La ingenuidad infantil convierte en peligro muchos hechos o situaciones. Hay que evitar manipular la conducta del niño con promesas de castigo, con exageraciones, con figuras terroríficas que reprimen la espontaneidad…, y sobre todo hay que evitar impresiones negativas que ahoguen su mente.
En el tratamiento de los miedos o trastornos de ansiedad en la infancia, se deberían incluir como técnicas generales la exposición a los estímulos temidos, el uso de reforzamiento positivo, la presencia de un adulto capaz de infundir seguridad y alguna estrategia para facilitar la motivación.
La exposición a los estímulos fóbicos, hasta que el miedo remita de forma significativa y sin que tenga lugar la conducta de escape, constituye el tratamiento psicológico más eficaz actualmente disponible para hacer frente a las conductas de evitación de los miedos. La exposición a los estímulos fóbicos puede hacerse en imaginación o en vivo. La exposición en imaginación no es fácil de practicar con niños menores de 10-11 años, ya que por debajo de esta edad los niños no son capaces, en general, de imaginar vívidamente el estímulo fóbico. El tratamiento de exposición directa a la situación de miedo es más efectivo cuando se lleva a cabo en forma de auto exposición, es decir, sin apenas acompañamiento o con una distancia prudencial por parte de los familiares del niño.
Otras técnicas aplicables
- Desensibilización sistemática
Esta técnica tiene por objetivo provocar emociones incompatibles con el temor. Para lograrlo, se pide al niño que imagine una historia con héroes y cuando comience a sentir reacciones afectivas de valentía, regocijo, orgullo, etc., se introduce el estímulo fóbico para que así el niño se enfrente a sus miedos como el héroe que ha imaginado.
- Técnicas de modelado
Estas técnicas están fundamentadas en el papel tan importante que desempeña en el aprendizaje la observación de un modelo. En el modelado sin modelos en vivo, el niño fóbico observa en vídeos o películas a otros niños que interactúan con los estímulos a los que él teme y que, lejos de experimentar reacciones de miedo, disfrutan con las interacciones presentadas en la pantalla. En ocasiones este modelado puede presentarse por medio de cuentos, si bien, en general tienen una influencia inferior a la de las imágenes visuales. La variante de modelado más interesante es el modelado participante o con modelos en vivo, donde el niño observa a un adulto o, más frecuentemente, a otro niño que se enfrenta a las situaciones que le provocan miedo sin experimentar consecuencias negativas.
- Técnicas de auto-instrucción
El objetivo de esta técnica es modificar el diálogo interno o pensamientos del niño para facilitar el afrontamiento de una determinada situación. Para ello es necesario modificar pensamientos negativos y sustituirlos por otros más adaptativos. Las auto-instrucciones deben estar referidas más al inicio de conductas positivas (voy a estar tranquilo) que a la inhibición de conductas negativas (no voy a ponerme nervioso). La eficacia de las auto-instrucciones va a depender de las diferencias individuales de los niños, como el grado de inteligencia y la intensidad del lenguaje interno.
El pronóstico de los trastornos de ansiedad o miedos en la infancia es relativamente bueno. La mayoría de los niños evolucionan bien con el transcurso del tiempo y se benefician satisfactoriamente del tratamiento. La mayor parte de los niños que manifiestan miedos en la infancia se convierten en adultos normales.