Ser conscientes de que un niño/a es superdotado puede llegar a ser muy desesperante para los padres, pues la ayuda que se recibe por parte de los demás, especialmente por parte de los centros escolares habituales, no suele ser suficiente o, lo que es peor, llega a ser completamente nula.
Esta falta de comprensión y de protocolos hace que muchas veces los niños superdotados lleguen a tener aversión a la idea de estudiar y de ir al colegio, lo que siempre repercute negativamente en los padres, que pueden sentirse impotentes y sin la información necesaria para saber a dónde acudir. No contar con planes educativos pensados para este tipo de niños y niñas, hará que dichos estudiantes permanezcan en la escuela como en un estado latente, siendo imposibles los avances y el desarrollo y la potenciación necesaria de todas sus habilidades.
Pero es muy importante también el papel de los padres, y no solo el de las escuelas, pues la observación atenta de las capacidades evitará que muchos niños y niñas superdotados crezcan si saber que lo son, sintiéndose diferentes al resto sin saber muy bien por qué. Muchos padres piensan que es en la escuela donde tienen que observarlo y comunicárselo a los progenitores, pero sabemos que el ritmo exagerado al que deben ir los centros educativos hace que esta misión sea casi imposible a priori y, de igual forma, los padres y las madres no pueden eximir su responsabilidad en todo este asunto.
Cómo actuar (y cómo no actuar) ante un niño/a superdotado
Perseverar siempre es la clave a la hora de educar y de enseñar a niños y niñas superdotados. Escaseen o no las ayudas no se debe tirar nunca la toalla, o serán los niños los que terminen pagando las consecuencias con el tiempo.
Si tienes la certeza o tan solo la duda de que puedes tener un hijo superdotado, acude a centros especializados, infórmate y aprende todo lo que puedas sobre lo que le sucede a tu hijo/a y sobre lo que podrías hacer para que lo comprenda y también para evitar que se frustre en su vida cotidiana. Para ello queremos brindarte algunas recomendaciones e ideas sencillas que puedes poner en práctica:
- No olvides nunca quién es el niño y quién el adulto
Los niños necesitan sentir que están seguros y protegidos. Un adulto que asume que un niño superdotado puede tomar sus propias decisiones sobre cuál es la mejor educación o actividades que puede realizar, solo por el hecho de tener talento y mucha inteligencia, le está dando demasiado poder al niño/a olvidando sus responsabilidades como adulto y tutor. Este tipo de actitudes merman la confianza de los niños superdotados con respecto al adulto, porque tener altas capacidades no implica que dejes de ser niño y que ya no necesites a tus padres.
Es importante no añadir responsabilidades de más a los niños, sean o no superdotados, pues el peso de las decisiones debe llevarlo siempre el adulto, dotado de más experiencia, sabiduría y retrospectiva.
- Busca desafíos intelectuales dentro y fuera de la escuela
Los niños superdotados aprenden a rendir menos en la escuela, ya que no necesitan el mismo tiempo de aprendizaje que el resto, lo que les conduce a no tener que esforzarse en nada ni a practicar. Esto, aunque pudiera parecer algo positivo para muchas personas en realidad no lo es, pues genera ansiedad e insatisfacción personal.
Para evitar todo eso en la medida de lo posible, ofrécele a tu hijo/a la oportunidad de poder enfrentarse a retos y de poder superarse, aunque esto implique buscar actividades fuera de la escuela. También es recomendable mantener conversaciones con el colegio sobre esta situación, para que puedan barajar la posibilidad de establecer jornadas y desafíos con los alumnos, aunque sean de grados superiores.
- No te burles de sus gustos e inquietudes
Dale a tu hijo la libertad y la oportunidad de tomar decisiones propias con respecto a aficiones, actividades y programas extraescolares, así como a la elección de lecturas, sobre todo en sus ratos libres. Pero, sobre todo, no juzgues nunca sus elecciones (salvo que creas que peligra su seguridad o se trate de algo completamente inadecuado para un niño) ni te burles de sus inquietudes, aunque puedan superar con creces a las tuyas.
- Establece fuertes lazos de cariño y confianza
Permite que el niño persiga en la vida sus más altos intereses, sueños y desarrollo de habilidades. Ayúdale a reconocer cuáles son dichas habilidades, si tuviera problemas para reconocerlas, y deja que pueda desarrollarse a su ritmo hasta que se convierta en un adulto. Esto generará confianza y reforzará el lazo familiar, lo que permitirá al niño/a superdotado sentirse comprendido y querido en casa como cualquier otro miembro de la familia más, convirtiéndole al mismo tiempo en una persona mucho más fuerte a la hora de enfrentarse a las posibles incomprensiones y barreras de la sociedad sobre sus altas capacidades.