La depresión no es un problema que afecte únicamente a los adultos, de hecho, hay muchos niños que empiezan a padecerla incluso desde los 6 meses.
El principal motivo que suele llevar a los más pequeños a sufrir depresión es la incapacidad que tienen para expresar sus sentimientos y emociones, ya que el no poder hablar o hacerse entender correctamente puede ser muy frustrante.
Este trastorno mental afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo, afectando a un 1 % niños en edad preescolar, a un 5 % de los que están en edad escolar y a un 13 % de adolescentes.
Por qué los niños pequeños sufren depresión infantil
La depresión infantil es algo que hay que tomarse muy en serio y no decirle al niño si, está triste, que no tiene motivos para estarlo o que ya se deprimirá cuando sea un adulto.
A cualquier edad, la depresión suele aparecer a causa de una pérdida, ya sea de una persona, una mascota, una casa o incluso de apreciar una pérdida de cariño de quienes te rodean.
En el caso de los niños en edad preescolar, suele deberse a que aprecian menos cariño por parte de sus padres del que están acostumbrados a recibir.
Síntomas de la depresión en la infancia
Los niños, tengan la edad que tengan, tienen más dificultades para expresar sus sentimientos y emociones, por eso en muchos casos los padres no se dan cuenta de que el niño está pasando por una depresión.
La tristeza y la falta de interés por hacer cosas que suelen gustarle es lo que claramente indica que el niño no está pasando por un buen momento y que está cayendo en una depresión.
Además, en el caso de los menores de 7 años suelen darse síntomas como irritabilidad, ansiedad, rabietas frecuentes, llorar sin motivo, dolor de cabeza o abdominal, pérdida de interés en sus juegos habituales, cansancio, energía excesiva o desajustes en su apetito, teniendo mucho un día y nada al siguiente.
Qué hacer ante un caso de depresión en niños
Ante una depresión infantil hay que actuar con mucho cuidado, y lo mejor es hacer todo lo posible por evitarla, prestando mucha atención a los niños para detectar cualquier síntoma en cuanto aparezca.
Una relación afectiva positiva entre padres e hijos y una dinámica familiar equilibrada son esenciales para evitar que el niño se deprima.
Además, hay que tener información constante de cómo le va en el colegio con los demás niños, ya que otra causa de la depresión puede ser que esté sufriendo abusos o malos tratos por parte de otros niños.
La depresión infantil es una realidad que no podemos ignorar, y reconocer sus señales a tiempo y brindar un entorno de amor, comprensión y apoyo es fundamental.
Y es que, al hacerlo, no solo estamos ayudando a nuestros hijos a superar momentos difíciles, sino que también les estamos enseñando la importancia de la salud mental y construyendo un camino hacia un futuro más brillante y resiliente.
Por eso la prevención y la intervención temprana son nuestras mejores herramientas para asegurar que la alegría y el bienestar prevalezcan en la vida de los más pequeños.