El sistema de sueño de un niño es bastante complejo, pues ellos no saben cuándo ya es hora de descansar y, por el contrario, intentan quedarse despiertos todo el tiempo que sea posible. A pesar de esto, podemos inducirles el sueño a los niños siguiendo una serie de pautas y poniendo en práctica diferentes técnicas como las que veremos a continuación.
Una de las técnicas más efectivas es el baño. Llena una bañera de agua tibia y baña a tu bebé allí durante tanto tiempo como puedas. Los bebés se cansan de jugar en el agua, además de que el agua tibia relaja sus músculos y, una vez que los sacamos del agua, al darles una bebida también templada como la leche, estaremos despertando su reflejo de querer descansar, y así es como podrán adquirir mejor el sueño en su cama o su cunita.
Otra técnica realmente muy efectiva es la del paseo, aunque en sí no es la salida la que conseguirá dormirles, sino que el hecho de estar en movimiento sobre un cochecito o en brazos, es lo que hará que adquieran sueño y ganas de relajarse, así como nos pasa a nosotros durante viajes en autobús o avión.
Otras técnicas para dormir al bebé
Muchos padres se preguntan cuándo su bebé va a dormir toda la noche o si es normal que se despierte muy seguido. Para que el bebé duerma toda la noche es necesario enseñarle a diferenciar las horas de sueño y las de vigilia, sobre todo a partir de los seis meses. Y, para hacerte esto un poco más fácil, te damos algunos consejos para que tu bebé pueda notar que hay momentos para el juego, para comer y también para dormir.
- Durante el día, y cuando al bebé le toque dormir su siesta, ponlo en el cochecito y ten en cuenta taparlo con una manta ligera distinta a la que utilizas para taparlo por la noche.
- Tras unas dos horas de siesta diurna, debes despertar al bebé con paciencia y darle tiempo a que esté bien despierto para comer o jugar juntos.
- Para que el bebé asocie la noche con el sueño, acuéstale en su cuna solamente por la noche, cuando sea hora de dormir.
- Si el bebé despierta por la noche, ten en cuenta no prender la luz o ten un regulador de luz para encenderla al mínimo.
- Si tienes que cambiarle por la noche o darle de comer, es conveniente que lo hagas de manera silenciosa y calmada, para no estimularle demasiado ni quitarle el sueño.
La cuna del bebé y dónde situarla
Cuando una pareja sabe que está esperando un bebé, debe estar pendiente hasta de los últimos detalles para no dejar nada abierto a la improvisación. Por ejemplo, es recomendable pensar en la decoración de la habitación infantil y apostar por muebles sencillos y prácticos o colores relajantes que faciliten el descanso, pero también es esencial que dichos muebles sean aptos para la seguridad infantil, con sistemas anti vuelco o sin esquinas pronunciadas.
Pero, más allá de que el niño tenga su propia habitación al nacer, también conviene valorar si el peque tendrá su cuna en dicha habitación o en la de sus padres, pues la cuna es la clave fundamental del descanso en los primeros meses o años. Una opción cada vez más en alza es la de mantener la cuna en la habitación de los padres, pues así ellos pueden sentirse más cómodos y seguros a la hora de cuidar del bebé por la noche y pueden reaccionar en caso de que al niño le pase algo o llore.
Otro tema a decidir es el momento adecuado en el que el niño debe abandonar la cuna para dormir en la cama. En este caso, conviene precisar que no existe un momento exacto, ya que cada niño tiene su ritmo interno, y por ello es bueno respetar dicha evolución en el crecimiento físico y emocional. Y es que al final, dormir solo implica hacer frente a los miedos y a las inseguridades que surgen en la oscuridad, por lo que, una vez que el niño ya no necesite la cuna, puedes guardarla en el trastero y dar paso a una nueva etapa con tranquilidad y aplicando esas técnicas de relajación tan útiles como la de leer cuentos antes de dormir, ideal para conciliar el sueño cuando ya duerman solitos, o poner una luz suave de emergencia.
El sueño es muy importante para el descanso y para un adecuado crecimiento, por eso, los bebés que duermen poco, pueden llegar a irritarse y a volverse hiperactivos, lo que terminará provocando desórdenes en sus ritmos necesarios de sueño. ¡Por eso es tan importante seguir unas rutinas y unos horarios, así como otras técnicas, como la de leerles o darles masajes antes de dormir!