Cómo acabar con las rabietas desenfrenadas por el cansancio

Antes de alarmarnos y de pensar que nuestros hijos tienen déficit de atención, hiperactividad o cosas peores, sería bueno que pensásemos más en las cosas comunes que nos suceden en la vida, como por ejemplo el sueño y el cansancio. Y es que el cansancio es el causante de la mayoría de actitudes complejas o irritantes que pueden adoptar los más pequeños en su día a día, como ocurre en el caso de las rabietas.

Esto quiere decir que, cuando un niño o niña sufre una rabieta de esas que parece que van a acabar con nuestra paciencia, puede ser simplemente porque se encuentren ya muy cansados. De este modo, cuando nos encontramos exhaustos, los adultos solemos ser conscientes de que hay que parar (para lo que puede ser muy bueno el echar una siesta), pero esto es algo que no entienden tan bien los niños, que no quieren perderse nada de cuanto sucede a su alrededor.

 

rabietas desenfrenadas pautas para atajarlas

 

De hecho, esta idea de parar para recargar las pilas durmiendo puede llegar a ser entendida por muchos peques como una especie de castigo, algo que tendríamos que conseguir hacerles entender bien, pues es fundamental que no asocien el descanso con algo negativo.

 

Ideas para identificar el descanso con algo positivo

Los niños, sobre todo en las primeras etapas de su vida, suelen tener problemas para relacionar la siesta con el descanso, puesto que relacionan la idea de dormir con el hecho de que sea ya de noche y no de día, entre otras muchas causas. Sin embargo, son muchas las cosas que podemos hacer para que entiendan que también se puede descansar un poquito de día y que para eso son las siestas, fundamentales para recargar pilas y poder seguir luego disfrutando, aprendiendo y jugando con toda la energía posible.

Y para ello debemos diseñar sencillas estrategias que ayuden a “engañar” o a persuadir a los más pequeños, con el objetivo de que puedan descansar las horas que necesitan y no sufrir rabietas, casi siempre provocadas por el cansancio y por la mala gestión de las emociones. De este modo podemos crear espacios relajantes de lectura con rincones llenos de cojines mullidos y tonos pastel, hacer rutinas de yoga o de relajación para liberar tensiones, practicar con ellos sencillos ejercicios de relajación para bajar el ritmo y hacer que descanse el corazón, escuchar música relajante con las persianas un poquito bajadas, buscar cuentos para dormir que reflejen también la importancia del descanso, crear juegos de rol para hacer con los peques en los que se marque bien esa necesidad de descansar (por ejemplo, acostando a un muñeco bebé), o, sobre todo, dando siempre el mejor de los ejemplos a los peques en cuanto al descanso se refiere.

 

Otros consejos prácticos para atajar los berrinches

Algunos de los pasos que podemos seguir para que los niños descansen y no sufran berrinches ni rabietas por falta de sueño, es hacer pequeños rituales sencillos, como pueda ser preparar un baño calentito un poco antes de la hora que consideremos adecuada para su descanso, o adoptar sencillas rutinas después de comer como la de bajar un poco las persianas de la casa o correr las cortinas y leer un buen cuento, puesto que con pautas así de sencillas los más pequeños irán comprendiendo que es hora de relajarse y de parar.

Pero ojo, porque que nosotros hagamos lo mismo es algo absolutamente fundamental, puesto que cuando los niños son pequeños lo único que quieren es nuestra compañía y hacer lo que nosotros hagamos, de manera que poco recomendable sería decirle a un niño que debe parar de jugar o de pintar para irse a dormir, si nosotros estamos enganchados a la televisión, al ordenador o haciendo tareas domésticas a un ritmo desenfrenado.

 

pautas para atajar rabietas descansando

 

En este sentido, recordemos que los adultos no estamos exentos a la hora de cansarnos o de sufrir rabietas, aunque sean de otro tipo, y que esa falta de sueño o nivel de cansancio extremo podría afectar en la forma en que nos relacionamos con los más peques, perdiendo la paciencia o siendo mucho más irascibles y con mucho peor humor.

Por eso están importantes que ayudemos a los niños a canalizar bien ese malestar que puede provocarles el cansancio, con pautas de relajación y con hábitos saludables en el hogar, puestos en práctica por toda la familia. Así, cuanto más descansados y confortables se sientan los niños, menos recurrirán a las rabietas descontroladas y al mal comportamiento. ¡Sin duda merece la pena!

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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