Los padres deben ponerse a trabajar con los maestros codo con codo, apoyando a la escuela de sus hijos sin juzgarla. Y es que no se debe confundir el hecho de dejar a los niños que hagan lo que quieran con escuchar sus deseos y requerimientos. Esto último es lo que está en relación con la indisciplina, pues suele ser una consecuencia directa de no escuchar al niño y, por lo tanto, los padres tienen mucha responsabilidad de lo que suceda o no suceda en las escuelas hoy en día.
De acuerdo con el profesor Francesco Tonucci (muy involucrado con la necesidad de una escuela con menos carga para el alumno en sus horas libres) un niño reconocido, respetado y acogido, está a gusto y no tiene necesidad de faltar ni de comportarse con una clara falta de indisciplina.
Cuál es el papel de la escuela en el proceso educativo
Pero las escuelas también deben buscar los canales apropiados para que el niño/a sea realmente escuchado y esto es lo contrario de lo que tradicionalmente se suele hacer en las escuelas. Los niños van a la escuela y deben permanecer en silencio para escuchar al maestro, y esto no les despierta ninguna emoción. Al mismo tiempo, el gran número de alumnos que suelen presentar las aulas también dificulta mucho, o convierte casi en un imposible, el hecho de que los maestros puedan estar atentos a las necesidades y problemas de cada alumno.
Las escuelas también deben conocer y apoyar su entorno, darse cuenta de la necesidad de las personas que les rodean, de los trabajadores que hacen posible el trabajo de cada día, de cómo los niños llegan a la escuela cada mañana y los medios que utilizan para ello…En clase los maestros deben hablar de ese entorno para que la observación del niño sea más profunda con su alrededor, pero por supuesto los padres también deben estar familiarizados con ese entorno, porque la comunidad educativa está formada por muchas partes, pero todas deben complementarse y nutrirse entre ellas para que todo funcione.
La educación principal debe ocurrir dentro de las escuelas y no fuera de ellas, porque son muchas las realidades que pueden vivir los hogares y siempre habrá alumnos con más y menos carencias o apoyo familiar. Es decir, que todos aquellos aprendizajes que se dejen para fuera de la escuela por falta del tiempo, o por el motivo que sea, estarán condicionados por las posibilidades de cada hogar y el niño, por regla general, responderá de acuerdo a esas posibilidades. Pero todo esto debe hacerse siempre con el apoyo de las familias, que deberán tener presente que la educación también comienza en casa y que los maestros siempre son aliados, y no enemigos de sus hijos o de ellos mismos.
Cuál es el papel de los padres en el proceso educativo
Escuchar a los hijos es lo más importante que un padre o una madre puede hacer por sus hijos. Si un padre escucha a su hijo se dará cuenta de que éste quiere tener tardes libres para jugar, de que quiere leer cuentos sin que tenga que terminar haciendo una tarea, de que quiere estudiar cerca de casa para dormir un poco más y poder terminar yendo solo y de forma independiente al colegio cuando tenga edad…o miles de cosas más.
A su vez, también es importante que los padres puedan estar atentos a los gustos y habilidades de sus hijos, con el fin de poder apoyar actividades complementarias, como el deporte, o el tocar un instrumento. Todo niño tiene una actividad preferida que no suele hacerse en el colegio y que merecerá la pena apoyar desde la propia familia, beneficiando así también el rendimiento académico y el avance del niño o niña en cuestión.
En definitiva, padres y profesores deben trabajar juntos y plantearse si de verdad escuchan a los niños o no, pues esto es muy importante para el avance de su educación y para que puedan tener un crecimiento provechoso que les encamine a la independencia y a la búsqueda de sus propios espacios.
Y es que, no puede haber una educación de calidad en la que los profesores no logren entenderse con los padres o en la que los propios padres cuestionen el trabajo y las planificaciones de los maestros. Solo trabajando en conjunto sin juzgar al otro, podremos alcanzar esa educación de excelencia que dignifique a la sociedad.