Aprender a valorar la vida es algo fundamental para conseguir encontrar la felicidad en los pequeños detalles, esos que a veces solo se pueden ver con los ojos de un niño. Por eso los más pequeños deben recibir siempre ese mensaje por parte de sus padres, el de que la felicidad son momentos breves por los que transitamos casi sin darnos cuenta, y no solo las grandes ocasiones.
Saborear la vida a pequeños sorbitos, puede ayudarnos a mejorar notablemente nuestra calidad de vida, pues si sabemos valorar aquello que tenemos, o somos conscientes de que el que lo da todo no está obligado a dar más, conseguiremos reducir nuestro estrés y nuestro nivel de ansiedad casi con toda seguridad. ¿Puede haber un mejor aprendizaje?
Beneficios de enseñar a los niños a amar la vida
- Ser más agradecidos. Aprender a ser agradecidos es una de las claves más importantes de amar la vida tal como es y tal como viene, y con ello conseguimos que los niños crezcan siendo más felices y optimistas, y mucho menos egoístas.
- Tener bienestar emocional. Ser capaces de apreciar los pequeños detalles es fundamental para relajarnos y exigirnos menos a nosotros mismos, así como para reducir los niveles de estrés que nos ciegan la vista y nos impiden ver todo lo bonito que tenemos alrededor.
- Ser personas curiosas. Los niños son curiosos por naturaleza, pero necesitan ver que sus padres también lo son y que no dejan nunca de fomentar ese espíritu en ellos o, de lo contrario, crecerían sin tener inquietudes, sin ganas de leer o sin ganas de explorar nuevas posibilidades y lugares del mundo.
- Expresarse creativamente. Las personas creativas tienen más sensibilidad y mantienen los ojos muchos más abiertos al mundo, por lo que, casi de la nada, pueden encontrar estímulos e inspiración para expresarse y comunicarse con los demás. ¡Por eso debemos fomentar siempre la creatividad en los niños!
- Ser personas resilientes. Superar todos los desafíos que se nos presenten, o no tener miedo de enfrentarnos a ellos, es fundamental para no desanimarse en la vida y para poder seguir siendo felices y mucho más fuertes con cada experiencia.
- Ser amables y cercanos. Si enseñamos a los niños a ser personas amables, cercanas y empáticas con los demás, conseguiremos que no tengan problemas a la hora de relacionarse y que hagan muchas amistades y relaciones duraderas y saludables, lo que sin duda les garantizará momentos felices y extraordinarios en la vida.
En definitiva, enseñando a los niños a apreciar las pequeñas cosas de la vida, como puede ser el olor de las flores en primavera, el tacto de la nieve en invierno, el olor de los libros y los cuadernos nuevos, la alegría de una tarde de juegos, el regocijo de una noche de película y palomitas en familia, el abrazo de los abuelos, y un larguísimo etcétera, conseguiremos que consigan desarrollar una visión mucho más profunda de lo que es la vida y que sean capaces de encontrar la felicidad en su camino con mucha más facilidad.
Frases ideales para que los niños valoren la vida
Y si aún necesitas más ideas para asegurarte de que tus hijos crecen sin ser egoístas y asumiendo que la vida es un regalo y que puede ofrecernos cosas valiosísimas a cada momento, pero no crees que las estrategias anteriores estén dando todavía frutos, puedes probar con alguna de estas frases poderosas para valorar la vida que te proponemos a continuación… ¡capaces de abrir los ojos de par en par a cualquiera!
- Recuerda disfrutar siempre de cada momento al máximo, pues la vida es un regalo que no estará siempre en nuestras manos.
- Las cosas bonitas y pequeñas pueden ser invisibles a los ojos, pero hacen siempre grande al corazón.
- Todos los días el sol nos ofrece una sonrisa y una nueva oportunidad para hacer cosas buenas.
- Igual que damos gracias a las personas cuando nos hacen un regalo, debemos agradecer a la vida, y aunque haya momentos difíciles, todos los días que siempre nos da.
- Incluso en la dificultad más extrema, los mejores exploradores pueden conseguir ver siempre una luz que alumbre su salida.
- Pasar tiempo con las personas a las que más queremos o haciendo esas cosas que nos hacen felices, no es perder el tiempo, es amar la vida.
- A veces las cosas pueden ser impredecibles, pero tan solo debemos seguir adelante y procurar sacar una lección bonita que aprender de ello y que poder contar a otros.
- La vida es un viaje fascinante, por lo que debemos ser capaces de disfrutar del camino con las persianas subidas y los ojos abiertos de par en par para no perdernos nada.
¡Seguro que con todas etas ideas aprenden a ser capaces de vivir y de mirar hacia adelante en positivo y encuentran la felicidad que tanto se merecen!