Razones por las que los padres son los mejores maestros

Convertirse en una excelente madre o un excelente padre significa muchas cosas, pero el hecho de cuidar de otra personita es probablemente uno de los mayores privilegios y responsabilidades que ser padre entraña. No cabe duda de que los maestros y educadores de infantil también tienen mucha práctica con los niños, pero nada que se pueda comparar con la que los propios padres tienen y van ganando conforme avanzan los días y los años con un miembro más en la familia.

 

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Y es que los padres son los mejores maestros que puede haber, y por tanto también personas muy válidas para plantearse de forma seria algo tan importante como trabajar en la educación o ser un excelente complemento y apoyo para aquellos que lo hagan.

Y tú, ¿eres de los que aplica su experiencia en el terreno profesional?

 

 

7 motivos por los cuales los padres siempre son mejores maestros

Es fácil pensar que nadie puede saber más de niños que aquellos que trabajan cada día con ellos, aquellos que regalan emojis u ositos de goma cuando los niños se enfrentan al reto de ir al baño por sí mismos, o cuando deben intermediar en una pelea o animar cuando ha habido una caída…, pero hay muchas razones por las cuales los padres son los mejores maestros de niños pequeños. ¿Que no te lo crees? ¡Pues mira, mira!

 

  • Están muy familiarizados con los berrinches

No hay duda de que verás algún berrinche ocasional si eres educador de primera infancia, pero como padre, probablemente ya hayas visto los peores. Se requiere que los maestros cumplan ciertas expectativas de comportamiento en sus aulas, así que si también eres padre o madre, ya serás inmune al llamado berrinche ocasional, con lo que serás más fuerte para mantener tu terreno y hacer cumplir las normas del aula.

 

  • Pueden relacionarse y conectar con otros padres

Sin duda se interactúa mucho con los niños como maestro, pero también es necesario interactuar con los padres… ¡y bastante! Así que, si eres maestro y también padre, será mucho más fácil que te relaciones con los padres de los alumnos y que comprendas mejor sus necesidades.

Sabiendo lo que de verdad se siente y se vive, será mucho más fácil conectar con los padres, hacer sugerencias de cosas que hacer en casa o compartir historias divertidas sobre la crianza de los hijos. Ser padre, sobre todo si también se es maestro, dota de unas expectativas mucho más realistas sobre los padres y su tiempo, una habilidad que te ayudará en todo en diferentes sitios, desde conferencias hasta reuniones u horarios de entrega y recogida.

 

  • Son cariñosos y pacientes

Consideremos las horas de entrenamiento que se necesitan para que un niño aprenda a ir al baño, el llanto del bebé durante un viaje, la supervisión constante que requiere un niño revoltoso… Definitivamente, la paciencia es algo que los padres cultivan a lo largo de los años y que puede ser muy útil para la docencia.

De hecho, los desafíos no terminan y pueden aumentar cuando los niños se convierten de repente en un grupo de doce, quince o veinte alumnos por clase, por lo que la experiencia te ayudará con los estudiantes, con los planes de estudio necesarios, y también con ese nivel de paciencia requerido para el día a día y para la resolución creativa de problemas.

 

  • Saben cómo ser creativos

Durante los años que uno vive como padre o madre,  uno se vuelve muy creativo en la forma en la que juega con sus hijos, en la búsqueda de soluciones a problemas cotidianos…Entiendes que los niños pueden enfadarse fácilmente y aprender a calmarlos cada vez más rápidamente. Ya sea un niño que grita, una sala llena de estudiantes aburridos o un niño que lucha por aprender a compartir, la creatividad es un talento que te ayudará a superar muchos obstáculos que puedes experimentar como maestro/a.

 

  • Son grandes maestros en gestión del tiempo

Debes ser un auténtico ninja con la gestión del tiempo cuando eres padre, y es que un solo día puede incluir mil cosas y actividades. Como profesor, también es muy importante llegar a tiempo, administrar puntualmente los planes de las lecciones y asegurarte de usar cada día y con el tiempo asignado para enseñar lo mejor que puedas. Las habilidades que se adquieren como padre probablemente puedan darte un gran sentido del valor del tiempo, lo que sin duda debería apreciarse en el aula.

 

  • Lidian como nadie con el estrés

No es ningún secreto que criar niños puede ser estresante. Los niños a menudo hacen y dicen cosas que pueden sorprender a los adultos y, a veces, se puede llegar a sentir que uno no tiene ni idea de lo que está haciendo cuando se trata de la crianza de los hijos. Poder reírse uno de sí mismo o encontrar el humor en lo que de otra manera podrían ser situaciones frustrantes, puede hacer que la vida sea más placentera y ayudarte a sentirte mucho más relajado.

En el aula también habrá desordenes y errores, por lo que tu habilidad para lidiar con el estrés te dará un poquito más de esperanza en los días difíciles.

 

  • Saben que la comunicación es clave

Las habilidades básicas de comunicación, tanto con los niños como con sus padres, entrarán en juego cuando seas maestro. Enseñar lecciones, transmitir instrucciones e informar a los padres son áreas importantes de comunicación cuando se trabaja en un aula con niños. Y son precisamente los padres los que saben bien que porque le pidas a un niño que haga algo, no significa que lo vaya a hacer o que te haya escuchado. Es decir, que los padres nos enseñan de nuevo algo tan importante como el valor de una comunicación con los niños  de forma clara y concisa.

 

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La razón principal por la que los padres son buenos maestros es porque entienden cómo desarrollar relaciones positivas con los niños. Como maestros, es importante que se sepan cultivar también dichas conexiones con los niños, y lo cierto es que no hay mejor manera de practicar esta habilidad que ser padre o madre. Ser capaz de ver el mundo a través de los ojos de un niño puede ayudar a enseñar bien, jugar bien y a crecer cerca de los alumnos de manera efectiva.

Encontrar la línea entre estar involucrado en la vida de los hijos y al mismo tiempo permitirles aprender y tener una independencia saludable, es un equilibrio difícil de alcanzar, pero no imposible. Como profesor, también tendrás la misión de enseñar a los niños cómo conquistar el mundo y adquirir conocimientos por su cuenta. La educación ayuda a los estudiantes a pensar críticamente, a tomar decisiones sabias y, con suerte, a tener un papel destacado en el mundo.

En definitiva, ser maestro es una responsabilidad muy importante, y nada puede enseñar más a un maestro que los propios padres con su experiencia de cada día. Al fin y al cabo, ser padre significa haber sido maestro durante muchos años…

 

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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