Cómo introducir un lenguaje más positivo en el aula

El lenguaje positivo transmite buenas vibraciones, optimismo y muchas ganas de hacer cosas nuevas. Cuando el maestro lo usa en el salón de clases llena el ambiente de una magia inspiradora que los alumnos sienten y asimilan para su aprendizaje.

Pero esto no es fácil, porque algunas personas han creado el hábito de ser optimistas y sin darse cuenta tienen siempre un lenguaje positivo, y otras suelen ser justo lo contrario y no consiguen salir de la escala de los grises. Sean como sean las personas, lo cierto es que aquellas que tienen contacto permanente con los más pequeños, como es el caso de los profesores, tienen  que aprender a asimilar ese lenguaje positivo para poder introducirlo en el aula e inspirarlo en los niños. La buena noticia es que esto puede trabajarse y conseguirse siguiendo determinados hábitos, de los que hablaremos a continuación.

 

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¿Cómo podemos introducir un lenguaje positivo en el aula?

 

Cómo introducir el lenguaje positivo en el aula

 

  • Frena las expresiones negativas

Lo primero que se debería hacer es quitar del vocabulario cualquier frase que sea pesimista, arrogante o llena de calificativos negativos. Expresiones como, ¡qué torpe eres!, ¡siempre eres un desastre!, ¡nunca lo haces bien!…, son todas frases que buscan calificar a la persona de forma negativa, y no el hecho en sí o el comportamiento concreto. Es decir, que no aportan nada en absoluto al aprendizaje.

Los niños interiorizan estas frases y no las dudan, pues consideran que tiene peso siempre la opinión de los adultos, y a medida que pasa el tiempo pueden llegar a comportarse de acuerdo a determinados calificativos recibidos.

 

 

  • Incorpora palabras y frases bonitas todos los días a tu vocabulario

Elegir palabras positivas de manera consciente para dirigirse a los alumnos es un acto que ayuda a desarrollar la autoestima y que, de forma muy sencilla, puede hacer de los días rutinarios algo mucho más bonito. Refuerza públicamente lo positivo y no lo negativo que veas en los alumnos. Frases como, ¡qué cuaderno tan bien organizado tienes!, ¡qué creativo es tu dibujo! ¡Qué bien organizas los grupos! ¡Eres un compañero excelente!, son frases que siempre levantan el ánimo y que además aportan un refuerzo valioso y lleno de sentido para un buen desarrollo. Y recuerda: cuando las cosas requieran de una llamada de atención hazlas, pero con un cara a cara de profe a alumno en privado.

 

 

  • Juega y habla con los niños a su altura

Agacharte hasta la altura de los niños para decirles algo importante o para jugar con ellos, es emocionalmente positivo para ellos. Se sentirán en confianza y serán capaces de conectarse mucho mejor a la realidad, a esa llamada de atención o a esa conversación contigo. Esta estrategia es también muy buena para cuando los niños se sientan tristes y necesiten consuelo, por lo que los padres también pueden tomar buena cuenta de ella.

 

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  • Encuentra nuevas formas de hacer que las normas se cumplan

Por lo general utilizamos las órdenes para hacer que las normas se cumplan como, ¡recoge los juguetes!, ¡no ensucies las paredes!, ¡no corras!, ¡no grites!… Un tipo de frases que se repiten tantas veces que los niños se van haciendo insensibles a ellas, como si tuvieran alguna especie de sordera. Así que, si esto te ocurre, en su lugar establece estrategias como juegos, canciones, chistes o hasta un poco de sarcasmo para indicar que es la hora de cumplir alguna norma o que no se están recordando las obligaciones o responsabilidades.

Por ejemplo, la canción que dice “a guardar a guardar cada cosa en su lugar…” es excelente para indicar en casa o a niños de preescolar que ha terminado la hora del juego y que llega el momento de empezar a recoger los juguetes. Este tipo de dinámicas también pueden ser muy buenas para ir encauzando la importancia del lenguaje positivo (y de los comportamientos positivos) en el aula.

 

Y tú, ¿mantienes en tu clase un tono siempre positivo?

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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