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Técnica del semáforo para que los niños sean positivos

La técnica del semáforo (de la que nos hablan especialistas como Anna Morató, autora del libro “De mayor quiero ser feliz”) es una herramienta que sirve, entre otras cosas, para ayudar a los niños a afrontar los días con positivismo. El beneficio de enseñar a los niños a ser positivos es que les enseñamos a elegir palabras y acciones que traigan felicidad a sus vidas, a pesar de las circunstancias. Porque, es fácil ser positivo cuando todo sale bien, pero cuando todo es adverso hay que aprender a salir también de esas circunstancias positivamente, y por eso queremos hablar de este tema más detenidamente en el siguiente artículo.

 

 

 

En qué consiste la técnica del semáforo

El sistema del semáforo sirve para mejorar el estado de ánimo: para ser más positivos, para manejar mejor estados de tristeza e ira…Es decir que, aplicado a los niños, se trata de una técnica que utiliza los colores de un semáforo tradicional para enseñarles cómo manejar y gestionar sus emociones. Por ejemplo:

 

 

El sistema del semáforo es una herramienta para niños de unos 4 a 10 años. Y es que, los niños a esa edad pueden identificar emociones básicas, pero tienen problemas para manejarlas adecuadamente. En este sentido, la técnica del semáforo utiliza un símbolo reconocible por todos para enseñar a los más pequeños cómo manejar las emociones, especialmente las negativas.

La mayoría de los niños entienden perfectamente cómo funciona un semáforo porque los ven todos los días, lo que lo convierte en un símbolo ideal para el manejo emocional. Rojo significa parar, amarillo significa esperar o reducir la velocidad, y verde significa ir. Si aplicamos los colores del semáforo a la ira o al enfado de los niños, pueden aprender a manejar sus emociones como si fuera un juego.

 

 

Significado de colores y valores positivos

 

La luz verde

Cuando le indicas al niño que tiene luz verde, significa que le autorizas para que avance, para que encuentre salidas y siga hacia adelante. No significa que no haya problemas, lo que significa es que hay soluciones que pueden verse y que deben encontrarse y elegirse para salir del problema tan rápido como se pueda.

 

La luz roja

Es una fase natural en la vida. Con este color, se trata de elegir palabras negativas que describan las circunstancias. No está mal decirlas porque son necesarias para desahogarnos, pero debe hacerse por un tiempo corto de nuestras vidas, porque mientras tenemos luz roja simplemente no avanzamos. Solo se avanza hacia la luz verde cuando encontramos otra vez palabras positivas y soluciones.

Lo interesante de esta herramienta es que enseñamos a los peques a elegir cómo quieren sentirse. Después de todo, la felicidad es un estado emocional que se elige o se ignora. Además, mientras se vive en un estado positivo, se aprenden algunos valores importantes en la vida. ¡Veamos cuáles!

 

 

 

Muchas personas han vivido tanto tiempo en la negatividad que han aprendido a tener un vocabulario negativo del cual es casi imposible apartarse. Por eso, con la herramienta del semáforo, se le enseña al niño a entender la diferencia entre ambos vocabularios y se le enseña a preferir un vocabulario positivo.

 

El niño aprenderá qué vocabulario pertenece al tiempo de la luz roja, es decir, cuál es el vocabulario negativo. De esta forma, identificará cuando alguien tiene un vocabulario negativo y hasta violento hacia él. Con herramientas de autoestima, aprenderá a poner el “alto” a todas las personas que quieran expresarse negativamente hacia él o comportarse inadecuadamente.

 

Los niños, gracias a esta sencilla técnica, entenderán que sus palabras positivas hacen sentir bien a los demás, y que las negativas hacen sentir mal. De esta manera, desarrollarán empatía por las demás personas, con todo lo que ello conlleva a nivel personal y social.