Uno de los enfoques cognitivos más populares para el estudio de la motivación ha sido la llamada “teoría de la disonancia cognitiva”, estudiada sistemáticamente por el psicólogo estadounidense Leon Festinger, nacido en el año 1957. Esta teoría trata de cómo las personas deberían procurar mantenerse firmes en sus comportamientos y creencias, a través del estudio de las relaciones existentes de la cognición. Pero, ¿qué más datos debemos saber sobre esta teoría y por qué es importante para los estudiantes?
Cuando los estudiantes son conscientes de las expectativas académicas y su propio rendimiento, pueden experimentar disonancia cognitiva si perciben una discrepancia entre ambos. Así, fomentar la responsabilidad personal y alentar a los estudiantes a asumir la responsabilidad de su aprendizaje puede ayudarles a reducir esta discrepancia y aumentar su motivación para lograr el éxito académico, pero veámoslo todo más detenidamente.
El origen de la teoría de la disonancia cognitiva
Como hemos podido ver, la conocida como “teoría de la disonancia cognitiva” se atribuye al psicólogo estadounidense Leon Festinger, creador de esta teoría y de la de la comparación social. Pero, ¿qué es exactamente la cognición? Pues una cognición, según el propósito de esta teoría, puede considerarse como una “pieza de conocimiento”. El conocimiento puede ser sobre una actitud, una emoción, un comportamiento, un valor, etcétera. Por ejemplo: el conocimiento que puedes tener sobre cómo te gusta el color azul y no el rojo, es una cognición; el conocimiento que tienes de que metiste un gol en tu último partido, es una cognición…y así sucesivamente. Esto quiere decir que las personas tienen multitud de cogniciones simultáneamente, y que dichas cogniciones forman relaciones irrelevantes, consonantes o disonantes entre sí.
Además, según esta teoría, se produce un estado motivacional denominado “disonancia cognitiva” cuando esas creencias, actitudes o comportamientos son inconsistentes, motivo por el que gran parte de la investigación sobre la disonancia cognitiva se ha centrado justo en aquello que sucede cuando las actitudes y los comportamientos son inconsistentes.
La existencia de la irrelevancia cognitiva
La irrelevancia cognitiva probablemente describe la mayor parte de las relaciones entre las cogniciones de una persona. Y es que la irrelevancia, simplemente, significa que las dos cogniciones no tienen nada que ver entre sí. Dos cogniciones son “consonantes” si una cognición se deriva de la otra o se ajusta a ella. En este sentido, no sabemos si esto se debe a la naturaleza del organismo humano o si se aprende durante el proceso de socialización, pero lo cierto es que las personas parecen preferir más las cogniciones que se ajustan a las que no lo hacen. Y es justo esta simple observación la que da a la teoría de la disonancia cognitiva su clave más interesante.
Se dice que dos cogniciones son disonantes si una cognición se sigue de lo opuesto a otra, pero, ¿qué pasa con las personas cuando descubren cogniciones disonantes? La respuesta a esta pregunta forma el postulado básico de la teoría de Festinger: “se dice que una persona que tiene cogniciones disonantes o discrepantes se encuentra en un estado de disonancia psicológica, que se experimenta como una tensión psicológica desagradable”. Este estado de tensión tiene propiedades drásticas que se parecen mucho a las del hambre y la sed, por eso, cuando una persona ha sido privada de alimentos durante varias horas, experimenta una tensión desagradable y se ve obligada a reducir el estado de tensión desagradable resultante. Sin embargo, reducir el estado psicológico de la disonancia no es tan simple como comer o beber.
El estado de disonancia según Leon Festinger
Para entender las alternativas abiertas a un individuo en estado de disonancia, primero debemos entender los factores que afectan la magnitud de la activación de la disonancia. Primero, en su forma más simple, la disonancia aumenta a medida que aumenta el grado de discrepancia entre las cogniciones. Segundo, la disonancia aumenta a medida que aumenta la cantidad de cogniciones discrepantes. Tercero, la disonancia es inversamente proporcional al número de cogniciones de consonantes que posee un individuo. Cuarto, los pesos relativos dados a las consonantes y cogniciones disonantes pueden ajustarse por su importancia en la mente del individuo. Si la disonancia se experimenta como un estado de unidad desagradable, el individuo se verá motivado a reducirla, y debería ser posible predecir qué podemos hacer para lograrlo:
- Cambiando las cogniciones: si dos cogniciones son discrepantes, simplemente podemos cambiar una para que sea consistente con la otra. O podemos cambiar cada cognición en la dirección de la otra.
- Añadiendo cogniciones: si dos cogniciones causan una cierta magnitud de disonancia, esa magnitud puede reducirse agregando una o más cogniciones de consonantes.
- Alterando importancia: dado que las discrepancias y las cogniciones consonantes deben ser ponderadas por su importancia, puede ser ventajoso alterar la importancia de las diversas cogniciones.
El papel de la disonancia cognitiva en la motivación
Los enfoques de motivación cognitiva también han explorado la idea de que la motivación humana está fuertemente influenciada por la necesidad de competencia o control. Aunque hay varias corrientes sobre esta teoría, la mayoría tienen en común la idea de que el comportamiento humano está motivado, al menos en parte, por la necesidad de llegar a ser lo más posible. Un ejemplo de este enfoque es la teoría de autorrealización de Abraham Maslow.
Maslow propuso que la motivación humana puede entenderse como resultado de una jerarquía de necesidades, las cuales comienzan con las demandas fisiológicas más básicas, y van avanzando hasta las necesidades de seguridad, las de pertenencia y las de estima, terminando finalmente en la auto-realización. Es decir, que cada nivel dirige el comportamiento hacia el nivel de necesidad que no se cumple adecuadamente, y según se van satisfaciendo las necesidades de los niveles inferiores, más se activa la motivación para llegar. Eso sí, a medida que un individuo progresa hacia arriba, se hace cada vez más difícil satisfacer con éxito las necesidades de cada nivel superior, y por ello Maslow creía que muy pocas personas realmente alcanzan el nivel de autorrealización.
Así si trasladamos toda esta teoría a la realidad del aula, podemos comprender cómo, cuando los estudiantes se enfrentan a la disonancia entre sus metas académicas y su rendimiento actual, pueden experimentar una falta de motivación. Por eso es tan importante establecer metas claras y alcanzables, porque con ellas se reduce la disonancia cognitiva alineando las creencias sobre lo que quieren lograr con sus acciones y sus esfuerzos diarios. ¡Y en ello tienen un importantísimo papel padres y profesores!