Qué es la asertividad y cómo trabajarla

Últimamente oímos mucho la palabra asertividad, como si se hubiera puesto de moda o fuese algo nuevo. Sin embargo, la asertividad es tan antigua como el mundo y hace referencia a la capacidad que tenemos o no las personas para manejar y expresar nuestros sentimientos, o para enfrentarnos a los problemas y salir de ellos.

Ser una persona asertiva no es fácil y requiere de una educación adecuada desde los primeros años de infancia. Y es que como adultos, muchas veces seguimos sin tener los recursos necesarios para dar rienda suelta a nuestros sentimientos o para lidiar con las situaciones más difíciles a las que tenemos que enfrentarnos en la vida. La buena noticia es que podemos seguir una serie de pautas para trabajar la asertividad y, lo que es más importante, para dotar a nuestros hijos de mecanismos suficientes como para que puedan convertirse con el paso del tiempo en personas asertivas incapaces de dejarse manipular y de ver mermada su alta autoestima.

 

Claves en la enseñanza de la asertividad

  • Educar en la eliminación del sentido de culpabilidad.
  • Enseñar a nuestros hijos la importancia de establecer prioridades.
  • Aprender a no tomar decisiones precipitadas.
  • Tomarse el tiempo necesario para pensar antes de tomar cualquier decisión.
  • No dejarse llevar por las órdenes de otros solo por el miedo a no decepcionar.
  • Ser respetuoso a la hora de decir que no, pero hacerlo con decisión.

La clave, en cualquier caso, para que nuestros hijos aprendan a ser asertivos es que adquieran una personalidad fuerte y aprendan a ser personas decididas y responsables, cuyas emociones no tomen nunca las decisiones por ellos, ya que de lo contrario podrían dejarse llevar continuamente en favor del beneplácito de los demás.

Las personas bondadosas, generosas y con una personalidad menos fuerte, pueden ser las víctimas perfectas de las voluntades de otros. Por eso es tan importante desterrar el sentido de la culpabilidad de nuestro interior, porque debemos ser conscientes de que las responsabilidades ajenas no son nunca las propias y no pueden convertirse en propias solo por el hecho de no querer desagradar ni enfadar a los demás.

Aprender a gestionar el tiempo y a establecer objetivos nos ayudará a resolver de mejor forma este tipo de conflictos, que suelen generarse por el miedo a disgustar a terceros o a perder una amistad. Y, con respecto a nuestros hijos, es muy importante que sepan que si esto último ocurriese, esas personas no serían en ningún caso beneficiosas para sus vidas.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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1 Comentario

  1. Muy bueno. Es d mucha ayuda para ña educasíon d nuestros hijos.

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