Los niños con Síndrome de Down a menudo sufren trastornos del procesamiento sensorial y, debido a que su tono muscular es bajo, no pueden muchas veces sentir o mover su cuerpo correctamente. Esto hace que pierdan firmeza al caminar, que puedan ser algo torpes, o que pierdan la seguridad en sí mismos y se vuelvan tímidos, reacios al contacto físico, y/o asustadizos.
Por eso la realización de juegos es vital para ellos, así como una buena forma de mejorar sus movimientos y su manera de socializar con el resto. Estos niños, gracias a la realización de determinadas actividades y juegos lúdicos, pueden ir adquiriendo cada vez más consciencia de sí mismos y de su propio cuerpo, mejorando sus movimientos y su modo de interacción y reacción al entorno.
Diferentes actividades adecuadas para trabajar con niños Down
- Actividades con las dos manos
Los niños con trastorno del procesamiento sensorial a menudo tienen dificultades para centrar la atención en lo que están haciendo. Podemos ayudarles, por ejemplo, con actividades que requieran el uso de ambas manos, pues esto hace que sean más fáciles para ellos determinados aspectos, como el de centrar la atención en lo que están haciendo, o interesarse en algo durante un tiempo más largo.
La realización de actividades con las dos manos les ayuda a mantener la concentración. Si utilizamos materiales que nos sirvan para trabajar con las dos manos, como la arcilla, la pintura de dedos, el agua o la arena, les ayudaremos a concentrarse aún mejor y serán más conscientes de lo que están haciendo.
Otros ejemplos de actividades que impliquen el uso de ambas manos son: cuentas e hilos, atar algo con una cuerda, cargar objetos grandes o poner cosas en una bolsa de plástico, actividades muy del estilo Montessori.
- Actividades físicas y creativas
Una forma de hacer que un niño con Síndrome de Down experimente las diferentes partes de su cuerpo y mejore en la ejercitación de sus músculos, es hacer ejercicios que requieran estar tumbados y relajados imaginando cosas, como ver nubes. También pueden hacerse otros en forma de juegos que requieran habilidad y fuerza, como por ejemplo tirar de una toalla desde cada lado. La clave está en que nosotros tiremos fuerte, para que el niño se sienta motivado a ejercitar sus músculos sin apenas darse cuenta.
Por ejemplo, a muchos niños en general les encanta la idea de sentirse cerca de una mantita y se acompañan de ella durante años porque les da seguridad y sensación de abrigo y protección, y por ello esta actividad podría funcionar. En este sentido, la manta es muy adecuada también para trabajar con niños con Síndrome de Down, porque les ayuda a tener sensación de calma y de seguridad. Para que resulte efectivo, coloca al niño en una manta o plaid que le cubra todo el cuerpo. Después, de forma divertida, podemos jugar a rodar como croquetas, o a desplegarnos como si nos estuviéramos desenvolviendo mientras rodamos por la hierba fresca o la arena.
Otra opción interesante es jugar con alfombras en laminados, pisos de parquet, azulejos o cualquier otro suelo duro pero suave, pues son ideales para patinar con alfombras. La mejor alfombra para utilizar en este juego es un felpudo suave, pero también se puede utilizar un pedazo de alfombra vieja o que ya no usemos. Cortaremos dos rectángulos con una longitud de al menos la mitad del doble de nuestro pie y dos veces su anchura.
A su vez sujetaremos las dos piezas alrededor del pie, de modo que los lados antideslizantes estén hacia arriba y los lados lisos hacia abajo. Los niños deberán situarse en medio de las alfombras con los pies descalzos y dibujar el contorno de los pies con un trozo de tiza, de modo que el pie sea claramente visible en la alfombra. Después, pide a los niños participantes que se deslicen por el suelo con las alfombras mientras tratan de mantener los pies en el lugar correcto de las mismas.
La importancia del ejercicio en el Síndrome de Down
El ejercicio físico es muy importante para todos los niños, pero especialmente para aquellos que tienen Síndrome de Down. Asegúrate de que tengan suficiente espacio para moverse y, si esto no es posible en casa, salir a la calle puede ser una opción ideal. Esto dará una experiencia diferente de movimientos a los pequeños, por ejemplo con el uso de columpios.
Jugar en el parque con juguetes también puede ser una experiencia muy fructífera, así como una buena manera de utilizar el sentido del equilibrio, el sentido del tacto, el sentido de la postura y la sensación de movimiento. De esta forma, los niños con Síndrome de Down experimentarán el resultado de sus movimientos de forma inmediata con todas estas actividades, y les darán la oportunidad de probar sus habilidades y experimentar con su cuerpo mientras hacen amistades y se relacionan con el resto de niños.