Por qué aprender no siempre puede ser divertido

Hablamos muy a menudo de la necesidad de crear materiales y propuestas didácticas novedosas que permitan entusiasmar a los estudiantes y hacerles ver que aprender puede ser divertido, y en el Bosque de Fantasías trabajamos concienzudamente para procurar que esto sea posible. Sin embargo, este empeño por crear materiales y técnicas divertidas para la enseñanza no debe hacernos perder el norte. Es decir, que no puede hacer que nos olvidemos de que aprender no siempre puede ser divertido, y que trabajar y esforzarse puede ser duro y requerir de muchísimo esfuerzo. De hecho, aprender y trabajar puede ser en muchas ocasiones algo que frustre, que agote, que estrese…y no por ello el fin a conseguir deja de ser menos interesante, pues puede serlo al menos igual o incluso más. Entonces, ¿por qué enviamos ese mensaje, cada vez más repetido, de que aprender puede ser muy divertido si esto no es siempre posible?

 

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En este artículo queremos analizar la importancia que tiene el ser conscientes de que mandar mensajes continuados de este tipo a los alumnos puede ser un error, y que la clave es hallar la media entre las tácticas más amenas y distendidas y la apuesta por el esfuerzo, el trabajo y el compromiso de todos los días.

 

 

La búsqueda del equilibrio entre el trabajo y el juego

Hoy en día parece existir una presión incesante entre grupos de profesores y grupos de redes sociales en torno a  la necesidad de diseñar y estructurar cada lección de forma absolutamente bonita y entretenida, casi como si la estética fuera más importante que cumplir con los estándares de calidad que requiere el aprendizaje. Juegos, fichas, dinámicas increíbles que hagan pasar un buen rato, unicornios, personajes de dibujos, letras con glitter…son solo algunos ejemplos de la forma en que la lucha por buscar nuevas formas de enseñar, alejadas de los sistemas tradicionalistas de dictar y copiar,  está desvirtuando un poco los límites entre lo verdaderamente importante y lo accesorio.

En este sentido, puede que estemos confundiendo un poco diversión con capacidad de compromiso y esfuerzo, olvidándonos de que a veces trabajar duro puede traer beneficios muy positivos y enriquecedores a nuestras vidas, sin que el camino haya sido para nada divertido. Esto quiere decir que diciendo cosas de forma continuada como que “aprender es algo divertido”, podemos estar enviando mensajes equivocados a los alumnos haciéndoles creer que si no les divierte es que no valen para ello o que algo están haciendo mal. Para no caer en esto, puede ser interesante hablar de los beneficios del esfuerzo y la responsabilidad, que pueden ser tan grandes o más que los beneficios del juego, y que por ello ambas cosas deben formar parte de nuestro día a día.

 

Formas de descubrir a los estudiantes un panorama más real

No se trata de eliminar las técnicas, didácticas y materiales realizados con el fin de motivar a los  niños de una forma más divertida y cercana para ellos, sino de no olvidar que el camino del aprendizaje es tan necesario como duro, y que es muy importante enfrentarse a él y hacerlo sin miedo y con toda la responsabilidad del mundo, pues tras él hay muchísimos beneficios para la vida. Algunas formas de dirigirse a los alumnos con más sinceridad pueden ser algunas como las siguientes:

 

  • Trabajo, esfuerzo y perseverancia en la vida

Haz que los estudiantes tengan expectativas altas y razonables que requieran de trabajo duro y de perseverancia, pero siempre con un buen nivel de razonamiento. Hacer un trabajo duro “porque sí” tampoco tiene sentido si no se analizan los porqués, y por ello es necesario que se empiece poco a poco y de forma completamente gradual (motivo por el cual es muy importante el preescolar, pues sirve para introducirse en ese mundo de las responsabilidades y del aprendizaje de forma progresiva). Prueba a hacer una lluvia de ideas con tus alumnos que sirva para explicar  que el trabajo duro es necesario como parte importantísima de un proceso vital.

 

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  • Confianza y oportunidades para practicar

Cuando tomamos a los niños en serio, se toman a sí mismos en serio ellos y están a la altura de las circunstancias. Desarrollar el hábito del trabajo duro requiere oportunidades para practicar, y sin duda la escuela es uno de los mejores lugares para hacerlo. Si siempre hacemos que las cosas sean divertidas y fáciles en ese proceso, no habrá una verdadera práctica.

 

  • Hacer una asignación de tareas progresiva

Asegúrate de que tus alumnos se enfrenten a tareas complejas de forma progresiva, a que aprendan a concentrarse y a esforzarse siendo conocedores de lo importante que es hacerlo, y haciendo que se enfrenten a la enseñanza casi como si de un reto se tratara. Diles que va a ser difícil, pero también diles que crees firmemente en su valía y en su capacidad de lucha y esfuerzo. Enseñar a los niños a crearse metas apropiadas para su edad es una buena manera de hacerles entender que en la vida debemos trabajar y luchar por aquello que queremos, lo que no se puede hacer siempre jugando.

 

  • El esfuerzo no siempre obtiene recompensa

Es importante hacer ver a los estudiantes que el hecho de que algo requiera de esfuerzo, no significa que pueda ser o que valga la pena. Incide, en este punto, en la idea de que no por poner empeño en algo habrá recompensas, pues esto tampoco es siempre cierto y dependerá de cada persona. Siempre habrá alumnos que necesiten trabajar más que otros o que aun haciendo lo mismo no obtendrán los mismos resultados, pero lo importante es aprender a tolerar el fracaso y a saber recomponerse del mismo sin abandonar las ganas de superarse y de mejorar. La clave aquí es ser realistas y reconocer que por mucho que hagamos no siempre podremos conseguir lo que queramos o nos hayamos propuesto, pero que intentarlo siempre vale la pena.

 

  • Procurar identificar los problemas y hallar las soluciones

Enseña a los niños cómo identificar un problema y desarrollar soluciones, pues es una excelente manera de que se pongan en marcha. Cuando los problemas se concretan, la posibilidad de que el trabajo duro valga la pena puede ayudar a los niños a perseverar y a esforzarse al cien por cien.

 

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  • La responsabilidad puede ser más importante que la diversión

Cuando decimos a los niños cosas como que ser responsable es más importante que estar siempre divertidos, les damos herramientas para la vida real. Las personas no siempre podemos divertirnos en el trabajo, ni siquiera en casa o en nuestros ratos libres, pero sí que es el trabajo el que nos guía hacia momentos increíbles en la vida y nos ofrece la oportunidad de que dicha vida sea mucho mejor y con muchas más oportunidades. Si a unas expectativas realistas añadimos, de vez en cuando, herramientas que hagan el proceso más divertido y ameno, habremos encontrado el verdadero equilibrio para transitar con éxito por el duro e importantísimo camino del aprendizaje.

 

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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