Qué es el Test de Rosenberg y para qué sirve en educación

En el aula, en casa, en el recreo…, los niños nos hablan de muchas formas. A veces lo hacen directamente, pero otras veces se expresan a través de sus gestos, su actitud o su silencio. Es decir, de una forma más sutil. Un niño que dice “yo no puedo” o “seguro que los demás lo hacen mejor” quizá no está pidiendo ayuda con una tarea, sino con algo distinto: su autoestima.

Detectar cómo se sienten los niños consigo mismos es un reto importante para padres y educadores, y ahí es donde entra en juego una herramienta sencilla pero que puede dar un gran apoyo: el Test de Rosenberg. No se trata de una prueba con notas ni de un diagnóstico clínico, sino de una oportunidad para abrir la puerta a una conversación fundamental: ¿cómo te ves a ti mismo?

¿Qué es el test de Rosenberg?

Creado por el psicólogo Morris Rosenberg en los años 60, esta escala de autoestima fue pensada inicialmente para adolescentes, aunque hoy se aplica también con niños mayores y adultos. El test consiste en diez afirmaciones que permiten explorar cómo una persona se valora, cómo se percibe y qué tanto confía en sus capacidades.

 

test de rosenberg para qué sirve

 

Cinco de las afirmaciones deben ser positivas. Por ejemplo: “Creo que tengo cualidades valiosas”, y otras cinco negativas, como: “A veces me siento inútil”. Las respuestas se dan en una escala del 1 al 3 y la puntuación final ofrecerá una idea general del nivel de autoestima.

¿Por qué es útil en educación?

En el ámbito educativo, el Test de Rosenberg es en una herramienta valiosa para detectar señales tempranas de baja autoestima. Esto es clave porque la forma en que un niño se valora a sí mismo impacta directamente en su rendimiento, su motivación, su comportamiento y sus vínculos sociales.

Aplicarlo en un entorno escolar —con sensibilidad y cuidado— permite a docentes y orientadores identificar a aquellos alumnos que podrían necesitar más acompañamiento emocional. No para etiquetar, sino para escuchar mejor y, sobre todo, para intervenir a tiempo.

Cómo usarlo con niños

Este test puede integrarse como parte de un ejercicio de tutoría, una actividad de educación emocional o incluso una conversación tranquila en casa. Lo importante es crear un clima de confianza en el que el niño sepa que sus respuestas no serán juzgadas.

Las puntuaciones se interpretan así:

  • Menos de 15 puntos: autoestima baja, necesidad de refuerzo emocional.
  • Entre 16 y 25 puntos: autoestima saludable, aunque con espacio para reforzarla.
  • Más de 25 puntos: autoestima alta, que debe observarse con atención si se acerca a lo excesivo.

¿Cuáles son las preguntas del test?

  • Siento que soy una persona digna de aprecio.
  • Creo que tengo cualidades positivas.
  • Adopto una actitud positiva hacia mí mismo.
  • En conjunto, me siento satisfecho conmigo mismo.
  • Soy capaz de hacer las cosas tan bien como el resto de los demás.
  • Tiendo a pensar por norma general que soy un fracasado.
  • Pienso que no tengo mucho por lo que sentirme orgulloso.
  • Me gustaría poder respetarme y cuidarme más.
  • A veces me siento un inútil en comparación con el resto.
  • En ocasiones pienso que no sirvo para hacer ni decir nada.

test de rosenberg cómo llevarlo a cabo

 

¿Y luego qué?

Debemos tener presente que lo más importante del Test de Rosenberg no es la puntuación, sino lo que hacemos con ella. Si un niño muestra señales de baja autoestima, no se trata de corregirlo, sino de acompañarlo. Algunas acciones que marcarán en este sentido la diferencia son:

  • Reforzar lo positivo, sin comparaciones.
  • Celebrar el esfuerzo, más allá del resultado.
  • Normalizar los errores, como parte del aprendizaje.
  • Fomentar la perseverancia desde el afecto, no desde la presión.

En educación, hablar de autoestima es hablar de cimientos. Así, el Test de Rosenberg no es más que un espejo que nos permite observar cómo se ven los niños a sí mismos, y a partir de ahí, construir junto a ellos una imagen más fuerte, más segura, más amorosa. Porque un niño que cree en sí mismo está más preparado no solo para aprender, sino para crecer en paz consigo mismo.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

Comparte este artículo en

Envía un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *