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Disciplina positiva, ¿en qué consiste exactamente?

Para muchos adultos la palabra disciplina tiene connotaciones muy negativas, y esto se debe a que en el pasado dicha disciplina se entendía de otra manera en muchas familias, y desgraciadamente podía llegar a implicar castigos demasiado severos, azotes, heridas emocionales graves…A pesar de que se ha avanzado mucho y  la violencia ya no se contempla de ninguna forma, lo cierto es que provoca que muchos padres que sufrieron ese tipo de disciplina autoritaria y severa sigan pesando que ese tipo de medios pueden servir para un fin, en este caso, la educación de los más pequeños. Pero ojo, que también puede darse el extremo contrario, y que haya padres que han sufrido infancias duras que ahora renuncien por completo a los límites.

 

 

Pero entonces, ¿cuál es el punto medio? ¿En qué consiste exactamente la disciplina?

 

 

Qué es exactamente la disciplina positiva

Las respuestas suelen encontrarse siempre en el punto medio, y lo mismo ocurre con la disciplina y la crianza, pero veámoslo todo con algo más de detenimiento.

Practicar una disciplina positiva con los niños es enseñarles formas de crecer que les permitan sentirse seguros, respetarse a sí mismos o trabajar el autocontrol y la empatía por los demás. Todos los niños necesitan tener ciertos límites, eso es seguro, pero no necesitan estar relacionados con los castigos o con el autoritarismo en absoluto. Consiste en ser firmes, claros y consistentes como padres, en ser concretos, amables y respetuosos, en mostrar, enseñar y capacitar a los más pequeños…etc. Es decir, que  la base de una buena disciplina o “disciplina positiva” es la existencia de límites claros, firmes y consistentes, pero con explicaciones, conversaciones, enseñanzas y consecuencias y no castigos y gritos.

 

Claves para enseñar disciplina positiva

 

 

 

 

 

 

En definitiva, los niños a quienes se les enseña cómo pensar, cómo considerar a los demás y cómo asumir la responsabilidad de sus propias acciones, son los que se convierten con más frecuencia en seres humanos motivados, intuitivos, espontáneos y creativos, es decir, aquellos que han crecido bajo una disciplina positiva. Pueden llegar también a desarrollar un fuerte sentido de responsabilidad personal y social y aprender a ser individuos tolerantes, comprensivos y afectuosos.

¿Acaso no merece la pena? ¡Practica la disciplina positiva!