Tanto los adultos como los niños necesitan tiempo para descansar y poder relajarse, y no hay mejor forma de hacerlo que en la temporada vacacional, como ocurre en Semana Santa. Y es que las vacaciones nos permiten desconectar de la rutina y crear momentos únicos capaces de señalar nuestras vidas, especialmente las de los niños.
No obstante, ese tiempo de descanso que suponen las vacaciones suele acarrear un descontrol total de los hábitos y de las rutinas adquiridas durante el resto del año, y que son sumamente importantes para el desarrollo infantil.
Por ello, y para evitar esa angustia que puede generarse en los niños al volver a clase, os presentamos a continuación algunos consejos que pueden servir de ayuda para hacer más fácil y amena la vuelta a normalidad, evitando los cambios drásticos y los bajones de ánimo. ¿Comenzamos?
5 ideas para que los niños puedan volver a la rutina de forma fácil
Las vacaciones se disfrutan al máximo, sobre todo por parte de los más pequeños, y es completamente lógico: no hay tareas, no hay deberes, no hay que dormir temprano ni ir al colegio, se pasa mucho más tiempo con la familia y los planes favoritos se convierten en ir al parque durante más tiempo, a la playa, de acampada…y sobre todo en jugar, pero en el momento en que todo termina puede hacerse cuesta arriba la vuelta a la normalidad.
Por eso, cuando ponemos fin a algún periodo vacacional, como el de la Semana Santa, los niños pueden sufrir un gran desasosiego que les haga sentirse incapaces de volver a su rutina habitual, con serias dificultades para concentrarse, dormir, o adaptarse de nuevo a los horarios normales. Sin embargo, no todo está perdido, y la vuelta a la normalidad puede hacerse de una forma mucho más sencilla siguiendo una serie de recomendaciones como las siguientes:
- Realizar cambios de horarios gradualmente
Hay que impedir que el cambio se genere drásticamente, es decir, que se hagan de la noche a la mañana, por lo que es necesario comenzar paulatinamente a establecer esos horarios que se tienen en la vida diaria antes de que terminen todos los días de vacaciones.
Estos cambios deben ser pequeños y graduales, desde las horas para dormir y levantarse, hasta la hora de comer. Introducirlos poco a poco es lo ideal, ya que esa clase de cambios, en pasos pequeños, harán que el niño enfrente más fácilmente el inicio de un nuevo curso escolar o la vuelta de algún periodo de vacaciones concreto como la Semana Santa o la Navidad.
- Reorganizar hábitos alimenticios
Los buenos hábitos alimenticios favorecen notablemente el buen rendimiento y desempeño de nuestros hijos en el ámbito escolar. Sin embargo, durante el verano o la Semana Santa, así como en Navidad, es muy común el descontrol de las comidas en los pequeños, dejando a un lado los hábitos saludables de una alimentación adecuada.
En los meses de vacaciones no suele haber un horario fijo, ni restricciones de comidas ricas en grasas y azúcares, lo que ocasiona indudablemente un desajuste en los horarios de comidas. Esta situación hace que, al finalizar las vacaciones y con la llegada de la vuelta a la rutina, a los niños les cueste mucho más seguir unos hábitos alimenticios saludables.
Para evitar la pérdida de estos hábitos es fundamental comenzar ordenándolo todo unas semanas o días antes del regreso a clases, comenzando por animar a los pequeños a comer comidas ricas y saludables, jugando a su vez con diversas opciones que sean atractivas para el niño o la niña en cuestión.
- Planear juntos con los niños el regreso a clases
Una excelente forma de hacer entender a los más pequeños de la casa que el inicio escolar está cerca y que habrá que comenzar con los hábitos diarios, es alentándoles para que sean parte de esa planeación de inicio de curso o de rutinas habituales. Pero, ¿cómo podemos hacer que ellos sean parte de ese proceso? Pues invitándoles, por ejemplo, a que nos ayuden a realizar la lista de los útiles escolares que harán falta durante la primera semana o los nuevos temas que se van a trabajar de forma amena, como si de un juego de detectives se tratara. Haciendo que algo sencillo se haga en familia y sea motivador, conseguiremos que los niños no sientan desánimo a la hora de volver a clase.
Por último, en este punto, algo de vital importancia es que los padres también se muestren animados con su propia vuelta a la rutina, pues son el espejo en el que los niños se ven reflejados.
- Implementar pequeñas actividades escolares
Los recesos escolares permiten a los niños disfrutar de meses o semanas de mucha diversión, lo que provoca que la escuela quede en el olvido y se dificulte enormemente la realización de actividades escolares por parte de los niños.
Por eso, para no tener que lidiar con este escenario, es bueno empezar a hacer pequeñas tareas antes de volver a clase, con algunos repasos o ejercicios sencillos. Otra estrategia que sirve mucho es la de disfrutar de un libro antes de ir a dormir, siendo una práctica simple y fácil de llevar a cabo que puede convertirse en una manera efectiva de retomar también los hábitos de estudio y del día a día.
- Conversar sobre el tema de la vuelta a la rutina
Esta es una de las ideas más sencillas que podemos llevar a cabo con los niños para que puedan volver a sus rutinas de forma fácil, y no es otra que la de hablar.
Y es que, por medio de la comunicación efectiva y asertiva con los pequeños, podemos saber sus preocupaciones, aclararles las dudas que tengan con respecto a cualquier tema, o hacerles ver el lado bueno del regreso a clases, como pueda ser el de ver de nuevo a los amiguitos del cole, jugar en el recreo o aprender muchas cosas nuevas. Además, la vuelta a clase también significa que las siguientes vacaciones están más cerca, y de nuevo podremos planear momentos inolvidables que sin duda llegarán. ¡Por eso siempre es bueno volver a empezar!
