Quién no ha escuchado expresiones como:
- Yo no sé usar mi smartphone, por eso les digo a mis hijos que me ayuden…
- Mi hija es muy inteligente, sabe usar la tablet mejor que yo…
- Mis hijos son muy tranquilos, siempre que salimos se entretienen con su tablet…
- Ya no sé qué hacer con mi hijo, siempre que le digo que deje de jugar en su tablet se enfada….
Pues bien, parece que hemos caído en la creencia de que una tablet o un smartphone son parte del desarrollo, de la educación y del entretenimiento de nuestros hijos en nuestros días sin embargo, y sin saberlo en la mayoría de las ocasiones, estamos permitiendo daños que pueden ser irreversibles si no se toman acciones a tiempo.
Si bien las nuevas tecnologías han traído beneficios para el desarrollo de la sociedad en muchos ámbitos, incluso en el sector educativo, vale la pena poner atención a algunos datos importantes que nos ayudarán a tomar mejores decisiones a la hora de dejar en manos de nuestros hijos este tipo de dispositivos.
Puntos que debemos tener en cuenta a la hora de interactuar con estos dispositivos
- A las edades de 0 – 12 años los niños requieren desarrollar habilidades motrices, de socialización, de alfabetización, lenguaje, ejercitarse, explorar su entorno y más, de acuerdo a la etapa de desarrollo en la que se encuentren, algo que ningún dispositivo móvil les dará. Todo esto es más importante que aprenderse un password o bajar la APP de moda para superar los récords propios y de los amigos en Facebook. Las características que tienen estos dispositivos móviles, todo “touch”, respuesta al instante con un solo toque, multitarea, etc., son trasladadas del mundo digital al mundo real, haciendo que los niños quieran las cosas rápidas, fáciles y en el momento dejando a un lado la paciencia, la tolerancia, la obediencia y el esfuerzo que se debe hacer para obtener las cosas que quieren.
- El uso de las tablets y smartphones, especialmente cuando son utilizados por nuestros pequeños para entretenerse y jugar con su aplicación favorita poco antes de la hora de dormir, está asociado a los trastornos del sueño, generando así dificultad para que los pequeños puedan dormir. Esto se debe a que la luz artificial en la retina inhibe a las neuronas que inducen al sueño y activa a las que provocan el estado de insomnio en el hipotálamo.
- La interacción de nuestros hijos con los llamados “gadgets” de manera usual o cotidiana, va inhibiendo en ellos la creatividad que les debe caracterizar en esta etapa de desarrollo. ¿Por qué pasa esto? Porque la mayoría de las aplicaciones ofrecen a nuestros hijos soluciones fáciles, métodos ya hechos, secuencias prediseñadas que generan soluciones, logros y respuestas con solo unos cuantos toques, nada comparado con jugar en el jardín o en el cuarto de juegos a la plastilina, piezas de ensamble (no los que tienen instructivo para armar una figura específica), manualidades, etc.
- Y sin duda, uno de los efectos más preocupantes es la adicción y consecuente tendencia a ser violentos, al usar de manera ilimitada este tipo de dispositivos. Al ser parte de su día a día, el uso sin límites de estos artefactos (por evidente permisividad de los padres), puede generar en nuestros hijos conductas violentas a la hora de pedir que lo apague, se le castigue o incluso por el simple hecho de quedarse sin batería, llevándolo a actitudes de impotencia y rabia al no conseguir su objetivo de seguirse “entreteniendo” con su app favorita.
Si bien estos son solo algunos de los efectos negativos que pueden generar el uso de estos dispositivos en nuestros pequeños, vale la pena decir que no todo es causa de tragedia y alarma, quedando en mano de nosotros, los padres, la introducción de nuestros hijos al mundo de la tecnología, con los límites y reglas adecuados a su edad y a lo que cada familia crea que es mejor para su desarrollo y felicidad.
Nos encantaría que nos compartieran cuáles han sido sus experiencias sobre este tema.
¡Todas las opiniones serán bienvenidas!