Las secuelas que ha dejado la pandemia en la educación de los niños comienzan a notarse. Las medidas de confinamiento no solo limitaron sus libertades habituales de carácter social, sino también su forma de aprendizaje. La responsabilidad de observación educativa quedó en manos de los padres o cuidadores de los niños al ser cada hogar una escuela, no pudiéndose así cumplir adecuadamente con los objetivos escolares y educativos que se hubieran desarrollado en condiciones normales.
Por eso, en este punto, es necesario reflexionar sobre el hecho de que no todos los padres tienen el mismo grado de educación, ni todos los hogares tienen las mismas herramientas tecnológicas o la misma disposición de tiempo para sus hijos. A esta situación puntual que supuso el confinamiento mundial de las personas por el bien de la salud, se suma que muchas veces los padres, dentro de la normalidad, no siempre tienen ese conocimiento profesional (y es absolutamente lógico) necesario para detectar y mitigar a tiempo, en la medida de lo posible, las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) que siempre han existido en los niños y que es importante detectar a tiempo.
Dificultades como la dislexia, la discalculia o la disgrafía suelen presentarse en los niños a una temprana edad; la buena noticia es que pueden corregirse fácilmente o compensarse, según el caso, con algunas prácticas como las que te contamos a continuación.
Dificultades de aprendizaje habituales. ¿Cuáles son?
Conozcamos ahora y de forma sencilla en qué consiste cada una de estas dificultades y cómo superarlas.
- Dislexia
La dislexia es la dificultad más común y normal en los niños pequeños que comienzan a iniciarse en el camino de la lectura, y se refiere a la dificultad de leer con fluidez y sin errores. En ocasiones esta dificultad puede influir en la comprensión lectora o en la ortografía, ente otras, y no está vinculada directamente con la inteligencia del niño.
La forma de identificar la dislexia es prestando atención a la dificultad que presenta cada niño para realizar el sonido final de una palabra, dificultad para rimar, dificultad para aprender palabras nuevas…, o si algunas veces les cuesta reconocer letras al mismo tiempo que no emiten el sonido de esa misma letra que le corresponda. La forma de combatir o compensar la dislexia es practicando con lectura, ejercicios escritos y mucha disciplina.
- Discalculia
La discalculia es un término que se emplea para identificar la dificultad de realizar operaciones matemáticas mentalmente. La principal forma de identificarla es cuando el niño presenta dificultades para recordar las tablas de multiplicar.
Para tratar la discalculia lo primero que debes hacer es integrar al niño en actividades cotidianas, una de ellas puede ser la de cocinar, y que el niño/a así te pase los ingredientes de la preparación, por ejemplo: tres zanahorias, dos cebollas, tres patatas…, y así sucesivamente hasta alcanzar niveles exigentes en el cálculo. Otra de las formas es jugar con el reloj y que te avise a ciertas horas para una tarea determinada como ir al supermercado. Esta actividad también servirá para que un niño o niña te ayude a revisar los precios de los artículos, lo cual suele ser muy divertido para ellos por la cantidad de colores y reclamos que hay, así como por el hecho de salir de casa y pasar el tiempo juntos.
- Disgrafía
La disgrafía viene dada por la dificultad que puede darse en la coordinación de los músculos de la mano a la hora de escribir, dominar y dirigir el lápiz. La mejor forma de controlarlo es a través del ejercicio rutinario de terapias prácticas que permitan al niño desarrollar habilidades a la hora de tomar instrumentos pequeños con sus manos y dedos.
La principal causa de la disgrafía es una incorrecta posición a la hora de escribir, así como también la forma inadecuada de coger el lápiz, bolígrafo o rotulador. La forma de ayudar en estos casos en el aula es a través de las conocidas planillas en cuadernos de doble línea, así como también a través de ejercicios en el mismo cuaderno para soltar la mano, como por ejemplo hacer círculos, líneas quebradas, líneas continuas, etc.
Estas son las tres dificultades de aprendizaje más comunes en los niños que podemos identificar con solo tener la información adecuada. No son problemas graves, pero deben corregirse a tiempo, de manera que el apoyo que brindes a tus hijos y alumnos en estas tres dificultades, les ayudará enormemente en el futuro. ¡Merece la pena!