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La importancia de no regañar a los niños en público

Muchos padres tienen la mala costumbre de regañar a los niños en público, siendo esta una práctica usada muy frecuentemente en el día a día, aunque generalmente sin éxito. La verdad es que los expertos en educación suelen afirmar que reprender y castigar no es la vía adecuada para educar a los hijos, pero lo es mucho menos si esto lo hacemos delante de los demás. Lo cierto es que este tipo de conductas pueden ocasionar problemas en el desarrollo de los niños, y en casos especiales llegarles a afectar también a nivel psicológico y emocional.

 

 

Si eres padre o madre, seguro que alguna vez te has sentido mal al reprender a tus hijos en público o has tenido ciertas dudas, pero debes saber que esto es algo normal que se hace sin querer, por lo que no debemos sentirnos mal, sino solo cambiarlo. En este punto, es importante tener claro que el bienestar de tus hijos puede llegar a tambalearse con esta acción, por lo que es importante replanteársela y cambiar las técnicas educativas para evitarla. Pero, ¿cómo hacerlo?

A continuación te traemos toda la información necesaria acerca de la importancia de no regañar a los niños en público, incluyendo algunas ideas de otras estrategias para educar positivamente a tus peques. ¡Evitarlo es posible!

 

Por qué es malo regañar a los niños en público

Existen muchas razones por las cuales corregir y regañar a un niño o niña en público no es buena idea. Los expertos en el área, especialmente psicólogos infantiles, han estudiado los efectos que provoca este comportamiento en los niños, que suelen ser varios. Por ejemplo, al reñir y gritar a tus hijos en presencia de otras personas, los estás humillando y avergonzando, algo que podría afectar seriamente a su autoestima haciéndoles sentir vergüenza, tristeza, inseguridad…o incluso rabia, ira y resentimiento hacia sus padres.

Asimismo, si esta situación ocurre constantemente, si se vuelve habitual el llamarles la atención de una mala manera, con el tiempo podría llegar a ocasionar determinados problemas anímicos o incluso depresión, aunque quizá ya en este caso estaríamos hablando de un tipo de educación autoritaria o tóxica, nada recomendable nunca.

Seguro que pensarás que es muy exagerado decir que esto puede provocar dichas situaciones, pero lo cierto es que la salud mental de los niños puede ser igual de frágil o más que la de los adultos, y usar gritos, insultos o recriminaciones en público (aunque en privado tampoco tendrían que tener cabida) puede no ayudar. Por ello es esencial concienciarse sobre este asunto, conocer las pautas a seguir para evitarlo, y buscar otras formas de educar y regañar a los niños, cuando sea absolutamente necesario, desde la privacidad.

 

Razones por las cuales no debes regañar a los niños en público

Regañar y reprender en público no ofrece resultados positivos, sino que por el contrario acarrea una serie de consecuencias que crean un impacto significativo y a menudo negativo en la vida de cualquier persona, en especial de la de los niños. Pero veamos y analicemos algunas razones más por las cuales hay que evitar a toda costa reñir a los niños frente a los demás:

 

Estrategias para educar de manera positiva 

Educando desde el amor, la paciencia, la tolerancia y el respeto, podremos formar mejores personas. Así, los gritos, insultos y reproches en público no solo no dejan nada positivo, sino que más bien son generadores de sentimientos negativos. Por eso es necesario detener este tipo de conductas.

Además, existen mejores formas de educar a nuestros hijos, sin humillar nunca delante de familiares, amigos y desconocidos, como por ejemplo:

 

Toda relación formada bajo el respeto y la comunicación efectiva se traduce en resultados positivos. Por eso, para educar desde el amor y la compresión, lo primordial es comenzar por hablar y dialogar constantemente con los pequeños, explicarles de manera clara y precisa los límites y las normas, escuchar sus dudas y aclararlas de la mejor forma posible.

 

 

Amonestar y reprender en privado es el modo adecuado de educar.  Y es que en la privacidad del hogar es donde se debe corregir, explicando que una conducta o comportamiento incorrecto no debe repetirse, así como detallando cuáles son las consecuencias de realizar malas acciones.

 

Corrige los errores en privado y elogia las virtudes en privado y también en público, y no al revés. Estimula el potencial de los más pequeños, demuéstrales que valoras sus esfuerzos y logros, y con ello serás parte del fortalecimiento de su autoestima y autoconfianza.

 

Los reproches en público son espantosos, pero son peor aun cuando se utilizan palabras ofensivas y un alto tono de voz capaz de llamar la atención de cualquiera. Evita siempre que puedas ese modo tan hiriente de regañar y mejor llénate de paciencia y calma, y así serás capaz de usar las palabras idóneas siempre en el momento adecuado. ¡La paciencia siempre es la clave!