El importante papel del padre en el proceso de crianza

Millones de años de evolución humana han hecho perfecta la relación madre e hijo, y el vínculo singular, cuya  conexión física se restablece fuera de su vientre con el más instintivo y amoroso acto materno, el de amamantar.

No obstante, otro personaje presente durante el mismo tiempo evolutivo, e indispensable también, no asume -por obvias razones- las tareas de nutrir al pequeño, lo cual no quiere decir que su rol sea menos importante o relevante.

De hecho, cada día más, las salas de vacunación, los parques infantiles, las reuniones de padres en las escuelas y hasta las fiestas con personajes de Disney o de Cartoon Network se ven más nutridas de padres, quienes asumen, sin ningún complejo, la pública, notoria y enternecedora tarea de acompañar, cuidar y guiar a sus pequeños… a pesar de que fuera otra quien lo trajese al mundo y le amamantara de su pecho en sus primeros meses.

 

El pecho del padre no amamanta pero nutre

La figura paterna es básica y fundamental. El padre llegará a ser tan importante como la madre, pese a que el primer vínculo fuerte apego, desde la gestación, sea el de la madre.

En las primeras semanas, le tocará a la mamá poder ir incorporándolo, dejando espacio para que papá aparezca en la escena y coprotagonice la crianza. Al inicio para el niño será igual, pero luego cuando el papá acepta ser “abordado” se irá creando un espacio para ambos, y allí surgirá la extraordinaria conexión paterna, vital para desarrollar el sentimiento de seguridad, esencial para su autoestima.

 

Los padres también sienten

Y es que el padre también disfruta al oler, sentir su calor, seguir su ritmo cardíaco o respiración;  e incluso al recrear sus sonrisas y gestos en las expresiones que imitará de él.

Los padres, en general, aman incondicionalmente a sus hijos, aunque no los amamantasen, y la reciprocidad afectiva con el padre marcará al niño para toda su vida, negativa o positivamente.  Tamaño cuidado ha de tener quien responsablemente asuma su paternidad.  Culminará él la obra creadora, que inició la madre en criatura inocente y que habrá de perfeccionar en un futuro hombre de bien.

 

Papá y mamá no compiten, se complementan

Si la madre respeta al padre, el hijo lo hará.  Así, se hará importante en la vida de su pequeño y transmisor de límites, valores y orientación. Ha de romper el paradigma del padre proveedor y autoritario para estrenar este papel, apostando el cuerpo y el alma.

Los padres que son compañeros y contrafigura de la sobreprotección materna, influirán de manera clave en la adolescencia.  Su presencia se siente en la palabra de quien lo nombra y en lo que se transmite de ese papá cuando no está.

Padre también es el transfiere a sus hijos su historia y sueños,  como el cuadro de fútbol, “ser luchador como”, “trabajar duro como”…Su compañía es esencial para aprender a enfrentar el mundo, pasito a pasito.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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