A propósito del reciente conflicto entre Rusia y Ucrania, nos preguntamos si es preciso que los adultos hablemos con los niños de ciertos asuntos restringidos normalmente a los adultos. A priori, desde luego, parece lógico pensar que los niños tienen el mismo derecho que los mayores a saber lo que sucede en el mundo, pero… ¿cómo contárselo? ¿No debemos acaso proteger a los niños de todo lo malo?
Lo cierto es que, queremos o no, y por mucho que protejamos a los niños, muchas veces ellos también terminan enterándose de las cosas malas que suceden, y pueden sentirse muy confusos e incluso asustados. Debemos tener en cuenta que, en un mundo tan globalizado como el nuestro y con tantos canales de información, es muy difícil mantener a los niños en una burbuja, por lo que deberíamos estar preparados para hablar con ellos de temas delicados.
Eso sí, esto no es obligatorio y siempre será decisión última de los padres, por lo que si un niño no se entera porque es muy pequeño o no pregunta nada (es posible que aún no le preocupe saber cosas de mayores), tal vez no sea necesario el tener que dar demasiadas explicaciones. Todo lo contrario ocurrirá frente a aquellos niños que sí que hayan oído algo o lo hayan tratado en el cole, pues podrían tener dudas que será preciso resolver en la medida de lo posible.
Cómo hablar con los niños de la guerra
Es probable que muchos niños (por más que intenten evitarlo sus padres) terminen oyendo a hablar sobre la guerra en algún momento a través de los medios de comunicación o de sus propios maestros. De este modo, y aun sabiendo que estas conversaciones y estos temas son difíciles incluso para los adultos, será muy importante el brindarles cierta información a los niños sobre la guerra, siempre apropiada para su edad y con un lenguaje cercano. Pero, ¿qué cosas podemos decir a los niños sobre un tema tan serio y cruel?
- Para empezar, podemos hablar con los más pequeños de por qué algunas personas lastiman y hacen daño a veces a otras, lo que nos llevará a otros temas y valores importantísimos como la importancia de la bondad y el respeto mutuo, la importancia de nuestros actos o lo imprescindible que es el hablar las cosas y solucionarlas de forma pacífica, pues de lo contrario todos somos víctimas.
- La idea de un conflicto armado puede aterrar mucho a los más pequeños, de manera que, durante la conversación, procura que el niño se sienta seguro y que comprenda que está a salvo y protegido.
- Si necesitas tener una idea más clara de la información que tus hijos tienen o no, realiza preguntas como: ¿Tus maestros os han hablado de la guerra en la escuela? ¿Has visto algo relacionado en la televisión? A continuación, y después de una breve charla sencilla y explicativa, pregúntales cómo se sienten. A veces, con los niños más pequeños, el dibujo puede ayudar también a tener información y a dejar salir los miedos fuera.
- Procura que la conversación sea siempre apropiada para la edad de los niños. En este sentido, es importante no minimizar la gravedad de una guerra, pero teniendo siempre en cuenta que un niño no necesita saber todos sus detalles dolorosos y escabrosos.
- No predigas lo que sucederá o no sucederá durante un conflicto de este tipo, porque es bueno que los niños sepan que los mayores tampoco lo sabemos todo, y mucho menos en asuntos tan cruciales.
- Es vital evitar durante estas conversaciones los estereotipos. Habla siempre de valores, de educación, de esperanza…en lugar de en términos vengativos o de odio. Los conflictos a menudo pueden acarrear racismo, prejuicios y mucha discriminación, ya sea contra un pueblo o un país, por lo que evita siempre las etiquetas peligrosas.
- Para terminar, puede ser buena idea contarles a los niños que hay muchas personas trabajando por restaurar la paz siempre en una guerra, así como ayudando a los que más lo necesitan. Habla con ellos sobre lo que significa ser refugiado y cómo ha habido muchos tipos distintos a lo largo de la historia. También les puedes proponer ayudar, y es que si algo tienen los niños es una enorme generosidad.
En definitiva, trata de hablar siempre con calma y sin transmitir sensación de miedo o inseguridad. Si los niños hacen muchas preguntas al respecto y se muestran intranquilos, averigua de dónde viene esa preocupación, ya que así será más fácil el tranquilizarles. Asegúrate de escuchar todo lo que deseen decir y de reconocer sus sentimientos.
Los niños pueden descubrir las noticias de muchas maneras, por lo que es importante que siempre podamos saber lo que ven y escuchan sobre asuntos tan importantes. Tener esa información servirá no solo para darles seguridad, sino para añadirles o corregirles cualquier información inexacta o dañina que hayan podido escuchar.
Al final, hablando tranquilamente y sabiendo que sus padres están ahí para resolver sus dudas (en la medida de lo posible) y para darles tranquilidad, hará que aprendan a hacer frente a las guerras y a los conflictos mundiales de forma madura y consciente en un futuro, como hicieron no hace tanto con la pandemia. Los niños son esponjas y los más resilientes, y lo más importante: no tienen banderas.