaciones forman parte de la vida. No olvidemos nunca que los niños absorben lo que ven a su alrededor en sus primeros años de vida.

 

  • Hablemos tanto de la derrota como de la victoria en términos positivos

Este es un punto muy importante y en el que se suele flaquear bastante como adultos. Y es que venimos de una cultura en la que la victoria se encuentra “entronizada” y la derrota nunca ha sido bien gestionada ni entendida. Si educamos y formamos a nuestros pequeños en valores, esos a los que nos hemos referido como “niños que no saben perder”,  conocerán la deportividad, el compañerismo, la diversión y el juego bien entendido, y muchísimas cosas positivas más.

 

no saber perder

 

Aspectos que NO debemos enseñarles

 

  • No les expongamos continuamente a la derrota

En este punto hemos de ser claros y decir que lo más sensato y coherente es que el niño aprenda lo que es la derrota de manera gradual y no de modo continuo. Juguemos con ellos, dejémosles ganar en algunas ocasiones y perder en otras tantas, pero no les expongamos de manera continua a una derrota constante sin opción a la alternativa de la victoria.

 

  • Evitemos las risas o la ridiculización en caso de derrota

No penalicemos las derrotas en nuestros pequeños. Podríamos definir esto como una especie de penalización secundaria, pues no debemos olvidar que ellos, si pierden, ya tienen sus propios sentimientos negativos por la derrota; por lo que nosotros no podemos añadir más sentimientos de culpa o ridiculización, pues estaremos acrecentando ese sentimiento de inutilidad y de humillación por haber perdido.

 

Cómo conclusión final, podemos decir que la mejor manera de afrontar el qué hacer con los niños que no saben perder es tener una comunicación sana y clara con nuestros pequeños. Expresarles desde  un primer momento que, tanto la derrota como la victoria, van a estar en su vida y que son igual de normales y neutras. Demostrarles, sobre todo en esos primeros años de vida, que las derrotas no solo no son algo tremendamente negativo, sino que pueden servirnos para avanzar y mejorar en la vida cada día.

 

 

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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