Como padres, muchas veces somos conscientes de que podría ser bueno orientar a los más pequeños para que aprendan cosas nuevas, pero no sabemos muy bien por dónde empezar. Estamos seguros de que hay mucho que podría hacerse para ayudar a los niños en su etapa previa al preescolar, con el objetivo de desarrollar sus habilidades y que puedan notar menos el cambio el día que tengan que empezar sus primeros días de cole, y efectivamente son muchas las actividades que pueden hacerse.
Por eso, en este artículo, queremos proponer algunas que podrían ser muy efectivas para el desarrollo de la motricidad de los niños más pequeños, aunque nunca deberemos olvidar en este punto, que lo verdaderamente importante es que sean felices y se muestren entusiasmados con la idea de aprender cosas nuevas, y que nunca se observe por parte de los padres dicho aprendizaje como una obligación.
¡Los niños necesitan libertad para conocer el mundo que les rodea!
5 actividades ideales para futuros alumnos de preescolar
- Sumar. A los tres años, normalmente, los niños ya saben contar pero no siempre sumar. Utiliza esa habilidad de contar para practicar la de la suma, haciendo preguntas como: “Estoy comiendo dos fresas y tú estás comiendo dos fresas. ¿Cuántas fresas comemos juntos?” Cuando el niño o la niña en cuestión cuente las cuatro fresas para llegar a su conclusión, estará aprendiendo también cómo los números trabajan juntos.
- Reconocer números. También usamos números de otras maneras a lo largo del día. Practica cómo reconocer y cómo se ven los números, así como lo que significan en el reloj, en una taza de medir, en un cartel de precios de tienda de comestibles…etc.
- Sonidos de palabras. En torno a los tres años los niños ya conocen un buen número de palabras, así que podemos usar ese conocimiento para averiguar cómo suenan. En lugar de hacerlo complicado, procura enfatizar en los sonidos iniciales. Por ejemplo, comentar que la H es una letra muda, hará más fácil a los peques entender la ortografía de muchas palabras que les resultan familiares, como por ejemplo hormiga.
- Reconocer colores y formas. Al igual que los números, los colores y las formas pueden ser más complejos en la práctica que en los libros ilustrados. Los colores tienen todo tipo de tonos en el mundo natural, y las formas son un poco más difíciles de identificar cuando no están claramente delineadas en negrita. En la práctica, pide a tus peques que encuentren cosas que tengan un color o una forma específica. También puedes usar ese tipo de juegos y actividades para jugar a rimar palabras.
- Practicar la escritura. Pide a tus peques que plasmen su firma cuando hagan un dibujo especial, por ejemplo, o coge un lapicero y pide que imiten tus movimientos en un papel. De una forma simple y divertida podrán ir observando de qué se trata la habilidad de escribir.
Juegos específicos para desarrollar la motricidad y la imaginación
- Usa las cajas de los medicamentos o de la pasta dental para convertirlas en piezas para construir torres. También puedes añadirles ruedas de cartón o pintarlas para que los niños guarden sus cosas o jueguen a las casitas.
- Forra con papel de colores las latas de conserva (asegurándote de que no pueden cortar) y prepara pelotas con papel de periódico para que puedan jugar a las canastas en formato mini.
- Con rollos de papel higiénico puedes crear telescopios, y si tapas los huecos de los extremos con rellenos de lentejas u otras legumbres, conseguirás divertidos instrumentos musicales.
- Coge revistas o catálogos de supermercados para recortar figuritas. Con ellas los peques podrán crear historias o incluso cuentos que podrás guardar en latas para tener siempre a mano. También puedes dividir las imágenes en partes y crear sencillos juegos de rompecabezas.
¡Manos a la obra!