7 beneficios de la relajación en los niños

La relajación es parte principal de una vida feliz. Saber desconectar, ralentizar la velocidad y respirar tranquilos hace que tengamos una perspectiva distinta de lo que nos rodea, lo cual es imprescindible para relativizar, no darle tanta importancia a las cosas, y además es fundamental también para asimilar lo que vemos, oímos y, sobre todo, sentimos.

Desde niños nuestra rutina debería incluir la relajación para convertirla en hábito mientras crecemos. Tendríamos menos estrés y ansiedad consiguiendo ser adultos más capaces, descansados y felices.

Tan importante como jugar, saltar, correr y realizar cualquier actividad física, es guiar al pequeño en el camino de la relajación. Enseñarle a pausar y respirar, a estar en silencio, a concentrarse, a escuchar simplemente. En definitiva, a subir para luego bajar con tranquilidad sintiendo como su cuerpo vuelve poco a poco a nivelarse.

Y esto no es todo. Si quieres saber más beneficios de la relajación en los niños continúa leyendo:

BENEFICIOS DE RELAJARSE EN LOS NIÑOS

  1. Cuando acaba una actividad intelectual o física más o menos intensa, pequeños ejercicios de relajación hacen que el niño alcance un estado de bienestar y tranquilidad que lo preparan para iniciar la siguiente actividad.
  2. Ordena las energías de los niños, mantiene la activación en un nivel óptimo y produce un bienestar global.
  3. Especialistas aseguran que ayuda a superar la timidez. Contribuye en la terapia de tratamiento de tics y otros síntomas relacionados con la ansiedad en niños especialmente nerviosos.
  4. Alimenta la confianza en sí mismo, estimula la memoria y la concentración, mejorando la capacidad de aprender.
  5. Un niño relajado es un niño más receptivo en todos los sentidos, más sensible con su entorno y con las personas que le rodean.
  6. Estar distendido y calmado mejora la calidad del sueño.
  7. Le hace bien a la circulación sanguínea, mantiene a raya la angustia, los ataques de pánico y es muy valiosa su ayuda para disminuir y eliminar el tartamudeo.

 

Como decíamos al principio, ser capaz de relajarse es saber vivir, es encontrar el equilibrio tan necesario en la vida actual, llena de prisas y carreras.

Asegurarnos de que nuestros hijos sepan combatir esa presión cotidiana desde muy pequeños es darles una herramienta irreemplazable para enfrentar las tensiones del día a día y los problemas que surjan desde la tranquilidad y la capacidad de reflexionar que proporciona el saber relajarse y, además, usarlo como recurso diario para encarar con paz nada más y nada menos que la vida.

Ya tenemos claro que es fantástico para el niño que le enseñemos a relajarse. Pues atención, también para nosotros será bueno porque nos “obligará” a predicar con el ejemplo y a vivir mejor, respirando y tomándonos las cosas con más sabiduría.

¿A qué esperas para transmitirle esa paz? Un “tranquilo, respira despacito, vamos a sentarnos, no hay prisa, mira a tu alrededor” siempre agachados para estar a la altura de sus ojos hace milagros. ¡Pruébalo!

Autor: Carolina Cuello

Escribo desde siempre, por trabajo y por placer. Creo que la palabra escrita puede cambiar el interior de las personas y es en lo que pienso cuando redacto un nuevo artículo. Más información

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