Crianza respetuosa y límites

Crianza respetuosa y límites. ¿Cómo lo establezco en casa?

Cuando hablamos de crianza respetuosa, muy comúnmente nos enfrentamos a sinfín de críticas que parten del desconocimiento. Es común escuchar a personas que creen que la Crianza respetuosa significa no establecer límites, dejar que los niños hagan lo que quieran y cuando quieran para sentirse respetados.

Este concepto no puede estar más alejado de la realidad. La crianza respetuosa sí se trata de dejar al niño ser precisamente eso, un niño en todo su esplendor, pero siempre estableciendo pautas que lo ayuden a reconocer sus propios límites y por qué no puedo transgredirlos.

Más específicamente, la crianza respetuosa se trata de tratar al niño como un igual, y no como alguien que está por debajo de mí, de ser empáticos con sus sentimientos sean estos de alegría o de rabia, tristeza o frustración; de respetar sus procesos y ritmos de desarrollo ya que cada niño es diferente, y finalmente de establecer límites claros que lo ayuden a formarse desde la democracia, los valores y el apego, sin necesidad de violentar su integridad.

Entonces, no es dejar que el niño haga lo que quiera, es respetarlo como lo que es, un niño, para que él aprenda cómo respetar a otros. Es ofrecerle opciones fomentando su posibilidad de elección y toma de decisiones dentro de los límites establecidos, es recordar que detrás de un berrinche o pataleta puede haber una necesidad no satisfecha o una emoción no resulta que no sabe cómo expresar, es entender que aún es un niño, que es pequeño, y que sus ritmos no son iguales a los de un adulto. Conociendo entonces todo esto, ¿Cómo establezco límites dentro de la Crianza respetuosa? Aquí algunas orientaciones que quizás puedan ayudarte.

Consejos y orientación

Para comenzar, recuerda que no hay ningún manual sobre cómo ser un buen padre o una buena madre, el único manual que existe, son tus propios hijos. Ser padres, conlleva la responsabilidad de cuidar de esa personita que llegó a nuestras vidas, de acompañarle en su proceso de crecimiento, y el compromiso de enseñarle que en toda sociedad hay normas y pautas sociales que debemos seguir, para relacionarnos adecuada y respetuosamente.

Como humanos somos seres relacionales por naturaleza, por lo que enseñarle dichas pautas es lo que lo va ayudar a integrarse en la sociedad. Un límite bien establecido no es aquél que te frena y modifica tu conducta, no es aquél que te hace adaptarte a las necesidades de otros dejando de lado las propias, no es aquel que restringe tu actividad. Un límite bien establecido es aquél que te ayuda a desarrollarte adecuadamente a nivel social y emocional, es aquél que te ayuda a entender pautas de conducta, te proporciona orientación, sostén y apoyo. Es entonces nuestro trabajo como padres, saber establecer dichos límites.

Estos límites van cambiando a medida que nuestros chicos van creciendo, porque ellos también van madurando, y sus necesidades y nivel de comprensión cambian. Lo importante, es que los niños se sientan acompañados durante todo su proceso de crecimiento, para que más adelante, cuando sea momento de dejar el nido familiar, se sientan con la seguridad y confianza suficiente para hacerlo.

La forma más fácil y efectiva de establecer límites entonces, es explicando el “por qué” de todo lo que sucede. Frecuentemente escuchamos como padres y adultos significativos repiten constantemente a sus niños “debes portarte bien”, “eso no se hace”, “no se puede pegar ni insultar”; pero casi nunca proveen explicaciones claras y precisas sobre lo que es “portarse bien” y el por qué no pueden llevar a cabo determinada acciones.

Sería mucho más fácil si en lugar de decirle a un niño “debes portarte bien” le dijéramos: “Cariño, mamá está un poco ocupada y necesita de tu ayuda, si estás corriendo, saltando y gritando por todos lados puede sucederte algún accidente o mamá quizás se pueda alterar, ¿por qué no mejor buscamos un juego tranquilo para que estés más seguro, y en un rato mamá va a acompañarte? De esta forma, le estamos explicando con exactitud al niño qué esperamos de él y cómo podemos ayudarlos, le estamos explicando las razones por las que su comportamiento no es adecuado, y muy probablemente él lo entenderá con mayor facilidad.

De igual forma funciona cuando deseamos que paren un comportamiento inadecuado, ¿por qué no intentamos en lugar de decirles lo que NO pueden hacer, decirles lo que SÍ pueden hacer?  Por ejemplo; en lugar de decir “María, no corras dentro de la casa” es mejor decirle “María, dentro de la casa es complicado correr ya que hay muchos objetos y te puedes lastimar o romper algo, vamos al parque o al patio donde podrás correr libremente y sin ningún peligro”

crianza respetuosa

 

Es además de suma importancia, a la hora de establecer límites, el adecuarnos al momento evolutivo del niño y su comprensión. Obviamente la comprensión de un niño de 3 años va a ser muy diferente de la de un niño de 9, es por ello que es necesario utilizar un lenguaje en el que las palabras se adecúen a lo que mi niño puede comprender, nunca subestimándolo, más bien, respetando su edad y momento evolutivo. Como se menciona anteriormente, los límites irán cambiando a medida que el niño va creciendo, porque va madurando y comienza a entender muchas más cosas que quizás no terminaba de entender cuando era más pequeño.

Si desde muy temprana edad, vamos respetándole su esencia de niño, y vamos enseñándoles que hay normas de convivencia que también deben ser respetadas, que hay cosas que no se deben hacer ya que pueden suscitar una situación de riesgo para ellos mismos o para otras personas, estaremos criando niños que luego se convertirán en adultos capaces de cuidar tanto su integridad física y emocional, como la de otras personas a su alrededor, habiendo interiorizado estas normas básicas de convivencia, integrándose sin problemas en su sociedad y cultura, llevando siempre la paz y el respeto como premisa a donde quiera que su destino los lleve.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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