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Cómo influye el apego en la infancia cuando nos hacemos mayores

El apego es muy importante y tiene mucho que ver con los vínculos o lazos afectivos que podemos llegar a tener con nuestros padres o con aquellos que nos cuidan, por eso, hoy  queremos reflexionar sobre este tema, para lograr comprender cómo influye el apego en la infancia cuando nos hacemos mayores también.

Y es que la manera en que nos criamos nos puede marcar para siempre y desde distintos  punto de vista, ya que incluso el primer año de crianza del bebé es crucial para sentar las bases del desarrollo emocional. De hecho, es precisamente en esa etapa en la que la madre es capaz de transmitir cualquier tipo de emoción al bebé capaz de influir en su comportamiento de adulto.

A esto es a lo que los autores denominan “estilos de apego”, que son modelos internos que surgen a partir de representaciones mentales que se reflejan en conductas, tales como la ansiedad, el temor u otras, o simplemente que permiten a un adulto tener una alta estabilidad en su vida. Sin embargo, en cualquier momento de nuestro camino esa estabilidad puede llegar a cambiar e interferir en nuestras relaciones personales, para bien o para mal.

 

 

¿Qué caracteriza al apego?

Para entender mejor lo que es el apego, fijémonos ahora en sus características principales:

 

¿Cuáles son los tipos de apego?

Si nos referimos a la infancia, existen cuatro tipos de apego principales que debemos tener en cuenta:

 

 

 

 

 

Cómo influye el apego infantil también en la edad adulta

Para tener una idea de cómo el tipo de apego que tengamos en la infancia puede afectar también a nuestra edad adulta, pensemos en el caso de un adulto que viviese toda su niñez en un ambiente tranquilo, relajado y seguro. Este adulto se formó con relaciones que fomentaron una sociabilidad sana y llena de respeto, lo que hará que tenga mayores posibilidades de desarrollarse hábilmente y de tener un mayor entorno de felicidad y calma en su vida.

Por su parte, aquellas personas que vivieron en un ambiente familiar viciado, en donde los padres fueron muy protectores o autoritarios, tal vez tengan relaciones sociales más complejas, lo que creará carencias y dificultará el futuro o las relaciones afectivas. ¡Por eso tener en cuenta el apego cuando se tienen hijos es tan importante! Sin embargo, esto no quiere decir que las personas que no hayan experimentado un apego fuerte y eficaz en la infancia no puedan tener hijos o parejas, pero es posible que se encuentren más altibajos en el camino.

Además, se cree que las personas, cuando ya son adultas (y al margen del tipo de apego que ellos hayan tenido), suelen decantarse más de manera inconsciente por aquellas que sí disfrutaron de un apego seguro. Dicho de otra forma, se cree que es más probable que las personas que creciesen y se desarrollasen con un tipo de apego seguro atraigan más a otros, especialmente a aquellos o a aquellas que hayan crecido en un mismo tipo de ambiente y entorno sano y positivo.

 

 

Por el contrario, aquellas personas con un estilo de apego inseguro o ineficaz, tendrán muchas menos posibilidades de atraer a aquellas personas que sí se hayan movido en un entorno y estilo de crianza y apego seguro.  Así, concluyendo, podemos decir que una persona que tenga un estilo ambivalente preferirá a una pareja que tenga el mismo estilo, pues en este tema se suele aplicar lo que se conoce como “principio de similitud”, aunque no siempre, pues también habrá otros que se rijan por el “principio de complementariedad”.

Lo único claro, en consecuencia, es que los tipos de apego que se desarrollen durante la infancia serán cruciales en el futuro, y de ello dependerá, en buena medida, el desarrollo que ejerzan en la sociedad y en las relaciones interpersonales esos niños cuando sean adultos. ¡Tengámoslo en cuenta!