Si deseas saber un poco más sobre los diversos trastornos que existen en el mundo, te invitamos en el artículo de hoy a conocer qué es la disfemia en la infancia, un trastorno muy común que pueden padecer muchos niños de nuestro entorno.
¿Qué es la disfemia?
La disfemia es un trastorno catalogado por la Sociedad Americana de Psicología, que se presenta con alteraciones del lenguaje caracterizadas por repeticiones y tropiezos. Esto suele darse, al mismo tiempo, por la imposibilidad de coordinación de algunas funciones psicomotoras.
Es decir, que la disfemia es lo que coloquialmente se conoce como tartamudez, y que en la actualidad suele afectar a un 5% de la población infantil y que se caracteriza fundamentalmente por la repetición de palabras y/o sílabas, bloqueos, así como por la redundancia a la hora de evitar una palabra en particular.
Cuáles son las causas que originan la disfemia
Pero, ¿cómo saber que hablamos de disfemia exactamente? Para ello es muy importante conocer cuáles son las características, pero también las posibles causas:
- Genética. Este trastorno puede ser hereditario.
- Problemas de aprendizaje. Cuando un niño presenta problemas de aprendizaje, puede tener problemas para comprender el lenguaje y, por supuesto, para recordar la información. Esto incide de forma directa en el poder formar y/o gesticular algunas frases.
- Problemas auditivos. Si un niño presenta problemas para escuchar, también los tendrá para repetir esos sonidos mediante el habla.
- Traumáticas. Cualquier problema presentado por estados de tensión prolongados.
- Es un trastorno que suele ser más frecuente que ocurra en hombres que en mujeres, llegando a predominar en un 75% en estos.
- Problemas de ansiedad en los niños. Cualquier niño pequeño puede sufrir ansiedad por determinadas circunstancias, pero en los niños con disfemia la probabilidad es aún mayor.
Tipos de disfemia en los niños
Veamos ahora cuáles son los distintos tipos de disfemia que existen:
- Verbal. Hace referencia a cuando los niños presentan dificultades para expresar sus pensamientos mediante el habla.
- Auditiva. Problemas de aprendizaje. No son capaces de distinguir los sonidos adecuados mediante los cuales se construyen las frases.
- Motora. Tiene relación con la velocidad con la que se pronuncian las palabras.
- Comprensión. Tiene que ver con el trastorno que imposibilita que los niños puedan comprender a los demás.
¿Qué hacer cuando tenemos a un niño con disfemia?
Siempre debemos tener una buena actitud, puede esto puede decir mucho de nosotros y de la manera en la que podemos enfrentar un trastorno. Así, en el caso de llegar a toparnos con un niño que sufra de disfemia, lo más aconsejable es, por ejemplo, no interrumpir al niño mientras entabla una comunicación.
Esto es algo que hará que el niño se sienta comprendido y que no se sienta juzgado por no permitirle terminar las frases que quiera dar a entender. Y siempre será bueno también mantener una conversación amena con él, para lo que deberemos buscar el sentarnos y ponernos cómodos para prestar la atención necesaria. Otra de las maneras de ayudar a un niño que presenta este trastorno es la de fomentar el hábito de la lectura.
Qué debemos hacer si un niño se bloquea al hablar
- Es importante que dejemos que el niño hable pausadamente y se logre expresar, y de la misma manera deberemos dirigirnos hacia él.
- Se le debe prestar la atención requerida con relación a las cosas que diga y como las diga, sin juzgar ni mucho menos corregir cuando cometa un error.
- No se le debe forzar que hable cuando surjan situaciones que le pueden hacer sentir mal.
- Evita en lo posible las burlas, los malos comentarios o los castigos relacionados con su trastorno.
- Del mismo modo, si observas que se traba al hablar, no termines las palabras por él y deja que las termine solo.
- Mantén una actitud sosegada, tranquila, de manera que el niño o niña en cuestión pueda sentir lo mismo y no se sienta presionado.
¿Cuándo se hace necesario solicitar la ayuda de un profesional?
Un trastorno de esta magnitud suele aparecer de forma intempestiva en algunos casos y en otros no, entre otras cosas por lo distinta que puede ser la causa de su origen. En cualquier caso, y siempre que apreciemos que un niño tartamudea, deberemos remitirlo a un profesional o a un terapeuta que se encuentre especializado en trastornos del lenguaje.
Este profesional indagará en cuáles podrían ser las causas que hayan motivado la aparición de la disfemia, algunas de las cuales podrán ser:
- En caso de llegar a existir antecedentes familiares.
- Al transcurrir algunos meses tras la aparición de los bloqueos.
- En el caso de que el niño asuma que se encuentra tartamudeando.
- En caso de que los profesores o los padres hagan notorio el problema del tartamudeo.
- En el caso de que el niño haya sido objeto de burlas o bromas por parte de familiares o incluso de algunos niños.
- En caso de que el niño llegue a presentar ansiedad, crisis o temor cuando se deba dirigir hacia el público.