Los padres nunca dejan de aprender cosas nuevas acerca de sus hijos, pero esto no implica que dichos padres no sientan confusión muy a menudo o se sientan incomprendidos y con falta de apoyos, sobre todo cuando de padres primerizos se trata. Los niños tienen muchos mecanismos para conseguir adaptarse a las dificultades, pero un padre necesita contar con consejos específicos de crianza para cada momento y no siempre se dispone de dicha información.
Muy a menudo los padres primerizos confían en los consejos que les son transmitidos por sus propios padres o amigos, sin embargo, esto no siempre es positivo pues cada niño es un mundo y lo que a una familia le suceda no será, necesariamente, lo mismo que le suceda a otra.
La falta de clases de crianza o de conocimiento sobre la crianza de los hijos que se da en nuestra sociedad, al margen de amigos y familiares, repercute en el hecho de que muchos padres no tengan una idea clara sobre cómo criar a sus hijos en determinados momentos o que les resulte difícil el cuidado de un bebé en sus primeros días de vida. Una frustración natural que podría reducirse, en gran medida, si estos padres pudieran asistir a clases profesionales de crianza para padres o a cursos específicos sobre la materia.
El hecho de poder compartir ideas, sensaciones y conocimientos valiosos entre padres y profesionales, sin duda es un mecanismo muy eficaz para que los padres, sobre todo los primerizos, puedan ir apaciguando todos sus miedos e inseguridades. Siempre se puede acudir, en cualquier caso, a la lectura de libros sobre crianza, que bien elegidos aportarán sendos conocimientos y consejos para padres probados y comprobados. Consejos e informaciones que ayudarán a los nuevos padres a comprender y a enfrentar mejor las demandas de la crianza de los hijos.
Los errores en la crianza afectan tanto a los niños como a la propia pareja, y con frecuencia los nervios que generan conducen al cansancio y a la depresión emocional, la ira y el resentimiento. Y es que el estrés, junto a la falta de información y/o apoyo emocional, puede ser algo decisivo para la desestabilización del equilibrio emocional que cualquier padre o madre necesita para criar y educar.
Cuando los niños se enfrentan a momentos difíciles durante su vida, es frecuente que reaccionen también con comportamientos difíciles, y es precisamente en momentos como esos cuando más apoyo necesitan los padres. Convertirse en padre no es fácil, y por ello la formación puede ser tan importante para el desarrollo de una crianza positiva en el seno de una familia, así como para rebajar las expectativas idealistas que la ficción suele generar.
El mejor consejo que se puede dar en cualquier caso, especialmente a aquellos padres y madres que se sientan inseguros, es el de procurar encontrar la balanza, la emocional y la cerebral. Esto debe hacerse, en primer lugar, analizando las posibles fortalezas y debilidades que uno tenga. No dudes en convertir a tu pareja en un observador externo que te ayude a darte cuenta de dichas actitudes y de aquellas cosas que no estén siendo positivas para la crianza de tus hijos. Siempre sin reproches, podréis analizarlas juntos y poner en común las posibles soluciones para corregir esas determinadas conductas.
Algo que debes tener muy presente es que uno no debe nunca marcarse estándares muy altos, ya que los padres perfectos no existen, pero sí que es posible rectificar y mejorar cada día un poco más por el bien de los hijos.
¿Qué tipo de padre o madres eres?
Antes de que tu hijo/a llegara a tu vida pensabas que no podría existir el amor a primera vista y sucedió con tu bebé, y es que, ¿cómo se puede querer tanto a alguien que apenas conoces? Pero ese bebé va creciendo y muchos sentimientos se arremolinan en tu cabeza, en especial uno muy persistente ¿seré el padre que siempre he querido para mis hijos o estaré cometiendo demasiados errores? Esta es una pregunta que muchos padres se hacen y que no siempre es sencillo responder.
Cualquier persona puede hacer que las cosas cambien y convertirse en el padre que imaginaba. Para ello puede ser muy importante identificar los modelos potenciales de padres que existen y analizar en cual podría encajar más. Aspectos como la personalidad o la forma en que uno haya idealizado (o lo contrario) a sus propios padres, serán factores también determinantes en dicho análisis. Conoce, a continuación, algunos de los tipos más habituales:
- ¿Divertido y despreocupado?
Eres el mejor compañero de juegos. Tus hijos se desviven por ti y se lo pasan muy bien contigo. Solo aportas recuerdos fantásticos a cada momento y haces que vivan experiencias inolvidables. Pero…lo cierto es que a la hora de impartir disciplina y de ayudar con los quehaceres diarios, siempre tienes un pretexto o sueles optar por la salida más fácil que es la de huir. Puede que quizá te cueste demasiado el asumir responsabilidades.
- ¿Protector y regañón?
Estás pendiente de cada detalle en la vida de tus hijos y por lo general lo planeas todo, pero planeas tanto que sabes mejor que ellos qué deporte van a practicar o qué lecciones deberán estudiar al salir de clase. Pues…lo cierto es que tu pasión por controlarlo todo hace que si algo no sale como planeabas pierdas el control y te conviertas en una persona arisca y demasiado gruñona con frecuencia. Puede que esto te convierta en una persona demasiado inflexible y eso es algo bastante incómodo y agobiante para cualquiera, especialmente para los más pequeños, que necesitan también su espacio y disponer de cierta capacidad de decisión conforme van creciendo.
Si no te identificas con ninguno de estos dos tipos estás de suerte, porque habrás conseguido equilibrar tu balanza y ser una madre o un padre equilibrado. Y es que, precisamente, es esa búsqueda del equilibrio el mejor consejo que se le podría dar a un padre y el que necesita cualquier persona para poder hallar el camino hacia una crianza respetuosa y positiva.
Y tú, ¿has hallado el equilibrio o tienes dudas sobre tu papel en la crianza de tus hijos?