El sol mantiene a nuestro planeta lo suficientemente caliente como para que los seres vivos puedan vivir y prosperar. Otra de las funciones del sol es darnos luz para que podamos ver, pero lo cierto es que también nos puede quemar. Pero, ¿cuál es la causa de estas posibles quemaduras?
Todo lo que debes saber sobre la energía del sol
El sol nos envía mucha energía todo el tiempo a través de sus rayos solares. ¿Sabías que hay muchos tipos de energía? Por ejemplo, está la radiación infrarroja, que es calor. También hay luz visible, que es lo que nuestros ojos pueden ver. Otro tipo de energía que hay que conocer es la luz ultravioleta, que no la podemos ver con nuestros ojos pero que está ahí y puede producir quemaduras solares en la piel.
Estar al sol…con protección es mejor
La radiación infrarroja, la luz visible y la luz ultravioleta son todos los tipos de ondas que hay en el espectro electromagnético. Todas estas radiaciones solares son energía, pero dichas ondas de energía no son todas iguales pues algunas tienen más energía que otras.
Por ejemplo, las ondas infrarrojas tienen menos energía que las ondas de luz visible. Las ondas infrarrojas son más largas y con más espacio entre cada nivel alto y bajo. Las ondas ultravioletas, por su parte, tienen más energía que la luz visible. Es esta energía, precisamente, la que nos puede lastimar y quemar la piel.
Protegernos de las quemaduras solares
Si demasiada luz ultravioleta golpea nuestra piel, con el tiempo puede dañar nuestras células. Las células pueden morir y nuestros cuerpos reaccionan a dichas quemaduras. La piel se pone roja y puede doler mucho.
La luz ultravioleta proviene del sol, pero también puede rebotar en otras superficies como el agua o la nieve. Eso significa que incluso si estás debajo de un paraguas puedes sufrir una quemadura solar. La luz ultravioleta también puede atravesar las nubes, por lo que puede quemarte en un día nublado. Por eso es tan importante la utilización de los protectores solares, pues están diseñados para proteger las células de la piel, evitar la posibilidad de sufrir quemaduras y, con el tiempo, la aparición del llamado cáncer de piel.
Puedes proteger tu piel haciendo otras cosas, además de usar cremas solares, que evitan que las ondas ultravioletas la alcancen. La ropa y los sombreros son una excelente manera de alejar también esas “olas” de nuestro cuerpo y de proteger nuestro cuero cabelludo. La crema hidratante con factor de protección, que debe ser bastante alto sobre todo para niños pequeños o para personas con el pelo rubio o pelirrojo que presentan una piel más delicada, contiene sustancias químicas que pueden reflejar o absorber la luz ultravioleta, dejando la piel libre de quemaduras solares.
La utilización de estas cremas es absolutamente necesaria, pues nos permite hacer cosas tan divertidas como disfrutar y jugar en la playa sin temor a quemarnos la piel. Eso sí, es muy importante que nos pongamos la crema por todo el cuerpo al menos 30 minutos antes del baño o de la exposición al sol, y que si nos metemos en el agua recordemos volver a aplicar la crema. Cuando los niños (como puedan ser nuestros hermanitos pequeños) tengan menos de seis meses, no deberíamos dejar que tomen el sol de forma directa y protegerles siempre con camisetas, gafas de sol, mucha crema y sombreros. ¡Son muy sensibles!
De esta forma podremos disfrutar de la otra energía del sol, esa que es visible y que nos pone tan contentos, sobre todo en verano.