Y de repente llega la Navidad y ves como tu hijo que tiene 3 o 4 años la vive por primera vez más consciente que nunca. Su carita de asombro y felicidad no tiene precio. Las luces, Papá Noel, los Reyes Magos de Oriente, los renos y camellos, los miles de árboles de navidad, las bolas de colores, los regalos, la familia, los villancicos, nacimientos por todas partes y todo lleno de gente… No da abasto a tanto estímulo visual y sonoro y en algún momento preguntará que significa todo esto o por qué se hace: ¿Qué es la navidad exactamente? Y la verdad, no sabemos por donde empezar o como enfocarlo porque está todo tan confuso ya, que a veces ni uno mismo lo sabe.
Primero, como siempre, echemos mano de la naturalidad y de la sencillez para hablar con el niño. Ellos no quieren respuestas complicadas que les cueste entender, prefieren historias simples que capten a la primera y tranquilicen sus dudas.
Dejando a un lado las creencias religiosas de cada uno, podemos transmitirles el bello mensaje de amor que encierran estas fechas. En un mundo lleno de negatividad, la Navidad puede ser un bonito momento de pausa para quererse mucho, acordarse de la familia y amigos que están lejos y comunicarse con ellos para hacerles llegar nuestro afecto.
Así que ya tenemos la clave del mensaje de la Navidad que seguro encantará a nuestros pequeños: es una fiesta en la que se celebra el amor a la familia y amigos. Y si los tenemos cerca, intentemos reunirnos para comer, reírnos y cantar muchos villancicos.
Para explicar el porqué recibimos regalos, podemos decirles que porque hace muchos, muchos años, nació el niño Jesús en un establo y los Reyes Magos de Oriente le llevaron sus primeros regalos a lomos de los camellos. Así le explicamos poco a poco quienes son las figuritas del belén. Lo recomendable es que la historia se la contemos como un cuento, con palabras que pueda asimilar fácilmente.
Si es Papá Noel el que visita la casa, podemos contarles que es un señor finlandés muy bondadoso que se dedica a llevar regalos a los niños la noche del 24.
También la Navidad es la excusa ideal para hablar de paz a nuestros niños y de que debemos ser solidarios con todas las personas que nos rodean no solo en diciembre sino todo el año. Ayudar a los demás en lo que podamos hará que el mundo sea mejor y todos un poco más felices.
Decorar la casa con su ayuda será muy divertido, así como dedicar una tarde a hacer alguna manualidad navideña que coloque orgulloso en algún rincón de la sala. Disfruta de su ilusión y contágiate de ella, que es muy sano sonreír y llenarse de la energía que inunda la sonrisa de los más pequeños.
Todo pasa… así que aprovéchalo. ¡Feliz Navidad!