La importancia del respeto a la diversidad
Como seres humanos, aunque compartimos ciertas similitudes a nivel físico, también tenemos muchas diferencias entre nosotros. No hay un ser humano que sea completamente igual a otro aunque compartan similitudes físicas (como es el caso de los gemelos), ya que siempre habrá algo que los diferenciará. Y eso es símbolo de que el mundo está lleno de diversidad. Diversidad de razas y religiones, diversidad de idiomas, diversidad de culturas, etc…, y todo tipo de diversidad debe ser respetada.
¿Cómo debemos enseñar a nuestros hijos?
El respeto a la diversidad comienza en casa, cuando a pesar de que haya varios hijos, se aprende a respetarlos en sus diferencias y a no compararlos; a respetar los intereses y necesidades de cada uno y a hacerles saber que sus diferencias son precisamente las que les convierten en tan especiales.
Pero enseñar a los niños a respetar y a ser conscientes de la importancia de la diversidad, no se es solamente hacerles saber que todos somos diferentes, sino hacerles ver que esas diferencias deben ser aceptadas, incluso si no nos gustan o no estamos de acuerdo con ellas. Es nuestra responsabilidad como padres hacerles saber que en el mundo existen diferentes culturas distintas a las nuestras, pero que igualmente merecen reconocimiento, valor y respeto.
Y cuando hablamos de diversidad no solo nos referimos a diferencias de cultura, raza o religión. La diversidad se trata también de formas diferentes de pensamiento o de funcionamiento (tanto físico, como mental y conductual). Muchas veces no observamos nuestras propias acciones y transmitimos a nuestros niños y niñas mensajes que no necesariamente son respetuosos con las diferencias del otro, algo que pasa, por ejemplo, cuando se recomienda “no jugar con niños traviesos o muy inquietos”, o no les dejamos compartir con otras personas porque no compartimos su forma de pensar o estilo de ver la vida.
Debemos prestar especial atención a las respuestas que daríamos los adultos a la pregunta de qué es lo diferente, porque quizás tenemos ideas aprendidas negativas o poco recomendables que podríamos estar transmitiendo a nuestros hijos.
El respeto a la diversidad parte de saber, nosotros como adultos, y de poder enseñarles a los más pequeños que, aunque tengamos diferencias, todos coincidimos en que hay algo que nos hace únicos y especiales y que todos tenemos un papel que debemos cumplir en la sociedad en la que vivimos. Así permitiremos que vivan experiencias que favorezcan y fortalezcan los conceptos de igualdad, armonía y responsabilidad por las propias acciones.