En la playa…protejamos nuestra piel
La piel de los niños es extremadamente delicada y aunque hay que cuidarla todo el año, en verano hay que tener quizás más precaución, ya que es inevitable el contacto prolongado con el agua, la acción directa de los rayos del sol y la interacción del sudor con las cremas, además de la dieta y la ingesta de agua. Todos estos factores hacen que debamos poner más cuidado en mantener sana la piel de los más pequeños.
Con estos consejos evitarás problemas:
- No exponerlos al sol de mediodía, de 12 a 4 de la tarde
En esas horas es cuando se pueden quemar con facilidad al ser la incidencia de los rayos solares mucho más directa y dañina. Siempre, aunque estén a la sombra, debes aplicarles protección solar. El factor dependerá de su tipo de piel y color de cabello. Consulta en la farmacia para asegurarte de elegir la opción correcta. Es muy importante que hasta los 6 meses el bebé no tome el sol pues aún no ha desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que protege la piel de las radiaciones solares. También debemos recordar reponer la capa de crema protectora cada vez que se bañen, incidir en cuello, codos, detrás de las rodillas y pies, pues son zonas sensibles que se olvidan con facilidad. Usar un gorro o sombrero y si es necesario gafas de sol.
- Cuidado con las picaduras
En verano…insectos por todas partes, algunos molestos y otros dolorosos y hasta peligrosos. Nada que no pueda contrarrestar un buen repelente para niños. Además podemos usar tela mosquitera en las entradas de las habitaciones o cubriendo las camas. En caso de que ya hayan picado, podemos barajar la idea de utilizar algún medicamento que contrarreste los efectos, pero siempre bajo supervisión médica.
- ¿Aparecen granitos?
Se deben a la obstrucción de los poros por el sudor. Con un producto a base de talco líquido desaparecen sin mayor problema.
- Hidratar en la justa medida
Hay que hacerlo por dentro y por fuera. Tan indispensable es ingerir líquidos suficientes como calmar la piel reseca. Zumos y agua serán nuestros aliados para que los niños no se deshidraten y a la vez ingieran nutrientes que protejan la piel. Por fuera el aloe vera es una forma natural y eficaz de hidratar y sanar posibles quemaduras o rojeces. Usarlo es un placer por su textura y a los niños les aliviará sea cual sea la forma en la que se lo apliquemos.
- Con el jabón menos es más
Es tiempo de estar en remojo todo el día y hay que limitar el uso de jabones porque resecan mucho la piel de los más pequeños especialmente. Hay fórmulas en el mercado de jabones sin jabón o “syndets” sin detergentes. Espumas que limpian pero no agreden la delicada piel de los niños. Son una fantástica opción para atender la higiene diaria sin perjudicar la epidermis.
Si seguimos estas pautas pasaremos un verano tranquilo y feliz, sólo preocupándonos de la diversión y las risas. ¡Feliz verano!