Debido a las presiones diarias y a las preocupaciones, es normal que de vez en cuando digamos a nuestros hijos algunas frases no muy adecuadas para ellos, que pueden debilitar su confianza y la conexión existente entre todos. ¿Quieres saber cuáles son?
Frases habituales que pueden herir a los hijos
- Eres tonto
Muchos padres responden con insultos cuando su hijo comete cualquier tipo de error, aunque haya sido totalmente involuntario. Debemos tener presente que es absolutamente normal que los niños cometan errores y que muchos de ellos sean sin intención, por eso nunca debemos decirles palabras como “eres tonto”, “eres torpe” o “eso ha costado mucho dinero”.
Ese tipo de frases afectan negativamente a la crianza del niño, así como a su confianza y a su desarrollo personal. Debemos elegir muy bien las frases que decimos a nuestros hijos para convencerles de que deben cambiar un comportamiento erróneo, pero siempre desde el respeto y de una manera flexible y tranquila.
- No me hables
Cuando los niños tienen rabietas y los padres han tenido un día duro, suelen actuar con sus hijos de manera drástica, contestando que no quieren que les hablen durante todo el día o que no quieren verlos hasta que se les pase, castigándoles de paso en su cuarto.
Es muy importante procurar no caer en este tipo de reacciones y castigos, ya que pueden ser altamente negativos para los niños, que pueden llegar a pensar que ellos mismos son la principal causa de los problemas de sus padres. Esto puede derivar en que comiencen a odiar sus vidas, perdiendo la confianza en sí mismos, puesto que pueden llegar a visualizarse como la fuente de infelicidad de sus padres.
- Estoy ocupado
Cuando los padres llegan a casa después de un día duro de trabajo y sus hijos necesitan su ayuda para hacer los deberes o, simplemente, escuchar cómo les ha ido el día, suelen contestar con la frase “ahora estoy ocupado”. No debemos olvidar que nuestros hijos requieren mucha atención y deben sentir que sus padres están junto a ellos para resolver cualquier problema que puedan tener.
- Deja de llorar
Muchas veces los niños únicamente pueden expresar lo que sienten a través del llanto, por eso no debemos olvidar que pedirles que dejen de llorar de manera directa no es la mejor solución. Debemos hablar con ellos para saber por qué se sienten así, ayudándoles a expresar sus sentimientos con palabras. Repetir de manera continuada la palabra “no” crea debilidad en el niño e incluso una posible sensación de miedo.
- Eres un mentiroso
De las frases más peligrosas que podemos decir a un niño es “eres un mentiroso”. Esta frase afecta negativamente a lo que dice su hijo y a su palabra, por lo que acusarle de cosas que haya o no haya hecho es un fallo que debemos solucionar con otro tipo de palabras más flexibles.
La importancia de hablar bien como padres
Es normal que el cansancio, el estrés y las emociones del día a día puedan jugar alguna mala pasada a los padres afectando a su lenguaje. Sin embargo, es importante recordar que las palabras que elegimos para comunicarnos con nuestros hijos tienen un impacto profundo en su desarrollo emocional y en la relación que construimos con ellos. Cada frase puede ser una semilla que fortalezca su autoestima y la confianza que tienen en nosotros o, por el contrario, una pequeña grieta que les haga dudar de su valor y de nuestro amor incondicional.
Se trata de tener presente que los adultos no somos perfectos y de aprender a ser más amables y comprensivos con nuestros propios errores como padres y, al mismo tiempo, con los errores de nuestros hijos. La clave está en enseñar con respeto, escuchar con empatía y validar las emociones, incluso cuando no las entendamos del todo.
Todas las palabras cuentan y cada gesto puede ser una oportunidad para hacerles entender el amor que sentimos por ellos y para que confíen siempre en nosotros. Criar desde el respeto no es un camino fácil… ¡pero es un regalo para toda la vida!