¿La educación en valores solo se da en casa?

La forma en que los niños aprenden valores está íntimamente relacionada con la actitud de sus padres ante la vida. Y es que los niños crecen observando lo que hacemos y sacan sus propias conclusiones sobre lo que su familia considera o no importante en la vida. Esto quiere decir que, independientemente de lo que les enseñes conscientemente, tus hijos se irán desarrollando en la infancia con una visión clara de lo que sus padres realmente valoran, con un sistema de valores propio que cada vez se verá más desarrollado.

 

¿Son los padres la única fuente de enseñanza para los hijos?

Por supuesto que no. Los padres no son la única fuente de la cual los niños aprenden valores, ya que son muchos otros los espacios en los crecen y se desarrollan, así como muchas otras las personas que pueden ejercer una influencia en ellos, sobre todo cuanto mayor estima tengan hacia esas personas, como puedan ser tíos, abuelos, amigos o profesores. Los compañeros influyen de una manera especial en los niños, especialmente cuando son adolescentes, pues es con ellos con quien verdaderamente se comparan y se sienten afines por edad y situaciones cotidianas. Sin embargo, esto no debería preocuparnos en demasía a los mayores, pues es absolutamente natural que los niños y los jóvenes terminen desarrollando su propia visión del mundo y compartan dicha visión entre ellos, entre personas de su misma generación.

Desde luego, si los padres tienen unos importantes lazos afectivos con sus hijos, influyéndoles positivamente en su actuar y siendo un verdadero ejemplo de práctica y de transmisión de valores, mayor será también la estela de lo aprendido que vaya dejando un niño en su camino de la vida. Esto permitirá también que las amistades terminen siendo afines con la manera de actuar y de pensar de los hijos, para lo cual es importante que hayan crecido con autoestima y con seguridad en sí mismos.

La televisión, la escuela, los grupos de amigos, las películas, los libros u otros medios de comunicación…todos ellos pueden ser buenos maestros en un momento dado y enseñar cosas a los más pequeños. Y es que no importa tanto cuáles sean las fuentes culturales, sino saber discriminar la importancia o el valor de lo que puedan enseñarnos, y confiar, como padres, en que nuestros hijos sabrán actuar conforme a los valores que les hayamos enseñado.

 

Los valores, cruciales en el desarrollo de las personas

Los valores incluyen tanto lo que apreciamos y pensamos, como nuestro amor por la familia, la educación, la democracia o el derecho a la igualdad de todas las personas, así como otros aspectos, como la importancia de ser tolerantes, generosos, sinceros, trabajadores, honestos…Los valores, en la mayoría de las familias, nunca se discuten directamente y la mayoría de nosotros suponemos que nuestros hijos los desarrollarán automáticamente, como por arte de magia. Pero para enseñar valores de manera más consciente es fundamental tener claros cuáles son los nuestros, y a partir de ahí encontrar formas, en la vida diaria, para debatirlos y vivirlos junto a nuestros hijos.

Es muy importante, en este sentido, llevar a la práctica verdadera aquello en lo que pensemos y aquello que defendamos, pues de lo contrario podríamos enviar mensajes erróneos y confusos a nuestros hijos. Es decir, que no siempre uno actúa según es y, a la larga, en los niños terminará primando no tanto aquello que se les haya dicho, sino aquellas cosas que hayan visto y vivido a diario.

Priorizar, al margen de la disponibilidad de tiempo que tengamos, el pasar y dedicar tiempo a los hijos, será la clave en todo este tema de la trasmisión de valores fundamentales. Por eso, aquellos padres que tengan una relación cercana y sincera con sus hijos, tendrán más facilidad para enseñar y transmitir valores que aquellos que no se comuniquen con ellos ni les dediquen tiempo.

En definitiva, los valores no solo se aprenden en casa, pero aquello que se aprenda (o no) en el seno del hogar, marcará profundamente el futuro de los más pequeños el día de mañana así como su forma de ver y de actuar en el mundo.

Y tú, ¿compartes tiempo de calidad con tus hijos?

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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