Cómo tomar conciencia de nuestras emociones y llevarlo al aula

Según Almudena de Andrés, Psicóloga por la Universidad de Valencia (España) y con estudios en Inteligencia Emocional, el mismo día que llegamos al mundo comenzamos a sentir emociones, y es que no podríamos vivir sin ellas, ya que son una parte innata de nosotros. El proceso de aprendizaje comienza también ese mismo día hasta nuestra muerte, y siempre va en consonancia con las emociones que tengamos en cada momento de nuestra vida.

Está comprobado que desarrollarnos en un clima emocional positivo favorece el aprendizaje y mejora los procesos de memoria y creatividad. Y para poder crear un buen clima de trabajo en las aulas debemos empezar por nosotros mismos, y por dos razones: porque mejorará nuestra vida y porque ayudará a los alumnos a estar más motivados y centrados en lo que están haciendo, además de aportarnos y aportarles una herramienta fundamental en su vida.

 

cómo gestionar las emociones

 

Las emociones en las aulas

Pero, ¿somos nosotros capaces de reconocer las emociones que estamos sintiendo? Te invitamos a que te pares un momento y tomes conciencia de cómo te sientes en este preciso momento. Tal vez puedas sentir tristeza, alegría, enfado, sorpresa o asco…o tal vez lo que sientas sea una combinación de estas emociones. Pues todo eso se da en las aulas cada día, porque sí, en los cursos de Primaria se trabajan las emociones.

Sin embargo, en Secundaria (y mucho menos en Bachillerato) las emociones parece que dejan de tener importancia, cuando es en estas etapas precisamente donde la gestión de las emociones se vuelve fundamental para ayudar a los alumnos a transitar de manera eficaz por los cambios en los que se hallan inmersos.

 

Cómo tomar conciencia de nuestras emociones

A continuación os proponemos un sencillo ejercicio para tomar conciencia de lo que estamos sintiendo y gestionarlo:

  • Párate un momento y toma conciencia de qué estás sintiendo. Tal vez pueda ser una mezcla de varias emociones.
  • Después sitúa esa emoción en una parte de tu cuerpo, ¿la podrías colocar en la cabeza? ¿en el pecho? ¿en la mano? Y lleva tu atención a esa parte del cuerpo y tu respiración a esa parte también.
  • ¿Puedes darle una forma a esa emoción? ¿Es una esfera? ¿Un cubo? ¿Una nube?
  • Con la imaginación, coge esa emoción entre tus manos y pregúntale qué te está enseñando. ¿Qué cosas puedes aprender de esta emoción y de esta situación?
  • A continuación, pregúntate qué puedes hacer para que eso que estás sintiendo se convierta en algo positivo (si es que no te gusta lo que estás sintiendo). ¿Cuántas opciones más tienes?
  • Finalmente, agradece a esa emoción lo que te está mostrando y despídete de ella hasta otro momento.

 

cómo aprender a manejar emociones

 

Este ejercicio, que no debe llevar mucho tiempo, ayuda a tomar conciencia de lo que se está sintiendo y ayuda a asumir la responsabilidad de lo que somos y a hacer algo útil con ello.

¿Te atreves a probarlo? ¿Y a enseñárselo a los alumnos para que también puedan tomar el control de sus emociones?

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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