Cómo ayudar a los niños a superar el miedo a la oscuridad

El miedo a la oscuridad es una experiencia común en la infancia. Muchos niños, al apagar la luz, sienten que su imaginación les juega malas pasadas, haciéndoles percibir sombras o sonidos como amenazas reales. Para los adultos, estos miedos pueden parecer irracionales, pero para los niños son intensamente reales. Así que, ¿qué podemos hacer?

Aunque el miedo es una emoción normal y necesaria para la supervivencia, algunos temores pueden afectar el descanso y la tranquilidad de los más pequeños. Por eso, como padres y educadores, es esencial saber cómo abordar estos miedos con empatía y estrategias efectivas, y en este artículo exploraremos cómo ayudar a los niños a sentirse seguros en la oscuridad y fomentar su confianza para enfrentar sus temores nocturnos.

 

Validar y tomar en serio sus miedos

Es importante reconocer que, aunque para un adulto la oscuridad no represente un peligro, para un niño puede ser una fuente de angustia muy grande. Así que, en lugar de minimizar sus sentimientos con frases como “No seas tonto, no hay nada que temer”, prueba con un enfoque más empático: “Sé que te sientes asustado en la oscuridad, vamos a ver qué podemos hacer para que te sientas más seguro”.

 

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Cuando un niño siente que sus emociones son comprendidas, se abre más fácilmente a encontrar soluciones en conjunto, y esto también les ayuda a desarrollar confianza en su propia capacidad para gestionar las emociones.

 

Identificar la fuente del miedo

A menudo, el miedo a la oscuridad no es simplemente “miedo a la nada”, sino a elementos específicos que el niño asocia con el peligro. De este modo, por ejemplo, algunos niños pueden temer a las sombras proyectadas en la pared, a los ruidos nocturnos o incluso a la sensación de estar solos en su habitación.

Para abordar este problema, es útil hacer una exploración todos juntos: revisar el armario, mirar debajo de la cama o identificar los sonidos que generen esa inquietud. Por ejemplo, si el niño cree escuchar arañazos en la ventana, podría tratarse de una rama movida por el viento. Explicar y mostrar la causa real de esos sonidos contribuirá a reducir su ansiedad.

 

Controlar el contenido visual que consumen

El miedo nocturno en los niños puede estar influenciado por los programas de televisión, las películas o historias que escuchen. Dibujos animados con escenas de miedo, películas con elementos sobrenaturales o incluso noticias con contenido violento, pueden generar angustia antes de dormir. Para evitar que estos contenidos afecten su tranquilidad, es recomendable:

 

  • Limitar la exposición a programas con elementos de terror.
  • Explicar que lo que ven en la televisión no es real.
  • Evitar que los niños vean noticias o escenas violentas antes de dormir.
  • Optar por cuentos y programas con mensajes positivos y tranquilos antes de irse a la cama.

 

Leer y contar historias que refuercen la seguridad

Las historias pueden ser una herramienta poderosa para ayudar a los niños a procesar sus miedos. Leer cuentos sobre personajes que superan su temor a la oscuridad o compartir experiencias propias de infancia les brindará un ejemplo positivo y les animará a enfrentar sus propios temores. Además, convertir la hora de dormir en un momento agradable con cuentos relajantes y conversaciones afectuosas, puede ayudar también a los niños a asociar la noche con una experiencia segura y placentera.

 

No obligar a enfrentar el miedo de forma forzada

Cada niño tiene su propio ritmo para superar el miedo a la oscuridad, por eso, intentar forzarlo a quedarse solo en una habitación oscura o cerrar la puerta sin previo aviso, puede aumentar su ansiedad en lugar de reducirla. En su lugar, permite que el niño enfrente sus miedos de manera gradual con estrategias como las siguientes:

 

  • Usar una luz nocturna para proporcionar un ambiente más seguro.
  • Dejar la puerta entreabierta para que sienta la presencia de los padres cerca.
  • Acompañarlo en su habitación hasta que se sienta listo para dormir solo.
  • Implementar rutinas relajantes antes de dormir, como leer un cuento o escuchar música suave.

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Crear un ambiente seguro y acogedor

Por último, debemos tener también en cuenta la importancia del ambiente. El entorno de la habitación puede influir en la percepción del niño sobre la seguridad en la oscuridad, por lo que con pequeños cambios podemos marcar una gran diferencia, como usar cortinas gruesas para evitar sombras inquietantes, mantener la habitación ordenada para reducir siluetas confusas en la noche, permitirle elegir una luz nocturna con un diseño que le guste, o incorporar un “objeto de seguridad”, como un peluche o una manta, que le aporte sensación de seguridad.

Y es que, debemos tener en cuenta que el miedo a la oscuridad es una etapa normal en el desarrollo infantil, pero con apoyo, paciencia y estrategias adecuadas, los niños podrán superarlo con confianza. Al validar sus emociones, identificar las causas del miedo, controlar el contenido que consumen y proporcionar herramientas para enfrentar su ansiedad, podemos ayudarles a sentirse más seguros y tranquilos en las noches. También que cada niño es diferente y que el proceso puede tomar tiempo, pero, con amor y comprensión, es posible convertir la hora de dormir en un momento de descanso y seguridad que genere energías nuevas cada noche. ¡Felices sueños!

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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