Abrazar es un súper poder que todos tenemos. Y cuanto más se usa mejor nos sentimos, así que no escatimemos en abrazos. Son terapéuticos, alivian y se recuerdan siempre. Además el beneficio es mutuo, tanto el que lo da como el que lo recibe siente calor y sosiego. Los niños abrazados que crecen recibiendo este amor físico, se convertirán en adultos cariñosos conocedores de la magia infinita del abrazo para prevenir la amargura y la frustración.
Conviene abrazar a diario con razones y sin ellas. Abrazar por que sí, cuando llegamos, cuando nos vamos y entre medias. Regalar afecto en forma de abrazo de oso puede ser lo mejor que nos pase en el día, así que disfruta de estrechar a tu hijo, de besarlo de paso y, sobre todo, de decirle cada día lo mucho que le quieres y lo orgulloso que estás de él mientras lo achuchas. Y bueno, no solo a tu hijo, contagia el abrazo a tus seres cercanos más queridos. Es gratis y las ventajas son muchas.
En especial para el niño los beneficios podríamos resumirlos en cuatro puntos:
1. Aporta seguridad inmediata
El pequeño se siente al instante como en casa, protegido y animado por un abrazo estrecho y cálido. Le estamos transmitiendo más sentimientos que con cualquier frase que le podamos decir. Es un “tranquilo, no te pasará nada, puedes contar conmigo, estoy aquí” en toda regla. No lo dudes… ¡Abrázale!
2. Inyección de autoestima
Después de hablar de la seguridad, inevitablemente toca hacerlo de la autoestima, y es que sintiéndose apoyado y resguardado la confianza en sí mismos crece sin poderlo evitar. Se convierten en niños queridos y con más ánimo para opinar, decidir y actuar sin miedo a equivocarse. Porque si no sale perfecto no pasa nada, saben que se aprende y nuestro cariño va a seguir ahí pase lo que pase.
3. La energía se multiplica
Un abrazo está cargado de amor por ambas partes. Nos hace sentirnos mejor inmediatamente y es un intercambio de energía increíble. El vínculo afectivo entre padres e hijos se ve reforzado incrementando su confianza y cercanía. A veces no hace falta hablar, sólo dejarse abrazar y sentir esa corriente de ternura incondicional.
4. Se forja una correcta estabilidad emocional
Esto repercute en positivo para toda la familia pero especialmente para los niños, que desde bebés se sienten tranquilos y relajados recibiendo afecto en forma de abrazo y se van convirtiendo en niños estables y apacibles, que se desesperan raramente y si lo hacen enseguida encuentran consuelo y entendimiento. Les es mucho más fácil recuperar el equilibrio interno si lo llegan a perder a causa de una rabieta. Canalizan su enfado y transforman sus emociones a través del contacto físico. Esto será recurrente a lo largo de su vida y ¡les ayudará mucho!
30 noviembre, 2017
el abrazo es medicina para el alma para grandes y para chicos.