La importancia de los profesores en la educación

Los niños pasan en la escuela casi 7 horas diarias, en algunos casos incluso más. Sería obvio pensar que los profesores son piezas claves en la formación de nuestros hijos. Pero entonces ¿por qué de un tiempo a esta parte se les cuestiona y hasta se les quita autoridad?

La sobreprotección hacia el menor tiene mucho que ver y deberíamos pensar que desautorizar al maestro y ningunear su figura es negativo para la relación entre éste y sus alumnos.

Son muchas las ocasiones en las que pensamos que el profesor no tiene ni idea de lo que dice de nuestro pequeño cuando, en algunos casos, por no decir en la mayoría, está más tiempo con él que nosotros. Solo por eso ya deberíamos respetarlo. Eso no quiere decir que estemos de acuerdo con su actitud en general, pero sí que le debemos un respeto y eso incluye principalmente no desacreditarlo delante de sus alumnos y que, cuando hablemos de él, sea siempre con educación.

Un maestro será recordado por miles de anécdotas y en muchos casos es la primera figura adulta que entra en la vida del niño no siendo los padres. Cuando son muy pequeños además se suele idealizar el vínculo, pues el menor necesita una referencia en el colegio que le dé seguridad. Es a medida que el niño crece cuando puede empezar a ver fallos en sus profesores y ahí depende mucho de nuestra actitud el trato que tenga en adelante para con ellos.

 

La necesidad de valorar a un profesor

Como madre que soy he tenido diferencias con profesores, las cuales he hablado intentando llegar a un acuerdo, pero siempre desde la admiración. Aunque no estuviera de acuerdo con sus planteamientos o les tuviera que abrir los ojos en algún conflicto con mi hijo porque a lo mejor no se habían dado ni cuenta, para mi el plantarse delante de 30 niños mínimo, de la edad que sea, para intentar formarlos, es un acto de valentía y en casi todos los caso de vocación.

Las aulas saturadas, la escasez de medios y la incomprensión generalizada por parte de muchos padres convierten un curso escolar a veces en un imposible y esto es para desmoralizar a cualquiera. Así que yo normalmente comienzo una reunión con un maestro primero solidarizándome con él, a pesar de todo, y luego paso a comentarle el problema personal de mi hijo para llegar a una solución, lo cual tras el acercamiento se facilita bastante.

Un profesor valorado, apoyado y si es necesario cuestionado con educación y objetividad, será un profesional que trabaje más a gusto y brinde una mejor atención a sus alumnos, sintiéndose tranquilo y seguro. Confiemos en su buen hacer, mantengamos una relación fluida con él, hablemos a menudo de cómo ve a nuestro hijo. Es seguramente una percepción muy valiosa la suya, así que tengámosla en cuenta. Además charlemos con nuestros hijos de su maestro y de sus clases. Todo este conjunto nos dará la realidad del aula y podremos ayudar o acercar posturas en caso de ser necesario.

Insisto en que educar a nuestros hijos en el respeto a los demás y en especial a su maestro, es necesario para su vida. No todos somos iguales ni tenemos que pensar lo mismo, sin embargo, nuestra libertad termina donde comienza la del otro. Y si esa libertad es la de la persona que enseña a tu hijo cuando tú no estás y que le despierta la curiosidad… con más razón, ¿no crees?

Autor: Carolina Cuello

Escribo desde siempre, por trabajo y por placer. Creo que la palabra escrita puede cambiar el interior de las personas y es en lo que pienso cuando redacto un nuevo artículo. Más información

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