Uno de los elementos de mobiliario más importante en el dormitorio infantil es la silla de estudio. Junto con el escritorio, conforman el escenario imprescindible que debe servir para que los niños hagan sus deberes, estudien y dejen volar su imaginación con tareas como la lectura o incluso los juegos de mesa.
En este sentido, todavía mucha gente cae en el error de utilizar sillas que no son adecuadas para los niños, sino que son asientos para adultos que se pueden regular a las dimensiones de los más pequeños.
Sin embargo, sentar a los hijos en una silla que no se ajusta bien a su tamaño puede resultar problemático para su salud, porque se acaba por no respetar la higiene postural. El error se comete, a menudo, por la propia generosidad de los niños, que son más flexibles y se adaptan a cualquier tipo de asiento.
Esto, a largo plazo, puede ser contraproducente porque acaban adoptando posturas incorrectas que permanecerán en el futuro y pueden generar dolores de espalda y problemas reumáticos y musculares.
¿Por qué elegir una silla de escritorio infantil?
Los motivos que nos deben llevar a hacernos con sillas de estudio infantiles de calidad ya han sido descritos de manera resumida. El primero y más importante es educar a los pequeños en una buena higiene postural. Si adoptan posturas correctas cuando estudian o hacen sus deberes, también cuando utilizan el ordenador o la videoconsola, evitarán desarrollar problemas en la espalda o la zona lumbar a largo plazo.
Si nos centramos más en el resultado inmediato, una silla adaptada a su peso y su estatura es condición imprescindible para la mejora del rendimiento. Conviene no olvidar que en este elemento van a pasar muchas horas durante su infancia, de modo que si no es la adecuada, esto repercutirá negativamente en su rendimiento.
Por último, y sin dejar de lado la aparición de enfermedades y problemas de cansancio prematuros, con una buena silla logramos un importante ahorro económico. El material y mobiliario de escritorio de calidad es una inversión a medio y largo plazo en ahorro, pues se evitan visitas a la consulta médica y tampoco es necesario estar sustituyendo estos elementos con tanta frecuencia.
¿Cómo deben ser las sillas de estudio infantiles?
Un primer apunte importante es el del respaldo. Es fundamental que el espacio en el que apoye la espalda sea recto, para garantizar un ángulo de 90 grados centígrados con respecto a las piernas. Así, los niños pueden apoyar los codos sobre la mesa. Igualmente, otro objetivo que se consigue con el respaldo recto es que el cuello y los brazos no sufran manteniéndose por periodos largos de tiempo en una misma posición.
La talla es otro aspecto crucial. Una silla demasiado grande o, por el contrario, muy pequeña, hace que la postura que se consigue en el asiento no sea la adecuada. Los niños deben mantener la espalda recta en todo momento, con los pies apoyados en el suelo. Por otra parte, las sillas, que siempre serán ergonómicas pueden tener varios grados de altura para ir ajustándose al crecimiento de los pequeños, pero el sistema para elevarlas o bajarlas ha de ser resistente y de calidad. En cuanto al respaldo, que sea firme, grueso y con un acolchado suficiente.
¿Reposabrazos y ruedas?
Si se garantiza que el respaldo es recto, con suficiente firmeza, y que la altura es la adecuada para que el pequeño apoye los pies sin molestias, la silla ya puede ser la correcta. No obstante, se suman otros aspectos como el reposabrazos y las ruedas.
Los niños hacen un uso moderado o medio de las sillas, no pasan tanto tiempo sentados en ella como los adolescentes o los adultos. Por ello, es habitual encontrar modelos que no tengan reposabrazos. Cuando no los incluyen, la silla se puede acercar más a la mesa.
En cualquier caso, también hay modelos que sí incluyen este accesorio y que son igualmente válidas. Para que sea así deben estar situados a una altura adecuada y permitiendo que la posición de los brazos forme un ángulo de 90 grados respecto a la mesa.
Con las ruedas sucede algo similar. No son obligatorias, pero sí favorecen el desplazamiento. Si se adquiere un modelo con ruedas hay que hacer ver al niño que no es un elemento de juguete, sino un accesorio más para ganar en utilidad.
Cumpliendo estos requerimientos podrás conseguir un modelo adecuado, ajustado a su edad y sus requerimientos. Y para más información, tienes más detalles en este análisis de las mejores sillas de estudio realizado por el portal de educación online Estudiarbien.es