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5 maneras de fomentar el interés por la lectura en los niños

Sabemos lo importante que resulta adquirir el hábito de la lectura, ya seamos pequeños o adultos, sin embargo, debemos tener claro que este hábito no se desarrolla de la noche a la mañana, sino que se trata de un proceso que puede llevar mucho tiempo y trabajo. Por eso es bueno comenzar a fomentar la lectura en los niños desde la más tierna infancia, y de esta manera lograr que esta actividad se convierta en algo conocido y familiar para ellos.

 

La era de la información y del conocimiento

Como ya señalaba el sociólogo Manuel Castells, vivimos por excelencia en la época de la información, donde el conocimiento representa un papel fundamental en la vida cotidiana de todas las personas. La lectura siempre ha representado un gran valor a considerar, pero en estos tiempos la misma va unida no solo al aprendizaje, sino a la integración en la era de la información, es decir, que se necesita más que nunca el fomento de este hábito vital en los más pequeños. Por eso, en el artículo de hoy, queremos ofrecer algunas ideas para hacer que el hábito de la lectura sea más atractivo para los más pequeños.

¿Comenzamos?

 

Si bien la capacidad de lectoescritura comienza a desarrollarse en los niños alrededor de los 5 años (dependiendo del niño puede ser antes o después), es bueno que los padres incentiven la lectura mediante el ejemplo. Si los niños ven que sus padres leen, tomarán esto como algo a imitar. También es importante que los adultos lean cuentos o historias a los más pequeños, en lugar de ofrecerles solamente entretenimiento audiovisual.

 

 

Aunque parezca algo obvio, es imprescindible tener en casa varios libros a la vista de los niños. No necesariamente se debe contar con una biblioteca completa, pero sí invertir en libros para niños (búscalos según la edad) y que ellos puedan habituarse a los mismos mientras juegan y se divierten.

 

En relación con el punto anterior, cuando hablamos de fomentar la lectura no queremos decir obligar a los niños a leer. No debe haber prisa en esto, o de lo contrario conseguiremos tal vez un efecto negativo. En principio, demasiada rigidez en el fomento de la lectura terminaría dando los resultados contrarios a los que buscamos. Por tanto, debemos hacer que los libros. al igual que la lectura en sí, se conviertan en algo ameno, satisfactorio y agradable para “invitar” y “no obligar”.

 

Lo forma en que los niños aprenden cuando están en su etapa de crecimiento es a través del juego. El juego no es solo una manera de ocupar el tiempo libre, sino que para los más pequeños significa el modo de encontrarse con el mundo, con ellos mismos, de aprender sobre valores, normas sociales, o de estimular sus habilidades motrices e intelectuales. Utilizando estrategias innovadoras, podemos incorporar la lectura a su espacio de juegos. Por ejemplo, incorporando las vocales a los juegos desde los primeros años, utilizando palabras cortas y cotidianas, haciendo carteles con frases simples para decorar, entre otras muchas alternativas.

 

 

Por último, para estimular la lectura debemos conocer cuáles son sus intereses, para que de esta manera mejoremos la oferta de libros que haya a su disposición. Nadie lee lo que no le interesa, y lo mismo sucede con los niños. Cuanto mejor conozcamos sus intereses, mejor vamos a poder ofrecer lecturas cautivadoras que les conmuevan y que les motiven a seguir instruyéndose en este hábito. Un punto muy importante a tener en cuenta también es la edad, ya que de un año a otro sus habilidades e intereses cambian enormemente. Por eso es muy conveniente que estemos atentos a sus gustos y preferencias, por supuesto, y siempre considerando como adultos las posibilidades que mejor se adapten a la educación de nuestros niños.

 

Todos estos consejos pueden contribuir a enriquecer la relación de los niños con la lectura, tanto presente como futura…, algo tan sustancial e importante para la vida y para la formación de una persona, también en esta nueva era del conocimiento y de la información digital en la que vivimos.