Ideas para organizar las vacaciones de verano con los niños

Avalancha…Vuelven los niños tras las vacaciones y vuelven dispuestos a quedarse, a jugar, a saltar, a pelearse…y de paso traen consigo un arma a veces complicada: energía a raudales. Algo contra lo que no suele haber defensa posible y lo mejor es claudicar, solo así podremos guiar ese vendaval y conseguir que el tornado encuentre sitios seguros en los que desahogarse.

La buena noticia es que, para conseguir que los peques reduzcan sus elevados niveles de energía en la época del año que más tiempo libre tienen, existen toda una serie de actividades que se pueden llevar a cabo. Dichas actividades, al mismo tiempo, nos permitirán disfrutar del tiempo en familia de la mejor manera posible.

 

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Cómo afrontar las vacaciones escolares de los peques

Pocos son los padres a los que las “vacaciones escolares de los niños” les suenen a descanso. Los niños parecen tener programado durante todo el periodo estival que deben levantarse a las 8 de la mañana y no es fácil sacarles esa manía de la cabeza. Ya podemos estar cansados o deseando disfrutar un poco más de las sábanas…que los niños son niños y en su inocencia ignoran la “crueldad” a la que pueden someternos. En dichos momentos complejos es, precisamente, cuando los mayores debemos tomar ejemplo de los más pequeños.

Durante el resto del año los profesores van dando tareas a los niños, tareas en las que se implican, que captan su interés, en las que se concentran y con las que aprenden…Pero llega el verano y no debemos pensar que el profesor se ha ido y ya está, sino más bien en que se ha tomado un descanso y ahora nos toca a nosotros. Pero no pienses en ocupar el tiempo de los peques en una segunda escuela, sino quizá en algo más parecido a una escuela de verano o a un campamento. Una escuela sin cursos ni exámenes, en la que predominen los juegos como deberes y en la que las asignaturas que más se practiquen sean todas aquellas relacionadas con la creatividad, el desarrollo de la imaginación y la práctica del deporte.

Por ejemplo, podemos empezar dejando tras el desayuno un tiempo de juego en pijama o para ver dibujos un ratito en la tele. Eso sí, no deberíamos permitir que ese tiempo vaya más allá de una hora, porque si no los niños se malacostumbrarán y luego les costará el no recurrir a esa rutina cuando tengan que volver al cole o toque hacer algo diferente. La creatividad será muy importante para que los niños se sientan motivados y con ganas de hacer cosas nuevas cada día, pero las vacaciones son muy largas, por lo que no puede ser juego y juego todo el tiempo, y debemos dejar un pequeñito espacio para la responsabilidad.

Si los niños ya cuentan con unos cinco o seis añitos también podrás involucrarlos en las tareas de casa de forma leve y progresiva. Eso sí, tienes que tener la habilidad de presentar las tareas diarias como retos únicos, y con eso no solo te habrás ganado unos grandes compañeros de equipo y aliados, sino que además les estarás enseñando el orden o que sepan hacerse cargo de sus cosas. Es mejor que en lugar de decirles “hay que hacer esto” o ” no hacéis nada”, intentes seducirles con otras frases como: “A ver si sois capaces de llevar la ropa sin que se caiga” o “mira, así se dobla un pantalón, ¿a ver cómo lo haces tú?”. Quizás para ti hacer estas cosas sea una pesadez, pero para ellos puede ser todo un descubrimiento.

A los niños les encanta hacer las cosas que hacen los mayores, y si además les dices cosas como que acompañarte a la compra “es algo de mucha responsabilidad y que no es nada fácil o que no lo puede hacer todo el mundo…” conseguirás una mayor dosis de motivación y que se sientan importantes. Junto a ellos tú mismo, como padre o madre, podrás aprender a mirar las pequeñas cosas del día a día con los ojos de un niño, esos que le dan a todo un sentido especial y muy sano para la vida.

 

 

Cosas en las que ocupar el tiempo en verano con los niños

Como decíamos, a nuestra escuela de verano no le puede faltar el deporte. Correr, nadar, ir en bicicleta, dar patadas a un balón, jugar a las palmas o al pilla-pilla… ¡lo que sea! El verano, además, es una fecha excelente para comprar pelotas, bicicletas, raquetas o pistolas de agua, pues son lo que más abunda en las superficies comerciales y a muy buen precio.

Cuando se acerque la hora de la comida también puede ser una buena idea el pensar en cocinar en equipo. Proponer a los niños cocinar puede ser toda una aventura, así que no dudes en ponerla en práctica. Les enfundamos un delantal, guantes y gorro si podemos, y comenzamos a llamarles por su “verdadero nombre”: chef, maître, capitán salchichón…o como el niño/a prefiera.

 

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Después de comer podemos volver a introducir la idea de las tareas domésticas en equipo y hacer que los peques recojan sus platos y acudir después a juegos que requieran menos movimiento, para que no vayan acumulando más energía conforme se acerque la noche. El verano debe ser también tiempo de lectura, así que intenta conseguir libros que les interesen y que les enganchen, y no olvides preguntarles por lo que leen o pedirles que te lo resuman. Esto es muy bueno para que desarrollen sus capacidades de comprensión, expresión y memoria.

En estas fechas hay todo un mundo de actividades para salir con los niños. Existen multitud de museos e instituciones que organizan en estas fechas aventuras, campamentos urbanos, excursiones y demás dinámicas pensadas solo para peques. Seguramente tu ayuntamiento también tenga varias opciones preparadas, así que no te olvides de consultarlas todas.

Y así, juego a juego y salida a salida, se habrán ido pasando las horas y se echarán las noches encima. Tal vez mañana habrá que inventarse de nuevo algo, pero ahora por primera vez en todo el día podremos disfrutar del lado más amable de la tranquilidad, ese en el que los niños, cansados y felices de tanto jugar, al fin se hayan dormido.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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