A veces educar a los hijos en el amor a la lectura puede ser una tarea difícil para los padres, fundamentalmente por la falta de tiempo. Sin embargo, si de verdad consideramos que es vital que los niños amen los libros y adquieran el hábito de leer, deberemos ser capaces de dedicarle tiempo, pues es muy importante que el interés por los libros tenga lugar casi desde el comienzo de la vida de un niño/a.
Es cierto que casi todos los bebés tienen libros, ya sea para desarrollar el tacto, para bañarse con ellos, para escuchar sonidos musicales…pero no es menos cierto que ese entusiasmo por regalar y descubrir cosas nuevas a los peques desaparece por parte de los adultos conforme van creciendo, y los libros son los principales perjudicados. Si a esto le sumamos la cantidad de juegos, películas o programas de televisión que se venden como entretenimiento, y que son muy populares entre los niños, cada vez nos encontraremos más lejos de que los más pequeños se sientan atraídos por la lectura.
Ni qué decir tiene que, en una casa en la que no haya libros, o en la que los padres no dediquen ni un minuto del día a la lectura alejados de las pantallas de sus móviles y ordenadores, será muy difícil (por no decir imposible) que el germen del hábito de la lectura crezca en los niños.
En todos estos casos, los niños terminarán abocados a leer por obligación, más que otra cosa, aquellos libros que sus maestros les encomienden, encontrando la lectura como un castigo y la vuelta a casa, a los videojuegos y al ordenador, como una auténtica liberación. Y, para entonces, cada vez será más difícil que un niño vaya a sentir un verdadero interés por la lectura.
El papel de los padres en el amor y el fomento de la lectura
Como casi siempre, dar ejemplo es el mejor de los consejos. Es muy importante que un niño crezca rodeado de libros, que se vaya a la cama con una interesante lectura en la que participen sus padres, que una familia haga del tiempo libre grandes y enriquecedores momentos de descanso y fantasía…En definitiva, que uno pueda crecer siendo consciente de que los libros pueden aportar la misma diversión o más que cualquier otro tipo de entretenimiento. Si en una casa el objeto más predominante y al que todos los miembros de la familia reverencian es un televisor, el niño o la niña crecerá dando por hecho que dicha televisión es más interesante y divertida que un libro, y desarrollará sentimientos de rechazo y de pereza por la lectura.
En consecuencia, ¿es posible que los padres puedan fomentar el interés por la lectura de sus hijos en los tiempos que corren? Por supuesto que sí, pero como todo en la vida, requerirá de esfuerzo y dedicación.
15 tips para conseguir que tus hijos amen la lectura
- Leer desde el nacimiento historias asequibles y siempre según la edad.
- Asegurarse de que hay libros en casa y colocar aquellos que estén destinados a los pequeños a su alcance táctil y visual.
- Asociar los ratitos de lectura con momentos de felicidad, de descanso y de esparcimiento.
- Llevar libros, aunque sean de formatos pequeños y ligeros, cuando se sale fuera de casa.
- Participar de forma activa en las lecturas con preguntas y conversaciones que fomenten el interés de los peques.
- Acudir a la biblioteca los viernes y establecerlo como una rutina de celebración del fin de semana.
- Acudir a obras de teatro infantiles y a sesiones de cuentacuentos que ayuden a estimular aún más el interés por la fantasía.
- No obligar nunca a leer y permitir que los niños escojan sus títulos favoritos.
- Decorar las paredes del cuarto de los peques con ilustraciones de sus cuentos y personajes favoritos.
- Compartir las emociones que un libro pueda generar en el niño con él.
- No abandonar los ratitos de lectura en familia cuando el niño haya aprendido ya a leer por sí mismo.
- No preocuparse si el niño es incapaz de seguir el ritmo de un libro de principio a fin, no pasa nada porque lea los pasajes del medio y del final si es así como desea hacerlo.
- No obsesionarse con los niveles ni con los ritmos de progresión, cada pequeño/a es un mundo.
- Barajar otro tipo de lecturas, como las revistas o los cómics, para aquellos niños que muestren más dificultades de concentración.
- No priorizar nunca la tecnología a un buen libro y ser el mejor modelo a seguir.