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¿Cómo aprenden los niños? Fases y aspectos del proceso de aprendizaje

El proceso de aprendizaje de los niños es un viaje fascinante y complejo que implica una serie de etapas y un desarrollo gradual de habilidades cognitivas, sociales, emocionales y físicas. Se puede definir de manera simplificada como un cambio persistente en la conducta del sujeto, obtenido en buena medida como resultado de la experiencia. Pero no debemos confundir aprendizaje con memorización, pues la memoria es solo una parte del proceso de aprendizaje de los seres humanos.

Del mismo modo, tampoco podemos asumir que el aprendizaje se puede dar únicamente por la experiencia, ya que para que se produzca, son necesarios una serie de requisitos previos relacionados con las funciones cognitivas con las que los niños no nacen, pues se van desarrollando durante distintas fases de su evolución. Dicho de otra forma, las funciones cognitivas son procesos mentales que permiten a los individuos procesar, entender y utilizar la información que reciben del mundo que les rodea, por eso son fundamentales para el proceso de aprendizaje de los niños, pues les sirven para adquirir conocimientos, resolver problemas, tomar decisiones o desarrollar habilidades en diferentes áreas. ¡Veamos un poco más acerca de este proceso!

 

 

Fases previas e importantes del proceso de aprendizaje

 

 

Otros factores clave durante el proceso de aprendizaje

 

En torno a los 6 años el niño adquiere la capacidad de lectura, lo que le va a permitir acceder a la información gráfica contenida en libros. También es importante el desarrollo de la lectura porque permitirá al niño desarrollar el estudio y el aprendizaje en sí mismo, pero para que se pueda desarrollar la lectura, serán necesarios: un adecuado nivel de inteligencia, un adecuado desarrollo del lenguaje, de la agudeza visual, de la agudeza perceptivo-visual y de la orientación espacial.

La lectura, además, promueve el pensamiento crítico al desafiar a los niños a analizar, evaluar y cuestionar la información que encuentran en los textos, y pueden aprender a pensar de manera crítica sobre diversos temas, así como a formar opiniones fundamentadas y a considerar diferentes perspectivas o a investigar, fomentando a su vez el aprendizaje autónomo.

 

 

Aunque el desarrollo de la lectura y escritura son prácticamente simultáneos y se potencian entre sí, la lectura siempre es algo previo a la escritura. La importancia de la escritura en el proceso de aprendizaje es similar al de la lectura a la que siempre va unida, pero para el desarrollo de la escritura es necesario el desarrollo de las conductas motrices básicas, de la coordinación estática y dinámica, de la coordinación óculo-manual, del desarrollo de la función de pinza de la mano y del proceso esencial que es la automatización, ya que nos permite centrar nuestra atención en lo que escribimos y no en cómo lo hacemos.

 

La atención es muy importante para el aprendizaje, pues es lo que nos permite centrarnos en una actividad concreta durante más tiempo. La lectura, por ejemplo, requiere esa capacidad de atención y de concentración, ya que los niños deben enfocarse en las palabras y las ideas del texto para comprender su significado.

En este sentido, existen diferentes niveles de atención, entre los que encontramos la atención involuntaria, la atención afectiva o vida emocional, y la atención voluntaria, pero sea cual sea, para que se dé un aprendizaje eficaz en la infancia es muy importante un adecuado desarrollo completo y un adecuado control de la atención, pues esta última es el proceso de concentración de la consciencia sobre un campo determinado, y sirve para delimitar el campo perceptivo, favorecer la elaboración de recuerdos y establecer asociaciones.

 

 

Así, como vemos, el proceso de aprendizaje es fundamental para el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social de los más pequeños, lo cual es esencial para su desarrollo y crecimiento en todas las áreas de la vida. Por eso aprender, a través de sus diferentes fases, les ayudará poco a poco a enfrentarse a los desafíos que se les presenten, a tomar decisiones reflexionadas, a resolver problemas y alcanzar su máximo potencial, o a desarrollar relaciones significativas con otras personas de su entorno. En definitiva, a insertarse progresivamente en la sociedad de la manera más positiva.

 

*Actualizado el 23 de febrero de 2024