Los temas y las unidades elegidas para una planificación escolar deben basarse en conceptos. Por ejemplo, una unidad sobre “osos” o sobre el “circo”, no estaría impulsada por conceptos. Sin embargo, otro tipo de unidades sobre “cómo viven los animales”, “la inmigración” o “las comunidades”, sí son conceptos que proporcionan una base para las unidades a impartir.
Las unidades temáticas son poderosas para construir y mantener el interés de los estudiantes, y por eso es muy importante tener claro en qué consisten. Los estudiantes de todos los niveles deben estar motivados a la hora de aprender, entonces, aunque la lectura se pueda nivelar para agrupar a los estudiantes, por poner un ejemplo, todos estarán leyendo sobre el mismo tema. Por eso, la ventaja de usar unidades temáticas debe ser también la capacidad del maestro para introducirlas adecuadamente con el fin de expandir las ideas y el contenido de forma positiva y efectiva y de manera adaptada.
Al contrario de lo que se enseña con unos apuntes reciclados año tras año, las unidades temáticas de estudio nunca se estancan, pues se componen de actividades más prácticas y dinámicas. Como principio, para que puedas planificar bien el curso con la integración de las unidades temáticas basadas en conceptos, debes seleccionar una unidad y construir a partir de la misma. Comienza con conceptos, objetivos, materiales y un elemento de tiempo. También puedes preguntar a los alumnos qué les gusta o qué les interesa, lo que variará en cada clase y en cada nivel. Permíteles también evaluar su propio aprendizaje y el contenido de la unidad, o decide dónde deberías modificar las lecciones o los materiales según los intereses y el nivel del alumnado.
Y sobre todo, no olvides que las unidades y proyectos temáticos basadas en conceptos son maravillosos en el desarrollo de un sentido de orgullo y propiedad en el aprendizaje por parte del docente, y es que es una forma de diferenciarse y de buscar la originalidad en la enseñanza, tan necesaria hoy en día.
Consideraciones a tener en cuenta en una planificación
- Duración de la unidad: una semana, dos semanas, cuatro semanas, etc. ¿Cuánto tiempo tienes para la implementación de la unidad?
- Áreas de contenido a integrar: si se trata de estudios sociales, qué conceptos se están utilizando, qué necesitas para coordinar, si se pueden establecer relaciones con otras materias…
- Expectativas del plan de estudios de tu centro escolar. Busca listas de verificación de habilidades y conceptos integrados en cada unidad, qué actividades se utilizarán para reforzar las habilidades tal como se presentan, o plantea reuniones para comparar métodos e ideas con otros compañeros.
- Disponibilidad de materiales: deberás contar tanto con los proporcionados por el centro como con otro tipo de materiales complementarios que tengas, o puedas comprar o encontrar.
- Introducir la tecnología: procura que en cada unidad o proyecto esté presente la tecnología. Proyectores, vídeos, juegos educativos online, aplicaciones didácticas, búsqueda de información consciente y responsable, principios de la robótica…
- Canciones y poemas: encuentra recursos interesantes que se pueden utilizar para las clases, para posibles pausas activas, tiempos de círculo…como por ejemplo la música. Revisa los materiales prácticos que sean necesarios para cada tema específico, pero también otros aspectos como el vocabulario que desees usar en la unidad.
- Arte y proyectos: busca proyectos e ideas originales para ampliar las unidades. Por ejemplo, crea un centro de arte, un libro viajero…este tipo de experiencias podrán incorporarse al final de la semana, al final de la unidad, al final de un proyecto determinado…y pueden extenderse al ámbito del hogar.
- Espacio disponible: es muy importante tener siempre presente el espacio disponible a la hora de planificar experiencias y actividades prácticas, ya que si no lo haces los proyectos finalmente podrían verse frustrados y no completarse adecuadamente una planificación didáctica.
- Necesidades de los estudiantes: ten siempre presente las necesidades de cada estudiante y de cada grupo con respecto a si existen o serán necesarios diversos estilos de aprendizaje, de lenguaje, de atención, etc.
- Busca la diferencia: una buena forma de buscar la diferencia en una planificación es establecer actividades relacionadas con salir fuera del aula, entrar en contacto con grupos o colectivos especiales, etc., siempre teniendo presente la temática de la unidad. Por ejemplo, en una unidad basada en el estudio y la aproximación a los planetas, puede ser muy buena idea hacer una salida nocturna al campo o asistir a algún centro de ciencias o astrología. Si por el contrario la unidad es la inmigración, podría ser excelente entrar en contacto con grupos de jóvenes refugiados o en situación de asilo y trabajar después en la evaluación y en el análisis individual de la experiencia.
- Evaluación de unidad y alumnos: en este punto deberás pensar muy bien en cuáles serán los criterios a tener en cuenta. Resolución de problemas, creatividad, trabajo en grupo, comprensión, responsabilidad, empatía…aunque todo dependerá, en buena medida, del tipo de unidad temática que se esté realizando.