Los primeros años de la vida de un niño son los más importantes en términos de facilitarle una adecuada estimulación para su desarrollo sensorial, afectivo-emocional, intelectual y físico.
En el primer año de vida, el cerebro del bebé crecerá hasta el 70% de su peso adulto, y durante este período los padres deben hacer todo lo posible para educarle y facilitarle ese crecimiento.
Si queremos extender la mente de los niños y que desarrollen habilidades en múltiples dimensiones tenemos que tener en cuenta el efecto positivo de la música. La importancia de que los bebés escuchen música clásica ha sido aceptada y valorada a nivel mundial. La música clásica afecta a nuestro desarrollo intelectual y físico, nos devuelve armonía, favorece la memoria, la creatividad y la capacidad de concentración. La música capaz de tocar nuestra fibra más sensible, nos muestra nuestros mejores sentimientos.
Los efectos curativos de la música
La experiencia nos demuestra la importante relación existente entre la música y el bienestar físico y emocional, tanto en los adultos como en los más pequeños. Estudios recientes indican que la música clásica tiene efectos curativos, y que afecta positivamente a nuestra salud.
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por el músico-terapeuta Don Campbell, los bebés prematuros expuestos a la música de Mozart en el hospital ganaron peso más rápidamente y mostraron una reducción en sus niveles de estrés saliendo del hospital en un promedio de 5 días antes que aquellos bebés que no fueron expuestos a la música.
La música es habilitadora de áreas tan diversas como las matemáticas, los idiomas y la resolución científica de problemas. Cuando los niños aprenden la distancia entre dos notas, están aprendiendo una relación espacial. Cuando aprenden ritmo, aprenden ratios, fracciones y proporciones. Y por si esto fuera poco, el aprendizaje de la música antes de los doce años conduce a una mejora de la capacidad verbal y lingüística en general.
Tocando música, cantando y escuchando, se utilizan muchos sentidos: auditivo, visual y motor sensorial. Ser capaz de integrar todos los sentidos y obtener una síntesis satisfactoria es una poderosa experiencia para los niños. Cuando esto ocurre en un coro o en una orquesta, el efecto de grupo es incluso más satisfactorio.
Todos los beneficios que la música puede aportar a una persona, y especialmente a un niño, son motivos suficientes para empaparse de cultura musical y hacer que los niños crezcan y se desarrollen con ella. Pon música a tus hijos con frecuencia, cantad y bailad juntos, anímales a que toquen algún instrumento musical…crecer con una educación que ama la música merece la pena, pues marcará para bien el nivel cultural y la sensibilidad de los ciudadanos del mañana.