Decir a los estudiantes lo que están haciendo bien es una de las herramientas más poderosas que tenemos para ayudarles a consolidar y a desarrollar sus comportamientos y habilidades positivas, y los maestros no son los únicos que pueden brindar este tipo de apoyo. Es decir, que deberíamos también instruir y guiar a los propios alumnos para que aprendan a reforzarse positivamente unos a otros, lo que además de fomentar el compañerismo también aumentaría el buen ambiente y la armonía dentro del aula.
Y una de las formas en la que los estudiantes pueden alentarse mutuamente es a través del uso efectivo de los “cumplidos” y las palabras positivas. Al igual que ocurre con casi todas las habilidades, dedicar cumplidos y palabras positivas a otros debe ser algo enseñado y practicado. Los cumplidos pueden ayudar a las personas a sentirse bien con su trabajo y a construir sus logros, pero no deben ser cumplidos “groseros” ni mal aplicados, por lo que sería interesante debatir con los alumnos sobre qué consideran un cumplido y qué no, y cuáles son aquellos momentos en los que considerarían efectivo aplicarlo. Por supuesto, se trataría de hacer cumplidos y de decir palabras positivas a los compañeros sobre sus capacidades o sobre su esfuerzo en clase para que puedan motivarse…nunca sobre su aspecto físico, etc.
Pon esta idea en práctica dando un cumplido a un estudiante, por ejemplo: “Dani, guardaste todos los materiales muy bien y con mucho cuidado. Esto nos ayudará mucho la próxima vez que queramos usarlos”, y pregunta después a los alumnos qué notan o sienten al escuchar frases como esta. Una vez hecho esto, si crees que tus alumnos están preparados para el desarrollo de este ejercicio, pídele a algún alumno que actúe con sus propias palabras positivas hacia algún compañero.
Cómo poner los refuerzos positivos en acción en el aula
Deja que los estudiantes tengan la oportunidad de practicar el refuerzo positivo. Esto puede ser difícil de hacer al principio, fundamentalmente por timidez, así que si detectas demasiados problemas aplaza el ejercicio para otro momento u organiza una sesión en la que se trate de leer algún libro y de analizar después los refuerzos positivos que podrían dar (o no) a los protagonistas del libro conforme a sus actos. También puede hacerse a modo de representación en obra de teatro, en la que los alumnos tengan que representar a los personajes de un libro y, de algún modo, hacer ese refuerzo positivo posterior entre ellos.
Pero también es importante enseñar a los estudiantes cómo aceptar un cumplido. Algunos estudiantes, especialmente a medida que crecen, pueden tener dificultades con la incomodidad o la vergüenza cuando reciben un cumplido o refuerzo positivo, pero esto no significa que no lo aprecien o no lo necesiten. Una vez que los estudiantes conocen los pasos básicos para dar y recibir cumplidos, es hora de practicar. Una forma de hacerlo es a través de un círculo de cumplidos para el que los estudiantes pueden prepararse durante todo el día.
Establece los parámetros en los que debe centrarse el cumplido o refuerzo positivo. Por ejemplo, puedes especificar que los cumplidos deben ser sobre cómo las personas siguen las reglas del aula o sobre cómo ser amables entre sí. Esto ayudará a los estudiantes a evitar cumplidos vagos como “eres genial”. Algunos estudiantes pueden necesitar más ayuda para pensar en un cumplido o refuerzo, así que no dudes en guiarles con planteamientos como los siguientes:
- ¿Hay algo que hayas visto a alguna persona hacer hasta ahora y que podría ser bueno felicitar?
- ¿Qué podrías ver de otros en los próximos días?
- Si es necesario, puedes escribir la siguiente oración para ayudarles a estructurar sus cumplidos: “______, te vi _____. Eso ayudó a nuestra clase porque _____ “.
Una vez que los estudiantes se acomoden bien a esta dinámica ya puedes añadir otras variantes, como realizar el círculo de refuerzo positivo cada mañana para destensar o al final de cada clase, o incluso aplicarlo a la escritura. Haz que los estudiantes escriban un cumplido para otra persona de la clase y que lo dejen en su escritorio al día siguiente con una nota adhesiva. ¡Todo el mundo empezará la clase con una sonrisa en la boca!
Cuando los estudiantes desarrollan la habilidad de dar cumplidos, pueden usar el lenguaje para identificar y afirmar comportamientos sociales y académicos positivos, tal como lo hacen los maestros con el refuerzo del lenguaje. Esto ayudará a los estudiantes a participar activamente en la construcción de una comunidad de aula más sólida y solidaria.