Los niños desde muy temprana edad manifiestan interés por expresar el arte, aunque aún no comprendan del todo muchas cosas, empezando por la terminología. Sin embargo, ese desconocimiento es el que precisamente les permite crear con más facilidad, expresando sus sentimientos a través del dibujo, del modelaje en plastilina, del estarcido, del collage o de la pintura de manos y dedos. Por eso poner a disposición de los peques estas técnicas es fundamental, pues aunque de primeras no sepan de qué tratan pronto se sumergen en cada actividad dando lo mejor de sí mismos y derrochando su caótica, a veces, pero maravillosa creatividad. Por ese mismo motivo debemos tener en cuenta que truncar estas capacidades podría traer consecuencias negativas en el desarrollo de los niños y que es muy importante dirigirles lo justo y dejarles libres a la hora de expresarse.
Como padres y maestros nuestro deber es ayudar a los niños a canalizar su vocación en el mundo del arte incorporando valores, técnicas y conocimientos que les sirvan también cuando se hagan mayores. Por eso, en este artículo, queremos daros algunas recomendaciones para que podáis ayudar a los más pequeños a expresar su mundo interior de formas súper bonitas y divertidas.
¿Comenzamos?
Cómo ayudar a que los niños expresen su interior
- Establece las reglas del juego
Los niños no tienen sentido innato del orden cuando son pequeños, y por eso hay que ayudarles. Eso sí, poner orden no significa truncar la imaginación y la creatividad del niño/a, pero es cierto que algo de disciplina no vendrá nada mal. El valor de la disciplina es necesario a la hora de impulsar el arte, ya que esto ayudará a establecer las reglas para evitar desastres innecesarios o incluso peligrosos.
- Establece acuerdos con los peques
La comunicación entre padres e hijos debe ser fluida en todo momento y basada en consensos y acuerdos, pero recuerda que cuando se trata de que los peques dejen fluir su mundo interior, debemos dejar que sean bastante libres y ser capaces de dejarles crear sin demasiadas condiciones ni pautas. Puedes llegar a acuerdos con los niños en cuanto a dónde realizar el taller de arte, qué instrumentos hay que utilizar o sobre el horario para comenzar a recogerlo todo.
- No condiciones el proceso
Es decir, no digas “si haces esto te doy lo otro”, etc. ¡No hagas eso! La motivación de expresión en el arte debe ser innata y no condicionada para que realmente exista un proceso de autoconocimiento y una expresión real. No debes frustrarte si a tus niños no les gusta pintar con los dedos y prefieren hacer formas con plastilina, por ejemplo. Deja que se diviertan y que en su propio juego se descubran a sí mismos en un proceso sano y natural.
- Preocúpate por crear vínculos afectivos con ellos
Es cierto que el arte ayuda a los niños a pensar y a resolver problemas de manera creativa, desarrollando las capacidades intelectuales frente a la vida. Pero el proceso intelectual no es tan importante como el vínculo que puede crear haciendo las cosas contigo o descubriendo que es capaz de hacer cosas solito/a y sin ayuda. Por eso es indispensable la presencia de los padres para orientar especialmente en la primera etapa de la vida. Pero recuerda que más que dar un consejo en el proceso de creación de tus hijos, lo importante es que se creen vínculos afectivos de manera sólida entre todos.
- Dile que te expresen con palabras lo que han hecho
Cuando los niños buscan compartir sus experiencias con los demás, aprenden a reflexionar. Cuando hablan sobre su obra, se abren las puertas al autodescubrimiento y a la libertad del pensamiento estimulando su aprendizaje. Cuando terminéis el taller de arte que hayáis creado, pide a tus peques que te cuenten todo lo que han hecho o qué han querido expresar, y así la experiencia final será todavía más enriquecedora.
