El pensamiento configuracional nace en un momento en el que las teorías de los físicos resultaban inadecuadas para explicar la psique humana, y el paradigma constructivista resultaba insuficiente para los nuevos modelos pedagógicos emergentes.
Así pues, el pensamiento configuracional apareció para dar respuesta a dichos vacíos propios de la complejidad del ser humano, ya que desde sus presupuestos se aceptaba la idea de que el pensamiento tiene una doble génesis, o lo que es lo mismo: interno y externo, biológico y cultural o genético y social.
Sin duda el pensamiento configuracional se trata de un tema complejo, pero es muy interesante para el estudio de la infancia, y por eso en este artículo queremos explicar en qué consiste el pensamiento configuracional exponiendo sus principales presupuestos.
¿Cuál es el problema de los paradigmas actuales sobre el pensamiento?
Las teorías que provienen de los métodos científicos han sido concebidas para encontrar realidades en el mundo material, pero resultan inadecuadas en el mundo inmaterial al que pertenece el estudio del pensamiento.
Durante muchos años los científicos que han abordado el estudio de los pensamientos han tenido que abrirse camino dentro de esta realidad, por ejemplo, Piaget y Vygotsky han utilizado la epistemología dialéctica para aproximarse a la mente humana y su evolución dentro del paradigma constructivista predominante.
Tanto Piaget como Vygotsky han sido dos grandes psicólogos y epistemólogos que han establecido una estructura filosófica sobre la que se han escrito importantes procesos de aprendizaje, principalmente en niños, y de los que ya hemos hablado en nuestro blog.
Pero el hombre no para de evolucionar y las teorías que tratan de explicar sus formas de pensamiento tampoco pueden parar de hacerlo, y por ello ha llegado el momento de pararse un momento en estos grandes personajes y, a partir de ellos, poder seguir evolucionando. Y es ahí, precisamente, donde la propuesta del pensamiento configuracional tiene su nacimiento.
Presupuestos del pensamiento configuracional
La metodología de la introspección y la auto-observación subjetiva son los caminos que resultan más apropiados para avanzar en las argumentaciones científicas que se realizan sobre los pensamientos. Entonces, se reconoce que se trata de un carácter consciente e intuitivo donde se busca una verdad que no se espera alcanzar, o al menos por ahora.
Sin embargo, esto abre las puertas para que todos participemos en la búsqueda de la verdad e impulsa una consciencia de que las potencialidades de la teoría del pensamiento dependerán de las acciones de los sujetos implicados en el proceso de investigación. Eso sí, no abandona su carácter dialéctico, pues reconoce que la dialéctica lleva a la adopción del enfoque holístico, donde se reconoce el poder de las contradicciones para seguir avanzando en la búsqueda de la verdad, la evolución y la transformación.
La teoría de las configuraciones abre las puertas al pensamiento infantil, aquel que existe mucho antes de que el niño comience a hablar. Es decir, se abre la posibilidad de que el pensamiento se cree con cierto sustrato genético, bilógico y neural, además del que aporta la condición psicológica y sociocultural del niño.
La percepción es la puerta de enlace entre las sensaciones, emociones y los pensamientos desde donde se plantean nuevas formas de investigar el pensamiento infantil. Por ejemplo, no se puede negar que un adulto que asocie un olor agradable como la fresa con un hecho trágico, construya pensamientos negativos cada vez que huele a fresa. De igual forma, un bebé que sienta la voz de su madre con tan solo horas de nacido, puede asociarlo directamente con paz o tranquilidad y… ¿por qué no con pensamientos agradables? Todavía hay mucho que investigar al respecto de los pensamientos de los más pequeños, y esta apertura se permite desde el conocido como “pensamiento configuracional”.
En resumen, el pensamiento configuracional es una forma de interpretar la realidad del pensamiento desde una postura interpretativa, jamás determinista, en la que se acepta la naturaleza contradictoria, compleja e irregular de su explicación para revelar nuevas cualidades y relaciones. Algo complejo, sin duda, pero necesario para que muchos maestros puedan entender mejor la infancia y los procesos de aprendizaje, así como a grandes figuras del mundo de la educación como Vygotsky o Piaget.